Historia de amor, conquista y política contada con la épica de Ridley Scott y el talento de Joaquin Phoenix

Se estrenó Napoleón, una de las películas más esperadas del año y que tiene aspiraciones al Oscar; sigue al emperador en los momentso cruciales de su vida

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Napoleón

Desde siempre, la vida de Napoleón Bonaparte ha sido tentadora para el cine: hay un libro que se llama Napoleón. La epopeya en 1000 películas que da una dimensión de ese interés.

La más destacada (y el baremo que usan los cinéfilos) es, aún hoy, el Napoleón de Abel Gance, cuyo estreno parisino en 1927 es considerado un hito de su época. En cuatro horas alcanzó a llegar a la invasión a Italia y la bravura de la puesta está en evidencia en las escenas exhibidas en tres pantallas simultáneas que se transforman en la bandera de Francia.

El Napoleón de Ridley Scott y Joaquin Phoenix reconoce ese antecedente y algunas escenas lo hacen explícito.

Otra evidencia de la ambición que se necesita para encarar el tema es el frustrado Napoleón de Stanley Kubrick, su proyecto más querido y una empresa que tuvo que abandonar ante lo inabarcable, incluso para Kubrick, de ese proyecto. El guion tenía 66 batallas, un despliegue que no hay presupuesto militar que resista; Scott se limita a seis, bien distribuidas y presentadas con todos los rubros cubiertos.

Con 60 batallas menos, Scott se adhiere a ese espíritu y es, claramente, la más kubrickiana de sus películas. Hace una apuesta temeraria que sabe honrar.

Es la primera colaboración de Scott con Phoenix desde Gladiador, que le dio nominaciones al Oscar a los dos (y ganó el de mejor película) y mostró las capacidades artísticas y logísticas del director, lo que equivale al reencuentro de dos perfeccionistas de los importantes. Se dice que el director, que alardea de pragmatismo y filmó todo esto en apenas 62 días de rodaje, se irritaba con la insistencia de Phoenix de encontrar a su personaje. Es un trabajo colaborativo.

Sigue la vida de Bonaparte desde la Revolución Francesa (la película empieza con nuestro corso presenciando la ejecución de María Antonieta, una coincidencia que no ocurrió), abarca su ascenso al poder, sus guerras políticas y bélicas, sus tropiezos políticos y bélicos y su caída hasta la isla de Santa Elena, la perdida locación donde quien fuera emperador y el hombre más poderoso de su Francia murió en soledad y lejísimo de sus glorias.

Para eso, Scott trabaja sobre un guion de David Scarpa (con quien hizo antes Todo el dinero del mundo sobre la familia Getty) que privilegia el vínculo de Napoleón con Joséphine de Beauharnais, la cortesana que fue el amor de su vida y que aquí interpreta Vanessa Kirby. Por momentos recuerda a la Marisa Berenson de Barry Lyndon, la película de Kubrick de la que en Napoleón se incluyen varias citas, incluyendo juegos de mesa a la luz de las velas.

La historia está contada a través de la correspondencia furibunda de Napoleón y Josefina y presentada, desde ahí, casi como una suerte de melodrama liviano, que es el tono que corresponde. Pasa del campo de batalla a los aposentos imperiales, de la épica a la comedia sexual.

Phoenix construye su Napoleón como un hombre caprichoso, algo inseguro y celoso, cachondo e ingenuo debajo de su bicornio. Su acento es un poco americano, pero quizás esté ahí para subrayar su condición de corso, de outsider.

Eso dentro de una película histórica que hace alarde de los paisajes panorámicos, de las batallas narradas con precisión militar y filmadas con conocimiento de causa y con la marca de especialista que es Scott. La vistosa y helada Austerlitz y, caramente, la de Waterloo que fue funesta para Bonaparte, son mostradas con esmero. La imposible conquista de Rusia en invierno es una de las grandes escenas. Hay un par así.

La fotografía de Dariusz Wolski -quien ha coloborado con los hemanos Scott desde siempre-, aporta una paleta oscura y limitada que da realismo a la espectacularidad.

Napoleón es una biopic contada con pulso, que no le teme al melodrama y a la pretensión artística. Scott, siempre confiado, es él un Napoleón manejando las tropas en el campo de batalla. Sus películas suelen tener aspiraciones expansionistas y con esta encuentra la mejor en muchísimo tiempo (¿desde La caída del halcón negro?) y quizás la más personal y monumental desde Gladiador.

Es cine épico clásico y eso, bien contado, nunca viene mal.

Napoleón [*****] Origen: Estados Unidos, Reino Unido, 2023. Director: Ridley Scott. Guion: David Scarpa. Fotografía: Dariusz Wolski. Editores: Claire Simpson, Sam Restivo. Música: Martin Phipps. Con: Joaquin Phoenix, Vanessa Kirby, Tahar Rahim, Rupert Everett, Edouard Philipponnat, Catherine Walker, Ludivine Sagnier. Duración: 158 minutos. Estreno: 23 de noviembre.

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