Agencia Efe
La película Rojo, blanco y sangre azul muestra, según su director, Matthew López, lo “bobo, romántico y tenso” que el amor queer puede ser, en una comedia romántica que no se olvida de los problemas políticos de la comunidad LGTB y que acaba de llegar a la plataforma de streaming Prime Video.
Alex Claremont-Diaz —interpretado por Taylor Zakhar Perez—, hijo de la presidenta de Estados Unidos, y el príncipe Henry de Gran Bretaña —a quien da vida Nicholas Galitzine— viven un punto álgido en su larga enemistad cuando, en medio de un evento de la realeza, un pintoresco y enorme pastel les cae encima, acaparando los titulares de la prensa internacional.
Para evitar que el absurdo incidente tenga repercusiones diplomáticas, los jóvenes aristócratas tendrán que fingir una amistad que culminará en un romance secreto y en la unión de dos mundos opuestos.
“Creo que enamorarse es muy fácil, todo este tiempo hemos visto a personas heterosexuales enamorarse en las películas y creo que el amor queer puede ser tan tonto, tan romántico, tan tenso y tan ordinario como cualquier otro amor”, cuenta a la agencia efe su director.
La película, que se estrenó este viernes en Prime Video, está basada en la novela homónima de Casey McQuiston -disponible en librerías uruguayas- y es el debut en el cine de López, cuya carrera se ha desarrollado principalmente en el teatro.
En 2020, el cineasta, de ascendencia puertorriqueña, se convirtió en el primer latino en recibir un premio Tony por The Inheritance, una obra en la que exploraba el amor de una pareja gay residente en Nueva York durante la crisis del VIH.
Con Rojo, blanco y sangre azul, el dramaturgo logra una comedia ligera sin olvidar su visión crítica al dotar de elementos significativos a las personalidades de sus personajes, logrando incluso exponer vivencias propias. “Este es el trabajo de un cineasta queer que a su vez también es latino”, señala.
El director comenta que, debido a sus raíces, la figura de Alex, un apuesto, simpático y exitoso aspirante a político, de madre estadounidense y padre mexicano, era la que más le interesaba explorar.
“Es tristemente inusual en el cine de Hollywood ver esta representación tan positiva de un personaje latino. Me encantaba la idea de que su mayor problema fuera que su novio es el príncipe de Inglaterra”, asevera en esta entrevista.
López cuenta que en su adolescencia soñaba con convertirse en director de cine, pero encontró que hacer teatro era más accesible.
Además, considera que las audiencias teatrales suelen estar más abiertas a la hora de experimentar historias de amor LGTB, aunque cree que ahora existen propuestas audiovisuales que suponen un avance en la diversidad de las narrativas.
“El cine tiene mucho más alcance y estoy seguro de que hay grandes audiencias esperando este tipo de contenidos. Espero que la película genere hambre en el público para que existan más contenidos así“, detalla al respecto.
Sin dejar de centrar parte de su discurso en el conflicto que se desataría si el amor entre Henry y Alex —dos figuras políticas importantes en la ficción— se hiciera público, la película describe con normalidad y sin estigmas el amor entre dos hombres, visibilizando a su vez la bisexualidad masculina. La crítica la recibió con elogios y valoró su capacidad de encantar, aún sin dar sorpresas.
También imagina “el sueño” de que una potencia mundial como Estados Unidos tenga a la cabeza a una mujer decidida y comprensiva como a la que da vida, en la historia, la actriz Uma Thurman.
“Queríamos crear un personaje cuya feminidad definiera el centro de su poder, una mujer fuerte que fuera una madre que se preocupa por su familia”, explica.
Finalmente, López, quien actualmente está en huelga junto al Sindicato de Guionistas de Hollywood, un conflicto que ya superó los 100 días y que no tiene un final proyectado en el corto plazo, espera que la película inspire a los jóvenes a soñar con grandes retos profesionales, sin el miedo a que sus preferencias sexuales se los puedan impedir.