Entrevista
Con el director de la nominada al Oscar Llámame por tu nombre, que se estrena el jueves
Luca Guadagnino es uno de los grandes directores italianos desde, digamos, Bernardo Bertolucci, y es cierto que parece una exageración pero quizás no lo sea. Alguien podría mencionar a Paolo Sorrentino, pero está claro que por sus obras más recientes (Juventud, la miniserie The Young Pope), uno tiene derecho a pensar que La gran belleza, que incluso le valió un Oscar, fue más una excepción que la regla para Sorrentino.
Guadagnino, sin embargo, ha venido consolidando una carrera que, con Llamame por tu nombre —su película con cuatro nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película— que se estrena el jueves en Uruguay, lo deja como el cineasta italiano con mayor reconocimiento y prestigio internacional. Lo fue demostrando en sus dos películas anteriores (El amante y A Bigger Splash, una remake de La piscina, aquella con Romy Schneider y Alain Delon), donde mostraba un estilo refinado, cargado de simbolismos, cuidados visuales y con Tilda Swinton.
Llamame por tu nombre es su consolidación. A partir de un guión de James Ivory, el director de Lo que queda del día que le cedió el lugar a Guadagnino, y sobre una novela de André Aciman, la película cuenta el amor de verano de un estudiante avanzado (Armir Hammer) y un adolescente (Timothée Chalamet) en la Lombardía de la década de 1980.
Es una de las grandes historias románticas de tiempo reciente, que Guadagnino cuenta con una convicción que convierte la película, ya, en una de las mejores del año.
Desde París, Guadagnino habló con El País.
—En la película, el personaje de Armie Hammer llega a esa casa y trae una belleza que no parece de este mundo. ¿Era necesario esa clase de belleza angelical para el personaje?
—Dos cosas. En el libro, Oliver es descrito como una estrella de cine, como el chico dorado de América. Y por otro lado, Armie existe en la vida real, no es una fantasía.
—¿Y qué buscaba en Timothée Chalamet?
—Siempre pensé que Elio, su personaje, debía ser un muchacho flaco y esbelto. Eso es lo que sentía. Cuando conocí a Tim, vi a un joven maravilloso, vívido e inteligente y ambicioso, y así me decidí por él.
—Como un apasionado del cine, ¿se siente nervioso cuando se cruza con alguno de sus ídolos? Digo, porque acá trabaja sobre un guión de James Ivory.
—A veces sí, pero no con James. Es un gran amigo al que conozco hace mucho.
-—¿Qué aprendió de él?
—Cómo hacer para estar físicamente impecable a los 90 años. Pienso aplicar sus lecciones.
—Una figura recurrente en sus películas es la del expatriado. ¿Qué le interesa de eso?
—Es interesante la pregunta porque es verdad. No sé. Es algo que me gusta incluso en la literatura. Hay dos grandes personajes que me vienen a la mente ahora, hablando de expatriados: el primero es el personaje central de Déjala que caiga de Paul Bowles y Gerda Buddenbrook en la novela de Thomas Mann, quien llega de una ciudad distinta a vivir en Lübeck y se sentía fuera de lugar. El concepto de sentirse fuera de lugar me resulta muy interesante.
—Ahora que está trabajando fuera de Italia, ¿se siente un expatriado?
—Voy a trabajar donde necesite trabajar: honestamente, son las películas las que lo deciden por mi.
—Hizo una remake de La piscina y acaba de terminar una de Suspiria, dos películas emblemáticas de su tiempo. ¿Qué lo llevó a revisitarlas?
—Quería hacer Suspiria desde que tenía 14 años, que fue cuando la vi por primera vez y me impactó.
El recorrido de un film que ya pasó por Uruguay
Llámame por tu nombre fue la gran protagonista de la última edición del Festival de Cine de Montevideo, el Monfic, que se celebró entre finales de octubre y comienzos de noviembre. Para ese entonces, el film de Luca Guadagnino se había estrenado en el Festival de Sundance (hace un año), había recibido críticas elogiosas y una cantidad de nominaciones y premios: 190 y 69 respectivamente, hasta ahora. Entre los premios más importantes obtenidos, están el Critic’s Choice Awards a mejor guión adaptado (para James Ivory), dos premios Gotham al cine independiente, y varios de distintos círculos de críticos. Y además de a los Oscar, Llámame por tu nombre está nominada a los BAFTA y a los Independent Spirit , y compitió en los Globo de Oro.
—La escena inicial de la Suspiria de Dario Argento, en el aeropuerto, es clásica. ¿La reconstruyó para su versión?
