El año 1994 fue una buena cosecha para el cine. Se estrenaron éxitos que se volvieron clásicos como Forrest Gump, Asesinos por naturaleza, Máxima velocidad, El rey león, Mentiras verdaderas y Sueño de libertad. E irrumpió en la pantalla un actor que venía de la comedia televisiva de Canadá y cerró ese año protagonizando tres películas. Las tres son comedias muy graciosas, las tres alcanzaron el estatus de culto, y las tres definieron el camino de Jim Carrey como una referencia.
Una es Ace Ventura: detective de mascotas que, pese a un humor luego acusado de transfóbico, sirvió para que Carrey llamara la atención. En la película de Tom Shadyac, interpreta al insólito investigador con la misión de encontrar el paradero de la mascota de los Miami Dolphins, lo que lo lleva a hacer varias pavadas junto a Mimi Rogers y Courteney Cox.
Otra es Tonto y retonto de los hermanos Peter y Bobby Farrelly, en la que compartió elenco con Jeff Bridges, quien tuvo que luchar contra su representante para interpretar al torpe Harry, amigo de Lloyd (Carrey) y con quien sale por carretera para devolver un maletín perdido.
Y la tercera es La máscara, que lo catapultó a Jim Carrey a la fama, quedó en la cuarta posición de la taquilla de ese año, y le dio al canadiense el estatus de nueva estrella de Hollywood.
Dirigida por Chuck Russell, quien venía del cine de terror con películas como Pesadilla 3 y La mancha voraz, La máscara se centra en Stanley Ipkiss, un aburrido empleado de un banco que vive con su perro y lee cómics. Esa monotonía cambia cuando conoce a la seductora Tina Carlyle (Cameron Díaz) y encuentra una máscara de madera que, al usarla, le otorga increíbles poderes.
El pasado lunes se cumplieron 30 años de su estreno en Estados Unidos —a Uruguay llegó bastante más tarde, en marzo de 1995— y, por eso, va un repaso a estas curiosidades de un clásico que, si gusta, puede encontrar para ver en Max.
Iba a ser una película (muy) violenta
Si bien La máscara es una comedia que utiliza varios personajes animados de Tex Avery (Pepe le Pew, el Demonio de Tazmania, el Lobo feroz o Bugs Bunny, entre otros), tiene su origen en un cómic de terror creado por Mike Richardson y publicado por Dark Horse Comics. En la historieta para adultos, quien usaba la máscara se convertía en un asesino conocido como Big Head, que mataba a sus víctimas de formas espantosas.
Así que las primeras versiones del libreto mantenían la tónica violenta del original, hasta que apareció el director Chuck Russell, quien decidió transformar la historia en una comedia. Al final, algunas viñetas del cómic terminaron en la película, como la escena en la que La Máscara saca una ametralladora de sus bolsillos luego de esquivar una balacera.
“En el cómic, La Máscara sacaba un hacha mágicamente de su bolsillo mientras que yo podría hacer que Jim Carrey sacara un pollo de goma o una bazuca. La Máscara original sacaba un hacha y cortaba a todo el mundo en pedazos y había sangre por todas partes. Fue pensar, ‘¿Realmente necesitamos hacer otra película grotesca cuando está este tipo, Jim Carrey, ahí afuera?’ Aquí tenemos una oportunidad de iluminar el mundo con un nuevo comediante", comentó el director a la revista Forbes sobre el cambio en el género y la trama.
Para lograr la transición entre géneros decidieron que la máscara fuera Loki, el dios de las travesuras; Russell llegó a filmar un prólogo con vikingos deshaciéndose de esta extraña careta, algo que no llegó al corte final.
La elección de Jim Carrey les ahorró U$S 1 millón
Hoy es imposible imaginar a otro actor para el personaje de Stanley/La Máscara, aunque en su momento se barajaron varios nombres de famosos, ya que el actor de 31 años era entonces un completo desconocido.
En la lista de posibles elegidos de la producción estaban Rick Moranis, Martin Short, Nicolas Cage, Matthew Broderick y Robin Williams, pero el director quería a Carrey, a quien había conocido en una audición para la comedia De vuelta al colegio. Al final, la productora aceptó a “el tipo blanco” de In Living Color, el programa de sketches estilo Saturday Night Live que crearon los hermanos Damon y Keenen Ivory Wayans, luego de ver un segmento en el que Carrey se contorsionaba durante una parodia del drama Mi pie izquierdo.
