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Netflix, anticipando el estreno de la nueva película del director español que llega este jueves a su plataforma sumó 11 de sus películas a su grilla; vayan aquí algunas sugerencias para empezar
La llegadaa la grilla de Netflix de casi una docena de películas de Pedro Almodóvar sirve como campaña de expectativa por el estreno, este jueves 18 de la última película del director español, Madres paralelas.
Desde su estreno en Venecia, la película número 21 de Almodóvar, ha tenido un recorrido interesante con ocho nominaciones a los Goya y dos a los Oscar: para su actriz, Penélope Cruz, y para la música de Alberto Iglesias. Ha sido elegida entre lo mejor de 2021 por muchos críticos del hemisferio que siempre las ven antes y la prestigiosa revista Sight & Sound le dedica la portada de su edición de marzo.
Se ha anunciado, además, en estos días, que filmará su primer largometraje en inglés producido y protagonizado por Cate Blanchett sobre cuento de Lucia Berlin. Es otro gran momento de Almodóvar.
En Madres paralelas, que es una película importante, hay mucho del estilo que hizo de Almodóvar un estilo y que incluye, en sus términos más constantes una vistosa puesta en escena y el formato del melodrama.
Esta vez es a propósito de dos madres solteras (una madura, otra adolescente) que se cruzan durante el parto y sus vidas quedarán vinculadas por un rato, un resumen teleteatral de la trama que intenta no espoilear nada de un guion lleno de revelaciones. Habrá tiempo de hablar de eso en una crítica más formal.
Pero la película es también, un alegato sobre de la memoria histórica, un debate de actualidad en la política española sobre el destino de los más de 100.000 desaparecidos durante la guerra civil española en manos de los falangistas de Francisco Franco. La película se cierra con una cita de Eduardo Galeano.
Aunque la última etapa de su carrera ha sido más dramática, más humana, más introspectiva, Almodóvar ha recorrido los dos géneros principales del cine clásico americano: la comedia, además del melodrama. Sirven de contención para un grupo de personajes alterados (en general mujeres, pero también hombres) lidiando con sus frustraciones, sus sueños en un mundo hostil o que no logran descifrar del todo.
Para entrar en ese mundo —y se puede tomar como un servicio a una comunidad un poco cansada de la fría oferta algorítimica de Netflix— acá hay una guía de cinco pasos para entender la carrera de uno de los grandes directores contemporáneos.
Es la primera parte de una trilogía con pinceladas autoreferenciales y que completarían La mala educación y Dolor y gloria, y reflejan el ambiente de libertad, juvenil y sexualmente distendido de la España salida de la dictadura. Eusebio Poncela es Pablo, un director de cine y de teatro, de camisa de Versace, homosexual y enamorado, que se cruza con Juan (Antonio Banderas jovencísimo) con el que entabla una relación con derivaciones a lo Hitchcock. Carmen Maura es Tina la hermana transexual de Pablo, y aporta buena parte de la irreverencia que de la película. Es el Almodóvar transgresor y posmoderno en el que empiezan a vislumbrarse una depuración de los arrebatos juveniles de las geniales Laberinto de pasiones, Matador, ¿Qué he hecho yo para merecer esto? o Entre tinieblas.
Mujeres al borde de un ataque de nervios (1987)
Es la película que sigue a La ley del deseo y sin embargo se nota otro pulso y la presentación de un estilo definido por esa paleta de colores dominada por los rojos, los españolismos y el desenfado. Es una relectura de La voz humana de Jean Cocteau, un texto al que recurriría en su obra incluyendo su propia puesta en un corto con Tilda Swinton. Mujeres es pura comedia americana clásica, un período del cine que está explícitamente mencionado y al que Almodóvar admira. Carmen Maura es Pepa, una mujer esperando la llamada de su amante en un piso madrileño que es como un escenario de teatro. La película le dio a Almodóvar, su primera nominación al Oscar (por el guion original) y lo convirtió en una celebridad internacional. Y es muy divertida.
La flor de mi secreto (1995).
El otro género clave para entender lo almodovariano es el melodrama, fuente de inspiración a la que llega a desde Douglas Sirk atravesado por Fassbinder. O sea utiliza una herramienta del pasado para retratar el presente y señalar fisuras entre tanto lujo de escenario y tanta ropa cara. Acá, además, hay otra de sus “chicas Almodóvar”, un facilismo que señala la sociedad artística del director con el mundo femenino y sus actrices. Es Marisa Paredes quien interpreta a una escritora de novelitas rosas que no puede arreglar el romance en su vida. Está perdidamente enamorada de su marido (Imanol Arias), un militar en misión en Bosnia pero el tipo no solo no la merece, sino que la engaña con su mejor amiga. Están además Chavela Vargas y sus rancheras.
Hable con ella (2002).
e dio un Oscar por el guion y es una de las pocas de su filmografía en centrarse en personajes masculinos y así transgredir el código asumido del melodrama como un género de mujeres. Marco Zuloaga (Darío Grandinetti), un periodista argentino y Benigno (Javier Cámara) coinciden en un hospital. El primero está acompañando a su novia (Rosario Flores), una torera en coma tras una corrida accidentada y Benigno es el enfermero con dedicación total que cuida a una muchacha (Leonor Watling) también inconsciente. Las cosas resultan más complicadas de lo que parecen y tiene cosas de cine de terror y hasta de un romance impensado.
Volver (2006).
Una película importante con nominación al Oscar para Penélope Cruz, acá en plena fase Sophia Loren. Es una historia sobre mujeres, sintetizadas en Raimunda, quien asesina a su esposo abusador, lo encierra en una heladera y el mundo le empieza a andar mejor. Hay elementos “sobrenaturales” como la aparición de la madre muerta de Raimunda interpretada con madurez exquisita por una Carmen Maura regresando al equipo. Como curiosidad, la que canta “Volver” en una escena clave de la película, no es Penélope Cruz, sino Estrella Morente. Es un drama femenino muy efectivo.