Redacción El País con información de EFE
Disney, la compañía de animación más famosa, cumplió 100 años y se propuso el desafío de crear una película que englobara a muchas de las historias que creó durante un siglo. Así nació Wish, el poder de los deseos, desde ayer en cines locales.

El equipo es el mismo de la multipremiada Frozen (2013) y, para crear el film, Peter Del Veccho, su productor, reunió a un numeroso grupo de personas del estudio y les preguntó qué significaba Disney para cada uno. “El ADN de Disney está en el acto de pedirle un deseo a las estrellas”, fue la conclusión a que llegó. Precisamente así es como se sostiene la historia de Asha, a quien Ariana DeBose (West Side Story) presta su voz en la versión original.

Una adolescente oriunda del fantasioso Reino de Rosas tendrá de enemigo al Rey Magnífico, interpretado por Chris Pine (Mujer Maravilla). Magnífico es un hombre que “protege” los deseos de la gente en un castillo, pero que en contrapartida les quita su identidad y motivación. Por eso, con la ayuda de una mágica estrella y un grupo de diversos amigos que la ayudarán a desenmascarar al villano, Asha pasa de ser una leal súbdita a convertirse en la líder que lleva adelante una revolución para liberarlos a todos.

Chris Buck y Fawn Veerasunthorn, los directores, afirmaron que la película incluye hasta 100 referencias distintas a previos clásicos animados del estudio que marcó a varias generaciones. Mezclando la técnica de acuarela utilizada en películas como La Bella Durmiente (1956) o Alicia en el País de las Maravillas (1951) y con la ayuda de la tecnología actual, e inspirados además en títulos como La sirenita (1989), el proyecto reúne “todo lo bueno del pasado y, todo lo bueno del futuro”, aseguró Buck.

Acá, cinco de los muchos guiños que hace Wish a anteriores clásicos de Disney.

La película empieza cuando un gran libro se abre y deja entrever sus páginas. Esta introducción pretende decir que la historia de Asha y el Reino de Rosas que el espectador está a punto de conocer, es algún tipo de cuento milenario. Está, así, remontándose a una costumbre del estudio: hacer películas a partir de cuentos de hadas bien conocidos por el público. También fue habitual en muchas producciones Disney que una voz narradora dijera “Érase una vez…”, para invocar a la historia, algo que aquí sucede.

Asha tiene siete grandes amigos, además de su fiel cabra Valentino, que la acompañan durante su lucha contra el malévolo Rey Magnífico. Resulta que, además del emblemático número, todos ellos suponen referencias a los siete enanitos de Blancanieves (1937). Comparten las iniciales de sus nombres y la personalidad: Safi es alegre como Feliz, Hal es irritable como Gruñón y Simón está aburrido, igual que Dormilón.

El despacho de Magnífico está lleno de referencias, algunas muy evidentes como la pluma que dibuja en el aire las orejas de Mickey Mouse, o la manzana con el líquido verde en forma de calavera de Blancanieves; y otras más sutiles como los libros voladores que aparecen en Merlín, el encantador (1963) o el color de la magia prohibida, muy similar al de los poderes de Maléfica en La Bella Durmiente (1959).

Como también es tradición en las producciones Disney, acá hay animales parlantes con mucha personalidad. Valentino, por ejemplo, es una cabra que gana el poder de hablar y le confiesa a Asha que su mayor deseo es que los animales sean iguales y lleven ropa, una gran referencia a Zootopia (2016). Además, una escena en que aparecen los animales del bosque contiene muchos diseños que aluden a otras películas del estudio: la ardilla se parece a la de Merlín el oso al de Robin Hood, las flores y las setas a las de Alicia en el País de las Maravillas, los conejos a los de Bambi e incluso hay más de un árbol que recuerda a la Abuela Sauce de Pocahontas.

Asha tiene personalidad y convicciones y no pretende seguir el legado de las antiguas princesas (es una adolescente común y corriente), aunque celebra a mujeres poderosas como Mulán, Elsa o Rapunzel. Su arco narrativo hace justicia al nuevo perfil de protagonistas que Disney creó en los últimos años, como Moana o Valiente.