Guillermo del Toro se saca un gusto y hace un "Pinocho" para Netflix a la altura de su prestigio

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Pinocho

CRÍTICA

Se estrena la nueva película del mexicano ganador del Oscar; El País la vio y, por adelantado, le cuenta qué tal. Spoiler: está muy buena.

Es bien elocuente que Guillermo del Toro, uno de los maestros contemporáneos del cine, pase de una película como El callejón de las almas perdidas a este Pinocho que Netflix estrena mañana, viernes 9.

De esa fábula de oscuridad noir con Bradley Cooper en un franco proceso de deterioro moral, a la luminosidad (algo tristona, sí) de adaptar el libro de aventuras que Carlo Collodi escribió a comienzos de la década de 1880. Del nihilismo a la esperanza en un solo salto.

Deja claro amplio interés de Del Toro, el mexicano que ganó dos Oscar (mejor director y mejor película) por La forma del agua, un melodrama fantástico. Ha hecho cosas así de grandes en la ciencia ficción (Titanes del Pacífico), el noir (El callejón d e las almas perdidas), la fantasía (El laberinto del fauno) y la acción (Hellboy).

Con ese corpus queda claro que, de toda la promoción de directores mexicanos que anclaron en Hollywood y ahora son huéspedes de Netflix -que completan Alejandro González Iñárritu y Alfonso Cuarón-, Del Toro es el más clásico. Es como un director de clase B al que le dan grandes presupuestos, pero nunca olvida sus raíces.

Esos son los imprescindibles.

Es, además, el cinéfilo más trabajador del mundo, que se ha ganado su lugarcito en la categoría de los artistas que pueden hacer la película que quieren. Y eso sí que son los menos.

El vínculo de Del Toro con la animación es desde siempre y ha dicho que no le molestaría que su carrera vaya para ese lado. Habló de cumplir el sueño de dirigir una versión animada de Las montañas de la locura de Lovecraft, que ya dan ganas de ver.

Su primera película en esa línea, contó, iba a ser en stop motion, una técnica de animación que consiste en filmar imágenes que, mostradas en secuencia, dan la sensación de movimiento. Ejemplos destacados y recientes son El fantástico Señor Fox de Wes Anderson y El cadáver de la novia de Tim Burton.

Antes de Cronos (aquella con Federico Luppi como una suerte de, precisamente, Gepetto), Del Toro estaba preparando Omnívoro, una stop motion hablada en nahuatl, la lengua azteca, que iba a ser su ópera prima. Sin embargo unos ladrones entraron a su estudio y rompieron todos los muñecos de barro.

Su carrera se fue para otro lado pero la idea de trabajar la técnica siguió presente. Pinocho está codirigida por Mark Gustafson, un especialista que, entre otras, participó justito en la de Wes Anderson.

Como ya queda claro en el título original, Guillermo del Toro’s Pinocchio, este es el universo del director. Formalmente está presente cierto gusto por lo gótico y lo oscuro para mostrar personajes algo marginales en un mundo verdaderamente hostil. Es muy cinematográfica y hay quienes hablan de ella no solo como candidata a mejor película animada, sino también a la categoría principal de la noche de los Oscar.

Hay, además, otros puntos de contacto entre Pinocho y el resto de su obra siempre llena de hijos en busca de padres, padres en busca de hijos, y una tendencia a incluir lo mágico en ambientes tan tangibles como las distintas formas de fascismo. En Pinocho, la historia es en tiempos de Mussolini, (quien incluso hace un cameo) como el franquismo daba ambiente a El laberinto del fauno, otra de sus obras maestras.

La historia es la clásica. Está el artesano en madera, Gepetto, quien lleva una idílica vida pueblerina con su hijo, Carlo, hasta que el chiquilín muere en un ataque aéreo en la primera guerra mundial. Años de ahogar sus penas en el alcohol tienen un alivio para Gepetto cuando un hada le da vida a un muñeco de madera para que llene el nido vacío.

El nene es un poco inquieto y se deja tentar por el inescrupuloso dueño de un circo ambulante. Se va con él, muere un par de veces incluyendo después de ser engullido por una ballena o de un disparo a quemarropa de un fascista, y todo se encamina a un final algo triste pero lindo.

La historia la cuenta Sebastián, un grillo escritor que, a pedido del hada, queda a cargo del niño.

Para contar eso y a pesar de la pertenencia declarada en el título, el mexicano se apoya en un montón de colaboraciones incluyendo las tres placas de créditos con los anónimos ilustradores.

En puestos de mayor jerarquía hay que ubicar al codirector Mark Gustavson, la música de Alexander Desplat y la fotografía de Frank Passingham, que había estado en Pollitos en fuga, otro clásico stop motion.

En el elenco de voces están Ewan McGregor, Gregory Mann, David Bradley, Christoph Waltz, Tilda Swinton, Cate Blanchett, John Turturro, Ron Perlman y Tim Blake Nelson. Es una superproducción.

Pinocho es un película llena de imaginación, buenas ideas y una gran presencia visual. Del Toro siempre ha sabido cómo hacerlo y esta le quedó perfecta.

ficha
Pinocho de Guillermo del Toro *****
Producción Netlix
Estreno9 de diciembre
Duración117 miutos

Título original: Guillermo del Toro’s Pinocchio. Directores: Guillermo del Toro, Mark Gustafson. Guion: Del Toro, Patrick McHale. Fotografía: Frank Passingham. Música: Alexandre Desplat. Con: Ewan McGregor, Gregory Mann, David Bradley, Christoph Waltz, Tilda Swinton, Cate Blanchett, Finn Wolfhard, John Turturro, Ron Perlman, Burn Gorman, Tim Blake Nelson. 

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