Desde su primera aparición, hace ya 70 años, Godzilla ha protagonizado cerca de 40 películas, lo que lo convierte en el monstruo con mayor presencia en la pantalla grande de la historia. También ha sido adaptado a libros, series animadas y videojuegos, lo que lo confirma como uno de los monstruos más rentables.
Es una enorme criatura reptiliana que ha crecido con los años (originalmente medía 50 metros, ahora 120), tiene aliento radioactivo y se puede regenerar. Además, parece tener un gusto especial por destruir puentes, ciudades y lo que encuentre a su paso.
En sus inicios funcionaba como un reflejo de la ansiedad de la posguerra y el impacto de la bomba atómica, y desde entonces ha trascendido y dejado huella en la cultura. Se le han realizado homenajes, parodias, tributos; Steven Spielberg dijo que fue inspiración para Jurassic Park, y hasta han nombrado en su honor a dinosaurios hallados recientemente. Y siempre se encuentran nuevas formas de volverlo a llevarlo al cine.
El año pasado, por ejemplo, se estrenó Godzilla Minus One, la última entrega realizada en Japón (no llegó a Uruguay). La película ganó el Oscar 2024 a mejores efectos visuales, y eso hizo que Godzilla, además de una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood, tenga una estatuilla de la Academia por primera vez en su vida.
Y si bien la mayoría de sus historias (33) se han hecho y ubicado en Japón, desde 2014 el monstruo al que también llaman “Gojira” comenzó a producirse en Estados Unidos, por los estudios Warner.
Ya son cinco las entregas del Monsterverse (hoy todo tiene su propio universo) que ha recaudado cerca de dos mil millones de dólares, y se ha expandido a la televisión con la serie Skull Island (Netflix) y Monarch: Legacy of Monsters (de Apple+, no disponible en Uruguay). También ha llevado al protagonista a enfrentarse a otras criaturas legendarias y monstruos del cine como King Kong, el kaiju con el que ahora vuelve a lidiar.
Hoy llega a los cines Godzilla vs. Kong: el nuevo imperio que continúa el entramado que se inició en 2014 con Godzilla, cuando el monstruo apareció para luchar contra otras bestias enormes, poderosas y devastadoras como él.
En la anterior entrega, Godzilla vs. Kong (2021), la historia finalizaba con los protagonistas llegando a una tregua; Kong se quedaba en “la tierra hueca”, un mundo desconocido que se encuentra en el interior de nuestro planeta, y Godzilla en la superficie, pronto para detener cualquier amenaza que apareciera.
Sin mucho preámbulo, esta entrega inicia con Godzilla moviéndose inquieto por todo el mundo, sesteando en el Coliseo y destruyendo monstruos como él para “cargarse” y así enfrentar a un nuevo peligro: Skar King.
Para vencerlo tendrá que unirse a King Kong y la gente de la empresa Monarca que se encarga de monitorear a las criaturas de este tipo que se encuentran diseminadas por el planeta.
La criatura asciende
Godzilla apareció por primera vez en 1954, cuando el miedo a la bomba atómica y sus consecuencias todavía seguían presentes en Japón.
Fue el productor Tomoyuki Tanaka, tras la cancelación de un proyecto poco antes de iniciar el rodaje, quien tuvo la idea mientras realizaba un vuelo de regreso a Japón. ¿Qué pasaría si una prueba nuclear en el Pacífico despertara a un monstruo gigante de las profundidades? Esa consigna, sumado a la carrera armamentista y a un barco de pesca de atún que en marzo de 1954 navegó cerca de una prueba de bomba de hidrógeno en las Islas Marshall y recibió una lluvia radioactiva que generó una sensación de emergencia en el país, sirvieron para que Godzilla comenzara su producción.
“El tema de la película, desde siempre fue el terror a la Bomba”, dijo Tanaka varios años después del estreno de la película, según recoge el libro de Steve Ryfle, Japan’s Favorite Mon-Star. “La humanidad había creado la Bomba y ahora la naturaleza tomará revancha contra la humanidad”, dijo.
Como inspiración, además de esos hechos, se utilizó la trama de El monstruo del mar (de Eugéne Lourié), que se había estrenado el año anterior y en la que un dinosaurio revivido por una explosión atómica comenzaba a destrozarlo todo.
Era una época donde las películas de monstruos estaban en boga, y todos querían tener el próximo éxito. Tanaka se contactó con un joven director de documentales, Ishiro Honda, quien había hecho su primer largometraje en 1952, y juntos se pusieron a trabajar en la primera película de Godzilla. Debía representar el ataque de un monstruo gigante como si fuera un evento real, por más absurda que pareciera la idea.
"Queríamos que (el monstruo) poseyera las aterradoras características de una bomba atómica. Este fue nuestro enfoque”, comentó Honda en A Life in Film, from Godzilla to Kurosawa, también de Ryfle junto a Ed Godziszewski.
Parece difícil entender cómo un monstruo creado como reflejo del miedo a la destrucción nuclear se convirtió en uno de los nombres más conocidos del cine y la cultura pop, pero Godzilla, con su rugido, su huella y su reguero de destrucción, ha logrado dominar por siete décadas y hacerse de un imperio al que se le augura larga vida. Este kaiju siempre encuentra la vuelta para regresar.