ENTREVISTA

Del otro lado del Zoom está Jeff Goldblum y este cronista no lo puede creer. Está acompañado por las actrices Bryce Dallas Howard y DeWanda Wise y el director Colin Trevorrow presentando, desde México,Jurassic World Dominio,la nueva entregas de dos sagas hermanas que se juntan por primera vez. ¡Jeff Goldblum!

Jurassic World Dominio, que se estrena este jueves en cines uruguayos, es la sexta entrega de una franquicia que Steven Spielberg inició hace ya 29 años con Jurassic Park (que tuvo dos secuelas) y que en 2015 se convirtió en Jurassic World, la trilogía que ahora se está cerrando.

“Siempre he sido un desenfrenado buscador de la odisea creativa”, le dice a El País, Goldblum que es tal como uno se lo imagina (divertido y distendido). “Y trabajar con Steven Spielberg, Laura Dern y Sam Neill y todos en la primera Jurassic Park y con todos los que han sido parte de esto desde entonces, me cambió para siempre: soy una mejor persona y un mejor actor y eso no hubiera pasado sin ellos”.

La nueva película reúne, por primera vez a protagonistas de los dos tramos de la saga. Goldblum, Dern y Neill, los científicos que llegaron a la historia bien al principio se alían ahora a Howard y Chris Pratt (quien en la charla está ausente sin aviso), los héroes de las dos últimas películas, Mundo jurásico y Jurassic World: El reino caído.

Se cruzan en un panorama más aterrador que lo que solía ser con los humanos (mal) conviviendo con los dinosaurios, una situación que genera imprevistos peligrosos.

Hay un villano mesiánico (un emprendedor tecnológico, el malo de moda, interpretado por Campbell Scott) que va detrás de una chiquilina que esconde en su cuerpo el secreto del ADN de los dinosaurios y lo quiera usar para mal. Nuestros héroes —a los que se suma Kayla, la intrépida piloto que interpreta DeWanda Wise— deben defenderla de los inescrupulosos intereses de la corporación y usar ese don para el bien, claro.

Los protagonistas siguen más o menos en lo mismo. Owen Grady (Pratt) es una suerte de cowboy de velociraptores y Claire Dearing (Howard) se ha convertido en una activista de la defensa de los dinosaurios. Los tres veteranos son, más o menos, los mismos de antes.

Dominio es el regreso de Trevorrow a la saga después de ceder el asiento del director al español, Juan Antonio Bayona en El reino caído. Conoce la historia y sabe cómo mantener la atención a pesar de lo limitado de las reglas de juego de la franquicia: siempre se necesitan animales más grandes y peligros que vienen de atrás y siempre son mortales.

Trevorrow consigue lo que se propone como una intensa persecución en un mercado clandestino de dinosaurios y un ataque de aviones atacados por bestias prehistóricas provoca alguno de los mejores momentos.

Con los cuatro sentados a lo lejos y en una jornada que uno imagina extenuante para ellos, Goldblum, Howard, DeWise y Trevorrow, se tomaron un ratito para charlar con El País.

—La influencia más notoria de Jurassic World Dominio son las películas de monstruos gigantes japonesas del tipo Godzilla, pero la película también habla de cosas menos espectaculares como la familia. ¿Qué referencias convocó para toda esa historia?

Trevorrow: Intenté dejar afuera todas las influencias que pudieran aparecer porque quería permanecer lo más original y fresco posible. Por eso me apoyé en la energía de mi coguionista, Emily Carmichael, y en los actores para poder encontrar algo genuinamente nuevo. Pero también sé que todos tenemos esas películas que amamos, a las que nos referimos todo el tiempo, que están en nuestro ADN, en nuestra sangre y van a aparecer naturalmente. Pero en verdad estaba intentando alejarme de mis referencias y todo lo que se hizo antes, para así poder aportar mi propia contribución.

—¿Qué volvió que se había perdido con el regreso de Trevorrow?

Howard: Colin fue el arquitecto de la franquicia de Jurassic World y trajo más humanidad y colaboración. Nos incluyó a los actores de una manera que nunca habíamos experimentado. Hablábamos, a las espaldas de Colin, de cómo estaba creando un proceso increíble donde nos permitía sentirnos dueños y al mismo tiempo estar ahí guiándonos. Nos permitió ser parte su visión sobre toda la franquicia.

—Kayla es un personaje muy interesante y un buen ingreso a la franquicia, aunque sea al final. ¿Cómo se acercó a ella?

DeWise: Con la misma energía que ya venía presentada. Está llena de amor y cuidado en el guion porque aunque tuvimos mucha oportunidad de colaborar y aportar cosas, el mapa ya estaba de antes. Me siento parte de la historia del cine con una franquicia extraordinaria y tener esa conversación de cómo construir un nuevo icono. Es raro y me siento honrada.

—Goldblum, ¿les hizo notar a los recién llegados su experiencia en el trato con los dinosaurios?

Goldblum: No. En realidad, me sentí como un humilde estudiante al subirme en este tren, en esta nave espacial, en este fantástico vehículo que es esta nueva versión de las películas de Jurassic World con la maravillosa Bryce Dallas Howard y Chris Pratt y con los nuevos maestros de la aventura, del cine y la actuación. Tenía abierta mi libreta de notas, absorbiendo todas las enseñanzas que pudiera.

—¿Imaginó, hace 30 años, que iba a pasar esto con la saga?

Goldblum: Si alguien me hubiera dicho en el primer día de rodaje de la primera película o incluso en el estreno, que 30 años después iba a estar en la sexta entrega con un papel así de bueno, hubiera pensado que estaba loco.

—¿Le gusta Ian Malcolm, su personaje?

Goldblum: Ya me gustaba desde la novela de Michael Crichton y también en la intepretación que hizo Spielberg y ahora en las manos del genial Colin Trevorrow. Amo este delicioso e impredecible viaje.