Aunque tenga a dos estrellas de las grandes, Misterio a la vista —como la otra de la saga, Misterio a bordo— es básicamente una pariente pobre de Knives Out, la franquicia con Daniel Craig.
En las dos, hay un crimen, un grupete de sospechosos con intereses en la muerte y una resolución traída de los pelos. El modelo es Agatha Christie al que se le suma un tono de comedia. Knives Out, que también tiene dos entregas, es un poco más presuntuosa.
Las estrellas de las grandes de Misterio a la vista -que se estrena hoy en Netflix- son Jennifer Aniston y Adam Sandler, una combinación que se ha mostrado exitosa y que justifica esta secuela más allá de las críticas tirando a negativas de la primera.
Misterio a bordo, en la que se presentaron los personajes, se estrenó en Netflix en junio de 2019 y en las primeras 72 horas fue vista en 30,9 millones de hogares, un record para la plataforma. Contra eso no puede, por ejemplo, que en Rotten Tomatoes, el baremo de la crítica de cine actual, tenga una calificación de 4,7 sobre 10. Es poco.
La primera presentaba los personajes y el tono y las situaciones que ahora vuelven en Misterio a la vista.
Sandler y Aniston son los Spitz, una pareja americana (el es un policía que no sabe disparar, ella una peluquera) que se ven envueltos en casos detectivescos en ambientes exóticos y ricos. Misterio a bordo repite la fórmula con escenarios en India y París.
Es la tercera película juntos de Aniston y Sandler (la primera fue Una esposa de mentira) y esa combinación es, claramente, lo mejor que tienen para ofrecer estos misterios.
La idea es tan simple que no podía salirles algo muy distinto: cuatro años después de haber resuelto el misterio de la primera película, los Spitz intentan ganarse la vida como detectives privados. No les va muy bien, dedicados más que nada a peleas domésticas.
Una invitación a la boda de su amigo el Maharajá (Adeel Akhtar, uno de los tantos personajes que repiten presencia), se convierte en un nuevo caso a investigar cuando el mismísimo novio es secuestrado y hay un asesinato en el medio. Mark Strong aparece como un experto negociador.
La escribió James Vanderbilt (que ya estuvo en Misterio a bordo) y la dirigió Jeremy Garelick, lo que no es ninguna garantía y se nota.
Sandler es uno de los comediantes más importantes de la actualidad como recientemente lo confirmó su premio Mark Twain, el Nobel del humor estadounidense. Entre otros, lo han recibido Richard Pryor, Whoopi Goldberg, Eddie Murphy, Steve Martin, Neil Simon, Billy Crystal, Will Ferrell y Bill Cosby, a quien se le retiró el honor.
Surgido del circuito de stand up neoyorquino, Sandler, que tiene 56 años, fue figura secundaria de las que se hacía notar en Saturday Night Live. Desde entonces, sus películas -muchas de ellas producidas a través de su propia compañía, Happy Madison- recaudaron más de 3.000 millones de dólares.
Su cine es popular, algo tosco pero muy eficaz. A menudo se hace acompañar por sus amigos (en su troupe están Chris Rock, Rob Schneider, David Spade, aunque acá no hay ninguno de ellos) y su comedia tiene una tendencia al golpe y porrazo y el doble sentido. Allí hay que ubicar, por ejemplo, su saga familiar de Son como niños; algunas de sus películas no están buenas pero Misterio a la vista se queda a mitad de tabla.
Ha trabajado además con algunos directores prestigiosos como Noah Baumbach (The Meyerowitz Stories), Paul Thomas Anderson (Embriagado de amor) y los hermanos Safdie (Diamantes en bruto). Misterio a la vista está muy lejos de tan lustrosos antecedentes.
Aniston ha tenido una carrera de perfil alto desde su salida de Friends, la serie que la convirtió en estrella, aunque no ha sido una presencia muy taquillera en el cine. Su película más exitosa es Todopoderoso en la que hacía de interés romántico de Jim Carrey y que es de 2003.
Misterio a la vista es lo que se espera de una comedia así y con ellos. Hay un par gags y líneas de diálogo graciosos y un aire a tontería generalizada que es de esperar que ellos sean conscientes. Sandler es, siempre, extrañamente divertido.
Está claro que acá no salen a buscar nuevo público. Por lo visto ya tienen suficiente. Misterio a la vista es todo lo que dice ser. Y eso, muchos lo van a encontrar irresistible. Otros no tanto, pero un buen momento no se le niega a nadie.