"La trampa", la última película de M. Night Shyamalan, es una buena idea otra vez desaprovechada

En este estreno que llega a cines de Uruguay, Josh Harnett interpreta a un asesino en serie atrapado en medio de un concierto repleto de adolescentes y el director de "Sexto sentido" entretiene, pero vuelve con algunos de sus peores vicios.

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Josh Hartnett en "La trampa"

M. Night Shyamalan es un director de ideas. En su cine hay un niño que habla con los muertos, una aldea aislada, una playa donde los bañistas envejecen súbitamente. Lo de él no es por falta de ideas: el problema suele ser cómo las adorna.

La trampa, la última del director de Sexto Sentido (y 20 más entre las que están La aldea y Viejos) tiene una buena y disparatada premisa que termina atrapada en su insaciable disposición para recargarlo de cosas. No está mal si se está con la credulidad bien alta.

Alertados por un tip anónimo, el FBI tiene rodeado a “El Carnicero”, un asesino serial que viene aterrorizando Filadelfia y localidades aledañas: ya mató a 12. No saben exactamente quién es pero si que va a estar en un show de Lady Raven, la cantante pop del momento, en una suerte de Antel Arena repleto de 20.000 adolescentes enfervorizadas.

Hay, además, 3.000 padres que son sospechosos y, sí, el plan es tan estrafalario como organizar un procedimiento policial en un recinto cerrado repleto de menores.

El que parece nervioso es Cooper (Josh Hartnett), el padre más buen mozo del recinto, quien está ahí para acompañar a Riley (Alison Donoughue), su hija de 12 años que está como loca por Lady Raven (que interpreta la hija del director, Saleka Shyamalan, quien también escribió sus canciones).

Rápidamente —quizás cuando se sabe que tiene a un muchacho secuestrado al que monitorea por su celular— queda clarísimo que Cooper es el mismísimo “El carnicero” y que se dio cuenta, al toque que vienen por él. Hará cualquier cosa para que no lo agarre y sin descuidar a la nena.

El planteo es entretenido y seductor, como suelen ser las ideas de Shyamalan, quien desde 2007 financia sus propias películas como un verdadero director independiente. Hace lo que quiere y eso incluye un cameo por película: acá es el tío de Lady Raven, el tipo más fácil de engañar si se quiere pasar al backstage.

El planteo está contado en tiempo real (piense en Ojos de serpiente de Brian De Palma pero sin el plano secuencia y los gritos de Nicolas Cage) y va revelando los detalles incriminatorios de Cooper, que empieza a inquietarse y con razón pero por lo visto le salen todas bien. El lugar está repleto de policías quienes se van llevando de a uno a todos los padres, en la razzia más injusta aguafiestas del mundo.

Hay una investigadora del FBI (la veterana estrella británica, Hayley Mills) tras su pista pero no es muy eficaz y como plan, insisto, es funesto.

El guion decide saltarse la lógica, lo que para algunos puede ser fatal. A Shyamalan no le preocupan las inconsistencias de la historia: todo en sus películas está al servicio de hacer avanzar la historia. Está lleno de coincidencias y artimañas que solo pasan en películas como esta.

La cosa empieza desbarrancar cuando se sale del concierto y el guion (que es del mismísimo director) abre demasiadas pestañas quepueden hacer perder el interés, incluso a aquellos que le venían perdonando los detalles. La segunda parte tiene momentos imperdonables y vueltas de tuerca que son parte del estilo.

Es difícil no saber, sin embargo, si algunos de esos giros no son pasos de comedia. La película evita cualquier idea política o comentario social, que era una tentación que estaba en la vuelta y que apenas roza.

Hartnett es de lo mejor de una película que debe ser saludada como un regreso de la estrella que empezó con su aparición en Oppenheimer. Consigue transmitir la bipolaridad de un padre abnegado que tiene un homicida dentro suyo. Algunos asuntos mal resueltos con su madre, lo acercan al Norman Bates.

La trampa, entonces, es una perla más en un collar de traspiés. Shyamalan alguna vez fue saludado (y con fundamentos temerarios pero posibles) como un nuevo Steven Spielberg. Terminó haciendo estos inventos clase B que son recibidos con una expectativa de la que casi nunca está a la altura.

Es cierto que, sin mayores exigencias, La trampa resulta entretenida pero de esas en el streaming hay un montón.

La trampa [* *]
Origen: Estados Unidos, 2024. Título original: Trap. Director y guion: M. Night Shyamalan. Fotografía: Sayombhu Mukdeeprom. Música: Herdís Stefánsdóttir. Con: Josh Hartnett, Ariel Donoghue, Saleka Shyamalan, Hayley Mills, Alison Pill, Kid Cudi, Tim Russ, Marnie McPhail, Vanessa Smythe. Duración: 106 minutos. Estreno: 8 de agosto, en cines.

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