Redacción El País
Conviene evitar patriotismos exarcebados: La sociedad de la nieve es una película española que los uruguayos sentimos como nuestra. Lo que está bien.

Tampoco es tan temerario adjudicárnosla: hay participación uruguaya en la cercana historia de la llamada “tragedia de los Andes”, como el libro de Pablo Viercien que está basada, algunos de sus protagonistas incluyendo aEnzo Vogrincic, su estrella; y la productora Cimarrón, que se encargó de los servicios de producción en Uruguay, Argentina y Chile.

Igual, con todo esa presencia local y por la emoción que generó en el público, está bien que se esté festejando como un triunfo nacional. El propio director, el catalán J. A. Bayona celebró las nominaciones con un bien uruguayo “Vamo’ arriba”.

La sociedad de la nieve aspira a mejor película internacional, una categoría complicada: allí compite La zona de interés que están en la categoría principal de la noche. Es una película hablada en alemán de un director inglés, Jonathan Glazer, y tiene cinco nominaciones en total.

La película de Bayona también compite a mejor maquillaje contra las transformaciones de Helen Mirren en Golda y Bradley Cooper en Maestro; Oppenheimer y la locura visual de Pobres criaturas.

Uruguay ya ha estado en la ceremonia de los premios de la Academia, aunque nunca una película uruguaya estuvo directamente nominada en categoría alguna.

Jorge Drexler se hizo notar en 2004, cuando reverenció a Prince y entonó “Al otro lado del río”, la canción de Diarios de motocicleta que le dio un Oscar. La organización había delegado la ejecución de la canción a Antonio Banderas.

En 2010, la uruguaya Mariela Besuievsky subió al escenario acompañando a Juan José Campanella como parte de El secreto de sus ojos, la segunda película argentina en ganar un Oscar y en la que Besuievsky, que en Uruguay produjo El dirigible, figura como productora.

En 2002, el fotógrafo uruguayo radicado en Brasil, César Charlone, estuvo nominado a mejor fotografía por Ciudad de Dios.

Lo más cerca que estuvimos de estar presentes en la ceremonia fue con Un lugar en el mundo en 1992, que fue presentada como uruguaya ya que los argentinos habían elegido El lado oscuro del corazón. Así, su director Adolfo Aristarain inició una campaña para presentarla como película uruguaya ya que portaba un porcentaje (mínimo) de talento creativo y financiamiento, además de la nacionalidad oriental de su esposa y guionista, Kathy Saavedra.

Finalmente cuando ya había quedado entre las nominadas, fue descalificada por “poco uruguaya”, como lo cont El País, “especialmente debido a las presiones del lobby mexicano empeñado en meter en su lugar a una de sus películas”; no lo consiguió. Por Uruguay, eso sí, la Academia redactó un reglamento más exigente.

Una película que como La sociedad de la nieve tomó un tema uruguayo —para el caso, el secuestro del funcionario estadounidense Dan Mitrione por los tupamaros—, Estado de sitio del griego Costa Gavras, no llegó a los Oscar pero ganó, en 1974, el Globo de Oro a mejor película extranjera y estuvo nominada a los Bafta.