"LA MADRE DEL BLUES"
El actor de "Pantera Negra", que murió de cáncer en agosto a sus 43 años, coprotagoniza "La madre del blues" que estrena este viernes
Un papel “glorioso”, escribe The Guardian. Una actuación “brillante, eléctrica, heroica”, dice la agencia AP. Merece un Oscar, asegura The Times. La mayoría de las críticas internacionales coinciden en que el de Chadwick Boseman en La madre del blues es, sin discusión, su mejor trabajo.
“El tipo de actuación, llena de coqueteo y fuego, de coraje y locura, que te hace desear poder ver qué más haría el actor”, afirma, contundente, la reseña de la revista Rolling Stone. “Es el tipo de actuación que te hace extrañar a Boseman”.
La madre del blues (Ma Rainey’s Black Bottom) se estrenará este viernes en Netflix y es la última película del actor que falleció el 28 de agosto tras cuatro años de lucha silenciosa contra un cáncer colorrectal. La plataforma ya estrenó este año 5 sangres, de Spike Lee y con él en el elenco.
Protagonizada por Viola Davis, la película hace foco en una grabación de la cantante Ma Rainey, “la madre del blues”, en 1927, y las tensiones generadas con su agente, su productor y su trompetista Levee (Boseman) en relación a su obra. Dirigida por George C. Wolfe (Noches de tormenta) con guion de Ruben Santiago-Hudson basado en la obra homónima del ganador del Pulitzer August Wilson, se estrenó de forma limitada en cines el 25 de noviembre, y a partir de esta semana tendrá alcance mundial con Netflix.
Y si bien la protagonista es Davis, Boseman compone a un personaje que tiene todo para robarse la atención y eso ya se nota en el trailer. Tras una sonrisa gigante que disimula melancolía, este Levee es insolente y talentoso y tiene, sobre todo, pasión y convicción.
Esas son algunas de las características que le imprimió, en siete años de carrera cinematográfica, a sus papeles más relevantes. La filmografía de Boseman (1976), está atravesada por figuras icónicas para la cultura negra. Primero fue Jackie Robinson, el primer beisbolista afroamericano en ingresar a las Ligas Mayores de Béisbol, para la película 42. Luego fue el padrino del soul James Brown en Get on Up (2014), y más adelante se calzó el traje del primer afroestadounidense juez de la Corte Suprema, Thurgood Marshall, para Marshall y Friedman (está en Netflix).
Para encarnar estas personalidades de forma auténtica pero personal, Boseman hurgó en sus pasados y debilidades y procedió siempre del mismo modo. “Eres un hombre negro fuerte en un mundo que entra en conflicto con esa fuerza, que realmente no quiere que seas genial. Entonces, ¿qué te hace ser el que se mantendrá erguido?”, le dijo al New York Times.
Más allá del profesionalismo y el compromiso con el que asumió cada proyecto, qué lo hizo a él ser el que se mantuvo de pie en un mundo como el que describía en aquella nota está más que claro. Boseman convivió con un cáncer durante cuatro años, y entre operaciones y sesiones de quimioterapia, no dejó de trabajar. La noticia de su fallecimiento fue un baldazo de agua fría porque nadie, salvo su círculo más cercano, sabía de la enfermedad, ni siquiera el staff del Universo Cinematográfico de Marvel donde alcanzó su cumbre.
Boseman ocultó su padecimiento porque, según The Hollywood Reporter, estaba convencido de que ganaría la pelea y haría la secuela de Pantera Negra, la película que lo asoció a él, para siempre, a un superhéroe trascendental.
Hasta que T’Challa no apareció en Capitán América: Civil War, nunca la población afrodescendiente había tenido un superhéroe que la representara, con el que se identificara en sus luchas, su forma de comunicar, sus fortalezas y filosofía. Todo lo que se vislumbró allí se potenció a la enésima en Pantera Negra (2018), película que batió records de taquilla y recibió siete nominaciones al Oscar, incluso la de mejor película.
Pantera Negra fue una reivindicación de la cultura afro pero planteada como una película universal. Boseman mostró, esa vez a través de un héroe de ficción al que vistió con la humanidad aprendida de tanto personaje real, que hay otras posibilidades y portó la bandera de fortaleza, de resistencia ante los embates de un sistema que excluye y discrimina. Y su mensaje llegó. La angustia de los niños y la viralidad de la frase “Wakanda forever” tras conocerse la noticia de su muerte fueron tan elocuentes como la decisión de Marvel de no reemplazar a su Pantera Negra.
“La representación que Boseman hizo de Pantera Negra es icónica y trasciende cualquier iteración del personaje en el pasado de Marvel, por esa razón no repetiremos el personaje”, dijo el director de Marvel Studios, Kevin Feige, en una presentación para inversores del grupo empresarial The Walt Disney Company realizada recientemente. Para “honrar su legado”, en la secuela que se espera para 2022 se explorará “el mundo de Wakanda y todos los personajes” de la primera.
Del legado, de su forma de inspirar y su calidad humana hablaron el resto de los Vengadores y varias figuras más —de la presentadora de televisión Oprah Winfrey a la vicepresidenta electa de los Estados Unidos, Kamala Harris— en el especial Tributo a un rey de ABC News que puede verse en Disney+. Sencillo pero emotivo, el programa reúne cantidad de elogios y recuerdos en torno a una figura que, está claro, dejó huella. “Es justo que lo lloremos como rey”, dice la actriz Elizabeth Olsen (Wanda en el MCU) y sintetiza un sentir común.
De legado va también, el trabajo que hace en La madre del blues y que será una forma de despedida. “Si hablás con su mujer, con sus padres, con sus hermanos, con la gente de su vida personal, tendrás una historia completamente diferente que no le involucra como actor”, dijo Viola Davis a Efe a propósito de este estreno.
“Pero lo que le dio al público fue un legado de trabajo excelente, un legado de trabajo que es arte puro y transformador, no simplemente entretenimiento. Eso es lo que le encantaba: es un legado de excelencia”.