Tener al actor, quien cobró apenas 450 mil dólares por la película (por su siguiente proyecto le pagaron siete millones de dólares), resultó ser una doble ventaja, ya que gracias al talento para la gesticulación se ahorraron dinero en efectos visuales.
“Los chicos de Industrial Light & Magic calcularon que ahorré cerca de un millón de dólares una vez que conseguí a Jim solo por lo que él era capaz de hacer, en comparación con lo que pretendíamos hacer originalmente”, le dijo Russell al diario Chicago Tribune.
Fue el debut de una reina de las comedias
Al igual que ocurrió con Carrey, Cameron Díaz no era la primera opción para encarnar a la seductora Tina Carlyle. Entre los nombres que se manejaban estaban los de Anna Nicole Smith, Christina Applegate, Jennifer Connelly, Laura Dern, Janny McCarthy, Alyssa Milano, Gwyneth Paltrow, Winona Ryder, Alicia Silverstone, Una Thurman y Vanessa Williams.
El productor de La Máscara, Robert Engelman, dijo a Forbes que en una fiesta de los Oscar vio a Cameron Díaz en la pasarela y le comentó a sus colegas: “Ese es el tipo de persona que estamos buscando".
La joven tenía 21 años entonces y nunca había trabajado en cine o televisión, pero fue la elegida. Tuvo que audicionar 12 veces y le avisaron que la habían seleccionado una semana antes del inicio del rodaje.
Una joyita pudo no haber aparecido
Uno de los momentos más recordados de la película es el musical que protagoniza La Máscara para intentar salvarse de la policía, que lo tenía rodeado, al ritmo de la canción “Cuban Pete”.
Se trata de una canción lanzada en 1936, popularizada en la serie I Love Lucy y que interpreta Desi Arnaz. Si bien los productores no estaban seguros de incluir la escena, todo cambió luego de la entusiasta recepción en un preestreno.
En la película la canción es cantada por Carrey, pero no así por Díaz, ya que su voz fue regrabada por Susan Boyd, quien dio voz a las películas animadas La Sirenita y Mulán. Con su presencia en el film, “Cuban Pete” se convirtió en un éxito que incluso llegó a integrar el ranking Hot Dance Music de Billboard.
Hay guiños al Oscar y a Hollywood
La máscara fue nominada al Oscar a mejores efectos visuales, premio que perdió ante Forrest Gump, y también incluye un chiste a la ceremonia. Esto ocurre cerca del final, cuando el protagonista intenta salvarse de los villanos y agradece un Oscar, repitiendo el discurso de la actriz Sally Field cuando obtuvo su segundo galardón: “¡Me aman, realmente me aman!”.
No es la única referencia hollywoodense o cultural de la comedia. Hay un guiño a El fugitivo, cuando La Máscara dice: “No fui yo, fue un hombre con un solo brazo”, como decía el doctor Richard Kimble; a ¡Qué bello es vivir!, cuando Stanley salta al río para ayudar a la que cree que es una persona en problemas; y a Un cuento de Navidad de Charles Dickens, ccuando el personaje central está en su lecho de muerte y dice: “Dile al pequeño Tim que no llegaré a casa para Navidad”. Curiosamente, Carey protagonizó en 2009 una adaptación audiovisual de esta obra.
El traje que se volvió sello apenas aparece
Si bien la imagen de Stanley Ipkins vistiendo el traje amarillo se ha vuelto un sello de la película, lo cierto es que solo aparece cinco minutos con ese vestuario. La famosa indumentaria se basa, además, en las ropas que le había confeccionado la madre de Carrey cuando tenía 15 años y él recién comenzaba a subirse a los escenarios para hacer stand up.
Gracias a la película, Carrey fue nominado al Globo de Oro a mejor actor de comedia, aunque también recibió una candidatura a los Razzie a “peor nueva estrella”. Treinta años después, su carrera sigue marcada a fuego por la cara verde y todo lo que hay detrás de este, uno de sus trabajos más memorables.