Fernán Cisnero
Hay dos hitos trascendentes que marcaron, en la vida y en la obra, aSteven Spielberg: el divorcio de sus padres y el descubrimiento del cine.
Fueron acontecimientos más o menos simultáneos, a fines de la década de 1950, y ambos están contemplados en Los Fabelman, la película de Spielberg que tiene siete nominaciones para los Oscar y se estrena hoy en Uruguay.
La familia, la niñez, la inocencia perdida es una constante en una obra que abarca cerca de 60 años y es una de las importantes de la historia. La transitó como el mayor autor del cine industrial americano, una cocarda que lo pone a la altura de los grandes maestros.
Y a diferencia de algún cogeneracional (Scorsese, por ejemplo), Spielberg jamás se ha alejado demasiado de los protocolos del cine clásico. Siempre fue el más tradicionalista del Nuevo Hollywood.
Los Fabelman, por ejemplo, está enmarcada entre una escena de El espectáculo más grande del mundo (la megaproducción de Cecil B. de Mille de 1952 y que dejó al niño Spielberg absolutamente majareta) y un consejo de John Ford, el otro -junto con Spielberg- gran director americano. Que a Ford lo interprete David Lynch puede ser tomado como un reconocimiento a alguien que, de antemano, está en la vereda opuesta.
El otro tema que atraviesa Los Fabelman es la separación de sus padres, un proceso con el que Sammy Fabelman (Gabriel LaBelle, en su etapa adolescente), el héroe de la película -al que solo el pudor hizo que no se lo bautizara Steven Spielberg- lidia como puede en su inocencia púber.
La película contempla la angustia (entre el aburrimiento y el peso de los sueños sin cumplir) de Mitzi (Michelle Williams), su madre, mientras que su padre (Paul Dano) no sabe cómo enfrentar. Hay un amigo de la familia (Seth Rogen) a quienes ellos llaman “tío” pero es un poco más. La película pasa de Phoenix, Arizona, a California, la misma travesía que hicieron los Spielberg.
Así, Los Fabelman es una autobiografía ficcionalizada de la adolescencia del artista entre la armonía finita de su familia y, principalmente, el descubrimiento del cine como una herramienta para expresar esa clase de frustración. Y esa necesidad de ser aceptado en los círculos de los que él, tímido, cinéfilo, torpe y judío, solía quedar afuera.
Algunos asuntos que se subrayan en Los Fabelman ya estaban en la obra anterior de Spielberg.
Eso está en la familia monoparental de ET, el extraterreste, que es la historia de dos niños con problemas en casa en un paisaje de suburbio, muy parecido al universo y a la historia de Spielberg.
La familia, además, es lo que preocupa al comisario que interpreta Roy Scheider en Tiburón; atosiga a Richard Dreyfuss en Encuentros cercanos del tercer tipo; culpabiliza al agente del Mossad que interpreta Eric Bana en Munich y, más obviamente, es lo que quiere recuperar Christian Bale en El imperio del Sol o busca desesperadamente Haley Joel Osment en Inteligencia artificial.
El vínculo de Spielberg con la figura paterna quedó bien explicitado, en todo caso, en Atrápame si puedes. Allí lo hace con el vínculo de un artista del engaño (qué otra cosa es, en definitiva, un director de cine) dividido entre dos padres; que son Christopher Walken y Tom Hanks. Por las dudas, está en Netflix.
Todo eso lo ha contado con formas que lo identifican, y lo ha convertido en estilo con proyectos monumentales que, en la chiquita, refieren a esos temas centrales. Spielberg combina la ética de trabajo de los grandes directores, y su estética, con independencia artística. Es el más independiente de los directores industriales.
Los Fabelman es, principalmente, una película de amor al cine: sobre sus formas de narrar, el impacto que genera en las personas y las vicisitudes de un artista que, como todos, lo único que quiero es ser aceptado. Es sobre el artificio de cine y de cómo esa mentira nos transforma en seres mejores. Es el retrato de un artista adolescente.
Y es una gran película: llena de emoción, menos efectista de otros Spielberg, con una fotografía del habitual Janus Kaminsky, la música de John Williams, uno de los grandes finales del cine y un ángel con la cara de Judd Hirsch, quien está nominado al Oscar.
Para ser una gran mentira, las películas están llenas de enormes verdades, que, quizás, estén condensadas en dónde ponemos la línea del horizonte. Un consejo de John Ford que todos deberíamos aplicar más allá del cine. Y que hizo de Spielberg, el gran director que terminó siendo.
Los Fabelman [***** ]
Estados Unidos, 2022. Título original: "The Fabelmans". Director: Steven Spielberg. Guion: Steven Spielberg y Tony Kushner Fotografía: Janusz Kaminski. Música: John Williams. Con: Michelle Williams, Paul Dano, Seth Rogen, Gabriel LaBelle, Jeannie Berlin, Julia Butters, Robin Bartlett, Keeley Karsten, Judd Hirsch. Duración: 151 minutos. Estreno: 26 de enero en cines.