Florencia Núñez salda deuda personal con su documental sobre la canción de Rocha

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Florencia Nuñez. Foto: Florencia Barre

ESTRENO

"Porque todas las quiero cantar: un homenaje a la canción rochense" se estrena este jueves en Cinemateca y Sala B del Auditorio Nelly Goitiño

"Es todo circular”, dice Florencia Núñez. Porque todas las quiero cantar: un homenaje a la canción rochense que develó el año pasado y que hoy cierra un ciclo, con el estreno de la película en cines, nació gracias a un disco mexicano y hoy inspira a otros artistas, otras personas, a explorar en sus propias tradiciones.

En 2017, la cancionista nacida en Rocha e instalada en Montevideo comenzó a escribir este proyecto. Impulsada por el disco Mujer divina, con el que Natalia Lafourcade rescató y revivió la obra de Agustín Lara, Núñez pensó qué podía hacer por aquellas canciones de su departamento que la habían acompañado desde siempre. Cómo podía construir algo nuevo a partir de la raíz.

Así, con equipo y presupuesto reducido, empezó a andar el camino de Porque todas las quiero cantar, que en 2020 lanzó el disco y el documental en exclusiva en el Festival de Cinemateca. Ahora, la película hace su estreno en cines con funciones en las salas de Cinemateca, Sala B del Auditorio Nelly Goitiño y pantallas de Rocha, y con el compromiso de llegar a Treinta y Tres y Paysandú antes de terminar 2021.

Se trata de un largometraje de poco más de una hora, dividido en cinco capítulos, cada uno dedicado a una canción rochense y ubicado en un paisaje característico. El palmar, la playa, los boliches y las calles de adoquines se cruzan con las historias detrás de “Contigo y en el palmar”, “Mar Atlántica”, “Un lugar de medio locos”, “Poema a las tres” y “En tu imagen”, y los testimonios de Julio Víctor González (El Zucará), Gabriel Núñez Rótulo, Enrique Cabrera, Dúo Solipalma, Carlos Malo y Arcavoces.

“Cuando me planteé el proyecto sabía que era audiovisual, pero más para plataformas que para el cine. Pero una vez que empezamos a rodar y el material rendía, me sorprendió para bien el proyecto, la trascendencia que tomó en el sentido de que creció mientras trabajaba. Y eso está bueno porque quiere decir que hubo más gente que se interesó y se prendió a ayudar de alguna manera”, dice Núñez en charla con El País.

Si bien lo primero fue lo musical, encontrar la forma de reversionar de forma personal y contemporánea estos clásicos de la canción popular, después vino armar el camino audiovisual. Así, la cantante, gestora y comunicadora se sumergió en las aguas del cine para aprender los códigos de otro mundo, sin perder el foco del proyecto.

“Se me fue un poco la vida”, se sincera Núñez sobre la película. “Pasé muy bien haciéndola y también pasé muy mal, sufrí muchísimo. Es una tarea muy agotadora, que te saca muchísima energía. Pero también te hace aprender. Nunca había trabajado tanto en mi vida por algo, esa es la verdad. Nunca había dejado de lado tantas cosas”, admite. Y mientras nombra a algunos compañeros de este proceso como Brian Rojas, Pablo Banchero o Nicolás Molina, agrega: “La retrospectiva que hago no es solo profesional sino también humana, y el saldo que saco son estas personas con las que sin dudas me embarcaría de nuevo en algo”.

—A lo largo de este proyecto has insistido en tu necesidad personal de reconectarte con Rocha. ¿Sentís que finalmente cambió tu vínculo con Rocha y el de los rochenses contigo?

—Sí. La tradición, si uno la deja quieta, tiene más chance de morirse que de sobrevivir. Pero a lo mejor si uno la modifica y la hace atractiva para otra gente, no muere y se perpetúa. Entonces hice un click ahí, y dije: “Bueno, hace 10 años que estoy haciendo para mí. ¿Qué pasa si ahora hago para otros?” Pensando en correrme, utilizarme de canal y de puente para unir generaciones, gente que es de Rocha y que no. Y para los músicos rochenses siento que fui una hereje; hay una cosa de que los músicos tienen que quedarse, lo dicen en la película. Y yo no me quedé. Entonces volver y hacer algo con ellos era, para mí, como saldar una deuda invisible. Hacer algo por el departamento y poner sobre la mesa a estos autores. A veces pienso, cómo cuando uno hace pensando en los demás es cuando más recibe. Hice este proyecto pensando en un cancionero, una tierra, y es con lo que más he recibido yo en devolución, en cariño, agradecimiento y en mil cosas.
Es muy loco.

Imagen de la película "Porque todas las quiero cantar" de Florencia Nuñez. Foto: Difusión
Imagen de la película "Porque todas las quiero cantar" de Florencia Nuñez. Foto: Difusión

—En la película se habla de que detrás de la canción rochense están la poesía, los paisajes pero también la bohemia y ese espíritu colectivo, que de alguna manera está presente en todo este trabajo.

—Totalmente. Es el proyecto más en comunidad que he hecho, el menos personal, y totalmente tiene que ver con esa cosa germinal, de cómo en la rueda se pasaban las canciones y la creación salía de esos lugares, esos momentos. Ahora estamos extrapolando eso a este proyecto y evidentemente tiene que ver con compartir.

—¿Y cómo pensás que va a repercutir todo esto en el quehacer artístico como cantautora, cancionista, que sí tiende a ser más solitario?

—En realidad ya me lo hizo. Lo más loco es que me di cuenta, en todo este parate, que escribí un disco nuevo y ya lo tengo maqueteado para hacer el año que viene. Y muchas cosas de ese disco que voy a hacer tienen que ver con haber pasado por esto. Como intérprete, me salgo ya del proyecto más macro, me dio muchísimo esto y recién se va a notar en el disco que viene. Este proyecto me atravesó y me cambió en mil cosas. Y siento, sin creerme nada, que generé un material que es un documento a futuro. Ojalá cada uno salga de la sala de cine pensando qué puede hacer por su lugar, por mantener una tradición y darle unos chispazos de nueva vida para que se siga perpetuando. Si a la gente le llega esa idea, el objetivo está cumplido.

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