CRÍTICA
Se estrenó la segunda parte de "It", basada en la novela de Stephen King
Stephen King es, a sus 71 años, una continua fuente de inspiración para el cine, que ha sabido sacarle provecho a sus historias -con más o menos éxito- para llevarlas a la pantalla grande. Desde Carrie, su primera novela publicada en 1974, el cine ha encontrado en este escritor nacido en Maine (que es el escenario de la mayoría de sus historias) una usina inagotable de ideas, en su mayoría, del género de terror.
Porque King ha sabido contar, por ejemplo con El resplandor, Cementerio de animales, La niebla o Misery, que los seres humanos somos tan viles como los distintos monstruos que aparecen en sus ficciones. Un poco de eso también aparecía en la primera entrega de It, que presentaba a un pueblo que no recordaba (o no quería hacerlo), su propia historia y, como se sabe, quien no recuerda su pasado está condenado a repetirlo.
It, publicada en 1986, es una imponente novela -supera las 1.500 páginas- donde se narra en dos tiempos (un verano en los años cincuenta, y otro a fines de los ochenta) las peripecias de un grupo de amigos, u201cel club de los perdedoresu201d, que se enfrentan a una criatura que tiene el aspecto de un arlequín, y se encarga de mutilar y matar a los niños del pueblo.
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La novela fue adaptada en 1990 para la televisión con Tim Curry como Pennywise, el perverso payaso de la historia. En Uruguay llegaron los dos episodios como una sola película, directamente al video, y desde entonces se convirtió en la pesadilla de muchos jóvenes.
En 2017 se estrenó la versión cinematográfica de esta historia, de la mano del argentino Andy Muschietti, quien había demostrado manejar bien el terror en su primer largometraje, Mamá (2013), que tenía a Jessica Chastain en el papel principal. Él fue el encargado de llevar al cine It, que se dividió en dos entregas, como la novela original.
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La primera parte se convirtió en una de las películas más taquilleras de 2017 (se espera que esta continuación tenga una recaudación similar) y en la de mayor recaudación en el género de terror en la historia, superando a títulos como El exorcista, El conjuro o Sexto sentido.
Ayer se estrenó It: capítulo dos, nuevamente dirigida por Muschietti y con un elenco que tiene a Jessica Chastain, James Ransone, Jay Ryan, James McAvoy y Bill Hader como los protagonistas. Son la versión adulta del u201cclub de los perdedoresu201d, los que tienen que regresar a Derry después de recibir la llamada de Mike (Isaiah Mustafa), quien les recuerda aquel pacto que hicieron hace 27 años.
El pacto, ese que juraron con sangre luego de derrotar a Pennywise al final de la primera parte, es el inicio de esta continuación que arranca con el salvaje regreso del villano (nuevamente con el rostro y la plasticidad de Bill Skarsgard, un verdadero acierto) al lugar, en busca de venganza. Pero película no es solo el retrato de la lucha de los adultos contra ese monstruo que usa sus peores miedos en su contra: también es un homenaje a una época y a un cine de terror, lo que se va viendo en frases, comentarios, pósteres y demás guiños a la cultura pop.
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El primer tercio del film muestra dónde están los miembros del u201cclub de los perdedoresu201d ahora. Los adultos aparecen repitiendo el mismo círculo de destrucción del pasado. Beverly (Chastain) se casó con un hombre similar a su padre, un tipo violento que abusa de ella. Como ella, el hipocondríaco e hiperactivo Eddie (James Ransone) se casa con alguien igual a su madre -incluso es la misma actriz-, mientras Billy (James McAvoy) batalla con adaptar y mejorar el desenlace de su primera novela al cine. u201cMe gustó la trama, pero no el finalu201d, es un chiste que se repite a lo largo de la película, y va tomando nuevos significados a medida que la historia avanza.
Richie (Hader), en tanto, es un exitoso comediante con miedo al rechazo, y el antes gordito Ben (Ryan) se convirtió en un musculoso millonario que vive recluido por el pánico al mundo exterior. Todos viven fuera de Derry, y tendrán que regresar cuando Mike, quien se quedó en el pueblo y es el único que parece recordar los traumáticos hechos del pasado, se encargue de reclutarlos para la lucha final.
Mike continúa obsesionado con el payaso, y encontró los orígenes de Eso (de allí el título de la película y la novela), que se remontan a varios siglos atrás, y el ritual -presentado de manera confusa, hay que decirlo- que lo destruirá. Para hacerlo posible, cada integrante de la pandilla tendrá que encontrar un talismán, un objeto que tiene que ser de aquel verano en que lograron detener al malo.
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Así comienza el segundo tercio, donde los personajes se separan otra vez para encontrar esas u201carmasu201d. Beverly regresa a la casa de su padre, donde se encuentra con una anciana que ahora vive allí -es una gran escena de tensión-, Richie es atormentado por una enorme estatua, y Billy comparte escena con Stephen King, quien es el vendedor de una tienda de antigüedades y juega con las palabras (todo lo que dice en inglés comienza con B). Allí también aparece un mate con el escudo del Club Atlético Independiente, equipo del que el director argentino es fanático.
Y mientras los adultos intentan encontrar el talismán, el payaso continúa haciendo de las suyas con los niños de Derry, todo presentado con buenas escenas de suspenso. A la película le falta el terror de la primera entrega, y su duración -169 minutos que se hacen notar- vuelve pesado el viaje personal de cada personaje. Básicamente, esta secuela es la suma de seis cortometrajes, cada uno centrado en la búsqueda de cada adulto por el talismán en cuestión.
Una serie de vericuetos y túneles serán el preámbulo para el gran final, ese que se anuncia en el afiche de It: capítulo 2, que tiene una resolución algo simple para tanta expectativa y tanta tensión generada. O sea, mucho ruido y pocas nueces. Aún así, la película logra su cometido: entretiene, y asusta cuando tiene que hacerlo. No está a la altura de su antecesora, pero a los fanáticos del género no les va a molestar.