Personajes
Liam Neeson, que se especializó en personajes embarcados en una venganza, contó que sintió deseos de matar a un hombre negro cuando una amiga, hace 40 años, le contó que había sido violada. Pidió disculpas pero el escándalo se había disparado.
Como algunos de sus últimos personajes, Liam Neeson confesó que una vez salió a matar a un hombre negro, luego de saber que una amiga había sido violada por alguien de esa raza. El actor irlandés lo contó a un medio británico en medio de la promoción de su nueva película, llamada, justamente Venganza en la que interpreta a un padre que sale a vengar el asesinato de su hijo. Esa misma sinopsis se puede hacer de cada una de sus últimas películas. Venganza se estrena en Uruguay, el 21 de febrero.
La historia que compartió Neeson ocurrió en Irlanda hace cuatro décadas. Tras enterarse de lo que le pasó a su amiga y que el victimario había sido un hombre negro, “recorrí arriba y abajo algunas zonas llevando una barra, deseando que alguien se me acercara. Estoy avergonzado de decir esto. Lo hice durante quizás una semana, esperando que un negro bastardo saliera de un pub y se confrontara conmigo por algo, ¿sabes? Para poder matarlo”, le contó a The Independent.
La anécdota despertó reacciones contrarias a Neeson, acusándolo de racista, entre otras cosas, por preguntar, la raza del atacante y por referirse a él como un “negro bastardo”.
Ayer, en medio de lo que se volvió una de las más incómodas giras de promoción de una película, Neeson hizo una aparición en Good Morning America, el popular programa matutino de la cadena ABC. Allí, durante ocho minutos, intentó explicarse mejor ante las preguntas de la conductora Robin Roberts.
“Nunca sentí esto antes, lo cual fue un impulso primordial por atacar”, dijo Neeson. “Le pregunté, ‘¿Conocías a la persona? Era un hombre? ¿Su raza?’ Ella dijo que él era un hombre negro. Pensé, ‘Ok’. Después de eso, recorrí algunas noches deliberadamente las zonas negras de la ciudad, buscando ser atacado para poder desatar mi violencia física. Lo hice tal vez cuatro o cinco veces. Realmente me sorprendió, esa necesidad primordial que tenía. Me sorprendió y me dolió. Busqué ayuda. Fui a un sacerdote. Tenía dos amigos muy buenos con los que hablé, y lo creas o no, salir a caminar me ayudó a deshacerme de eso”.
El actor dijo que no es racista y afirmó que hubiera hecho lo mismo si el atacante hubiera sido blanco. A su vez, achacó al entorno de violencia en el que se crió con Irlanda en guerra y un clima hostil y beligerante que lo llevó a actuar de una manera que definió como “medieval”.
Neeson nació en junio de 1952 en Ballymena, Irlanda del Norte. Aunque iba para maestro, en 1976 se volcó hacia la actuación, primero en el teatro y, en 1981, el director John Boorman le dio un papel en Excalibur. A partir de allí trabajó mucho en televisión y a fines de la década de 1980 se mudó a Los Angeles. Fue allí que su carrera se disparó. Trabajó en La misión de Roland Joffe (años más tarde interepretaría a otro jesuita en Silencio de Scorsese) y Sospechoso de Peter Yates, entre otras y en 1990 consiguió su primer protagónico en Darkman de Sam Raimi. En 1992 fue el galán que conquistaba a Judy Davis en Maridos y esposas de Woody Allen y en 1994 tuvo su única nominación a un Oscar por su protagónico en La lista de Schindler de Steven Spielberg, en la que interpretaba a Oskar Schindler, el industrial afín a los nazis que salvó de los campos de concentración a un millón de judíos.
Desde entonces se hizo un habitual en proyectos prestigiosos: estuvo en Star Wars: Episodio I - La amenaza fantasma, Los miserables, los primeros 15 minutos de Pandillas de Nueva York y fue el villano de las Batman de Christopher Nolan. También trabajó en Brigada A: Los magníficos, lo que no es necesariamentente uno de los brillos de su carrera.
Sin embargo, en 2008, encontró un interesante nicho de mercado con Búsqueda implacable del francés Pierre Morel, en donde interpretaba a un ex agente al que unos desafortunados mafiosos le secuestraban a su hija; el salía a reventarlos.
Esa misma fórmula la repitió en dos secuelas y en distintos escenarios y contra diferentes rivales en películas como El pasajero, Una noche para sobrevivir, Caminando entre las tumbas y Non Stop: sin escalas. Al igual que Charles Bronson hace 40 años, Neeson, que pintaba para actor prestigioso, se comprometió con eso de ser un héroe de películas de venganza, un género bastardo y siempre muy parecido.
Y fue por eso que Neeson habló de ese incidente en su vida y generó la polémica que generó. Pero a diferencia de esos personajes recios, implacables y austeros de palabra, el actor, que proximamente será Philip Marlowe en el cine y que repetirá el personaje de vengador en algún otro de sus proyectos futuros, fue reprendido (amablemente) por la periodista y poco amablemente por las redes sociales. Pidió disculpas.
Ahora solo falta saber si el público, ese monstruo que se ha vuelto tan implacable, se las acepta.