Pasaron las polémicas, los escándalos, las críticas. Pasó toda el agua bajo el puente de la nueva versión de La Sirenita, que este jueves llega a cines locales y del mundo con acción real y una protagonista afroamericana que causó una revolución. Más allá de las controversias del mundo virtual, lo que quedará será el impacto positivo, la representación.

Es el gran mérito del que puede jactarse La Sirenita, el renovado clásico de Disney que ahora cuenta con actores de carne y hueso y con Halle Bailey, de 23 años, como una Ariel que ya no tiene la piel blanquísima de la de los dibujitos de 1989. Otras cosas han cambiado.

"La versión de la sirenita Ariel que tenía en mi cabeza tenía la piel pálida y el pelo rojo y brillante. ¡No se parecía en nada mí!", dijo a Vogue la actriz, cuando recordó cómo fue su proceso de casting para la película. Dijo también, a poco de lanzadas las primeras imágenes y luego de ver la conmovedora reacción de niñas negras: “Me llenó de amor que sepan que son hermosas y que también pueden ser princesas. Es tan curativo ver a otros bebés tener eso y poder saber que cuando sean mayores esto será normal”.

"¿Ella es negra?", se preguntó Ke'Iona Shanks, a punto de cumplir ocho años, y festejó: "¡Hurra!". Fue uno de los muchos momentos virales capturados por los padres en TikTok cuando les mostraron a sus hijas negras el tráiler de la nueva La Sirenita, consignó en una nota el New York Times.

Bailey, la mitad del dúo msuical Chloe x Halle, es una de las primeras mujeres negras en interpretar a una princesa de Disney en el cine. El antecedente más cercano era animado (La princesa y el sapo, 2009).

“Ver una manifestación real de algo que amas y te apasiona hace que esa cosa sea más realista y te hace sentir incluido; esa es mi esperanza para ellas”, dijo a The New York Times Sterling Shanks, quien grabó a sus hijas, Ke’Iona, Lai’Anna y Ea’Iona, de dos años, mientras miraban el tráiler. “Ver a Halle Bailey como Ariel hace que algo que aman sea más asequible y cercano. (...) Lai'Anna dijo: '¿Notaste que tiene trenzas como las que tenemos nosotros a veces?'".

“Quiero que la niña que hay en mí y las niñas como yo que están mirando sepan que son especiales y que deberían ser una princesa en todos los sentidos”, dijo Bailey a Variety en agosto del año pasado. “No hay razón para que no lo sean. Ese consuelo era algo que necesitaba”.

La inspiración causada por Bailey es una respuesta a la primera reacción masivamente racista que recibió La Sirenita cuando se conoció quién iba a ser su nueva protagonista.

De ahí en más, las críticas siguieron por cómo se ven diferentes personajes, ya sea los encarnados por humanos —por ejemplo, Melissa McCarthy como Úrsula, la villana— como aquellos que son fruto de la animación, como la fauna marina.

Sin embargo, la representatividad y la inclusión parecen ganarle a lo demás. “Lo que me llevó a aceptar el rol de Ariel fue realmente ser capaz de representar todas las chicas y niñas negras y niños que merecían verse a sí mismos en la princesa y el príncipe", dijo Baley a Infobae. "Que sepan que somos dignos de estar en estos espacios. Creo que eso fue sanador para la niña interior en mí. Y eso fue lo que permitió querer ser parte de esto”.