Este fue el año en que el cine pareció consolidarse como el espectáculo de masas, lo que limita sus alcances artísticos pero le da más vida como negocio. Entre los Top Gun y los Wakanda Forever que abundan en la vuelta aún se pueden rastrear intenciones autorales, preocupaciones sinceras e imaginación cinematográficas. Aquí hay una selección de algunos de esos momentos que se pudieron ver en el cine y en los servicios de streaming.

Rom-com (una comedia romántica, perdón el anglicismo) uruguaya cargada de buenas ideas y de una inocencia que está buenísima. El debutante Juan Manuel Solé utiliza referencias de todo tipo (incluyendo un prólogo y un número musical sacados de Disney) para contar la historia de amor entre Julio (Chepe Irisity), un muchachón compatriota algo torpe que en Colonia del Sacramento conoce a Claire (la argentina Darina Butryk con un convincente acento gringo), una turista estadounidense. Lo que sigue es una alocada seguidilla de encuentros y desencuentros, con buenos gags. Y tiene hasta un montón de cameos locales con Cristina Morán en una de las mejores escenas de la comedia uruguaya.

Está en cines.

Afectuosa y melancólica historia de unas vacaciones de una niña de 11 años y su padre, en un ejercicio de autoficción que es el debut de la británica Charlotte Wells. La mirada es la de la nena (Frankie Corio), que descubre el mundo mientras su padre (Paul Mescal) parece atormentado por algo. Presentada como un collage que incluye imágenes caseras y otros recursos, la película es un flashback desde un presente entre onírico y real, que protagoniza Celia Rowlson-Hall pero está claro que es la propia directora. Ha ganado premios por todos lados.

Está en cines.

Alejandro González Iñárritu vuelve a México y consigue su película más personal, sí, pero también más caprichosa y desbordada. Daniel Giménez Cacho interpreta a un periodista y director de cine que intenta saldar deudas personales con su país y su historia, después de 20 años de vivir en Estados Unidos. Eso le permite a Iñárritu, en su primera obra después de los Oscar por Birdman y El renacido, sacar el Fellini que siempre tuvo adentro e ir por la libre asociación de ideas y un par de imágenes (la inicial; el Zócalo mexicano repleto de muertos y con Hernán Cortés leyendo a Octavio Paz) tan vistosas que alivian, bastante aunque no del todo, exageraciones al borde del capricho.

Está en Netflix.

El director chileno Sebastián Lelio (Oscar por Una mujer fantástica) hace de su primera película de época un estudio sobre lo que vemos, lo que creemos o lo que queremos ver, con la historia de una enfermera (Florence Pugh) que a fines del siglo XIX y poco después de la Gran Hambruna, llega a Irlanda para desenmascarar (o no) a una niña en pleno ayuno místico. Es una historia de redención personal con puesta visual atractiva marcada por un inquietante distanciamiento brechtiano.

Está en Netflix.

Todo lo que quería saber sobre David Bowie y nunca se le ocurrió ni siquiera pensar. El director Brett Morgen (que había hecho un documental sobre Kurt Cobain y otro sobre Robert Evans) pone todo para dejar clara la posición de Bowie como uno de los grandes artistas del siglo XX. Con imágenes cedidas por la propia familia, pero con mucho recurso que lo aleja del documental estándar, la película se propone un montón y presenta a su héroe como una suerte de filósofo pop con un repertorio, aquí visitado en versiones inéditas, de esos que merecen una película como esta.

Se vio en Movie.

La música es de Brian Eno y acompaña la historia, filmada en un 16 mm muy conveniente, de una mujer alemana recién jubilada que decide dejar su comodidad pastoral de la Selva Negra para ir a ver a uno de sus hijos en una Hong Kong ganada por las protestas sociales. Solo la escena que une los dos destinos de esta temeraria road movie ya revela en Jonas Bak (que es alemán y este es su primer largometraje) un director de sensibilidad de las que escasean. Pasó desapercibida, pero es una obra mayor.

Se vio en Cinemateca.

El uruguayo Manuel Nieto consigue su película más importante con esta historia sobre lucha de clases, dramas personales y raids hípicos. Se centra en la relación entre Rodrigo (el patrón interpretado por Nahuel Pérez Biscayart) y Carlos (el empleado, Christian Borges) y los eventos que rodean un accidente con un tractor en un campo de soja. Lejos de los comentarios sociales, lo que a Nieto le interesa es la incomodidad de los personajes, cierta hostilidad del mundo y el ambiente rural presente ya en La perrera y, principalmente, El lugar del hijo. Es un narrador afinado que consigue acá uno de los finales más inquietantes del cine nacional.

Está en Cablevisión Flow.

Apichatpong Weerasethakul traslada algunas de sus inquietudes de la selva de su Tailandia a la de Colombia, con la historia de una escocesa (Tilda Swinton) que empieza a escuchar unos sonidos inquietantes que solo ella parece notar. La película (que puede resultar muy morosa para cierto público) es un estudio místico cargado de realismo mágico, una de las características del cine de este maestro que ganó la Palma de Oro en Cannes en 2010 (por El hombre que podía recordar sus vidas pasadas) y que es uno de los autores más interesantes del cine moderno.

Está en Mubi.

Drama existencial contado a través del recurso narrativo del multiverso. Michelle Yeoh es la agobiada dueña de un lavadero de Los Ángeles que descubre la infinita variedad de mundos que incluye este mundo. Así Los Daniel (el nombre de la asociación de los directores Daniel Kwain y Daniel Scheinert) construyen un universo visual que no conoce de timideces e incluye un bagel gigante donde están, borgianamente, todos los recuerdos y todas las posibilidades. Un viaje y una ampliación de las posibilidades del cine.

Se vio en salas.

El cierre de la trilogía de Oslo de Joachim Trier (que incluye Reprise de 2006 y Oslo, 31 de agosto de 2011) está, al igual que las otras, interpretada por Anders Danielsen Lie, aunque esta vez el centro esté en Julie (Renata Reinsve, mejor actriz en Cannes), quien acaba de cumplir 30 y no sabe qué hacer con su vida. Se divide, para empezar, entre el cariño de Aleks (Danielsen Lee), un historietista underground, y Elvin (Herbert Nodrum), mientras le busca la vuelta a las cosas que le pasan. Es un estudio generacional, contado en 12 capítulos y un prólogo, sobre ese asunto de crecer. Cuando los dos enamorados se encuentran en una Oslo detenida en el tiempo, regala una de las grandes escenas del cine de 2022.

Se vio en Life Cinemas.