—La película transcurre en Berlín y no empieza en un aeropuerto. Hay que entender que cuando lee un libro, cuando escucha una canción, cuando ve una película, uno se conecta con la clase de emoción que le generan esas experiencias artísticas que te llevan a soñar, y el sueño sigue su propia lógica, y es ahí cuando le podés dar cuerpo a la película que tenés en la cabeza. La traslación literal de una película, no es algo que quiera hacer. ¿Para qué voy a hacer otra escena del aeropuerto, dada la belleza de la que hizo Darío?
—¿Está condenada la tradición de cine que usted representa con las nuevas plataformas?
—En términos visuales, lo digital es realmente problemático. Una película como Blade Runner 2049, donde la fotografía es asombrosa, hay que saber que el fotógrafo creó esa luz a través de una maquinaria inmensa de luz y colorización digital. Pero si hacés una película y no podés usar esa clase de recursos, filmás con lo que tenés en un mínimo lapso para iluminar la película, y en ese caso no creo que consigas llegar al mismo lugar al que Roger Deakins llega en Blade Runner 2049. Así que filmar en película es muy importante, porque el cuerpo de la película es lo que consigue algo especial, único.
—¿Y el lenguaje cinematográfico?
—Nos gusta la experiencia colectiva, y eso va a seguir siendo así.
—Cuando veía Llamame por tu nombre, pensaba en dos de mis películas italianas favoritas, Viaje a Italia y Teorema. ¿Cuál es su película italiana favorita?
—Cien por ciento Viaje a Italia.
—¿Es una referencia en la película? ¿Pensó en ella cuando la estaba haciendo?
—Pienso en Viaje a Italia todos los días de mi vida.
"Pienso en 'Viaje a Italia' todos los días de mi vida"
—Ha hablado de seguir la historia de Llamame por su nombre. ¿Es en el estilo de la saga Antes... de Richard Linklater?
—No, pienso más en las crónicas de Antoine Doinel de Truffaut. Ya veremos. Por ahora lo que sabemos que queremos volver a esos personajes.
—El fotógrafo de Llamame por tu nombre es Sayombhu Mukdeeprom, a quien uno conoce por su trabajo con el también tailandés Apichatpong Weerasethakul. Parece una decisión rara para una película que transcurre en la Lombardía.
—¿Viste una película que se llama Antonia?
—No.
—Es una hermosa película que produje de un maravilloso director joven, Ferdinando Cito Filomarino, que tiene fotografía de Sayombhu. Y es muy buena. Y fue idea de mi amigo Ferdinando convocarlo para esa película, ya que lo admiraba de sus películas con Apichatpong. A mi me gustaba, pero fue su idea, y cuando lo conocí no solo me di cuenta que era un fotógrafo genial, y también una gran persona.
—¿Ser una buena persona es un requisito para integrar sus equipos?
—Absolutamente. Expreso lo mejor de mi mismo cuando estoy en un lugar en el que me encuentro rodeado de la gente que amo. Si estoy en un lugar en el que el ambiente es de gente que no me importa o con los que antagonizo, no llego a un buen lugar.
Timothée Chalamet, la revelación de film
Timothée Chalamet, la revelación de Llámame por tu nombre, es con sus 22 años el más joven nominado a mejor actor en los Premios Oscar en casi 80 años. Y eso ha hecho que el mundo esté hablando de él, y de su trabajo en una película que va por otros tres premios más de la Academia, incluyendo el de mejor película. Sin embargo el actor, que también está en otra nominada al Oscar, Lady Bird (que en Uruguay se estrena este jueves), confesó que en la calle lo paran más por esta última película que por Llámame por tu nombre, en una entrevista para la revista V, en la que los entrevistadores fueron el músico Frank Ocean y el cineasta Xavier Dolan.
“Yo estaba preparado para proyectos más grandes, más comerciales, y no los conseguí. Simplemente no me eligieron, y ha sido gratificante, viniendo de un lugar más de arte y no de pura exposición”, dijo respecto al reconocimiento que está obteniendo por estas dos películas, que no son grandes tanques de la industria sino proyectos más indies, de presupuestos más acotados.
Además, Chalamet elogió a su compañero en Llámame por tu nombre, Armie Hammer, y aseguró que “supe segundos después de conocerlo que estaba en las mejores manos. Él es un cuidador instintivo, lo que es parte de su increíble actuación en la película: su personaje quiere sucumbir al amor y al deseo por otro ser humano, pero a la vez no quiere lastimarlo”. En cuanto a la experiencia de hacer esta película, dijo que duda poder volver a repetirla porque fue como estar “en La Factoría de Warhol”.