Rosa aún vive bajo las reglas de su marido, a pesar de que éste falleció seis meses atrás”, dice la sinopsis oficial de Milonga, la película de la uruguaya Laura González que se estrenó en cines este jueves. “La deteriorada relación con su hijo, la ha distanciado de su única familia. Cuando conoce a Juan, un divorciado con quien comparte la pasión por el tango, empieza a re-descubrirse a sí misma y algo empieza a cambiar. Pero antes de que pueda dar un paso adelante, se ve enfrentada a ciertas verdades incómodas”.
Rosa es interpretada por la chilena Paulina García, una de las grandes actrices latinoamericanas: lo certifica su Oso de Plata en el festival de Berlín por Gloria, la película de Sebastián Lelio.
“Necesitaba una actriz que pudiera cargar con toda la película porque está en cada una de las escenas”, dice González.
El acento uruguayo, un detalle que preocupaba a la directora, lo entrenó con Gabriela Lopetegui, la mitad de Requetedivertidos, que trabaja como coach vocal en Los Angeles.
“Paulina es muy profesional, así que se puso a laburar con Gabriela, y enseguida empezamos a ver los resultados”, dice la directora. “Y la prueba está: en Uruguay no se la conoce tanto y muchos pensaron que era uruguaya”.
La película sigue a Rosa, mientras intenta acercarse a ese hijo, se reencuentra con una amiga que la lleva a bailar a una milonga y empieza tímidamente un vínculo con un pintor de casas (César Troncoso). Nada resulta como lo esperaba. Hay un secreto feo en la vuelta que explica a los personajes.
“En el momento en que empecé a escribir Milonga, en Uruguay había una coyuntura muy especial: por primera vez se empezaba a hablar de la violencia de género en público”, dice González, quien vive entre Inglaterra y Uruguay. “Y sentí la ansiedad como mujer, de sumarme a la conversación y ayudar a generar conciencia”
-¿Y cómo llego a traducir eso en esta película?
-Un día, estaba en el Correo (mandando un corto al festival de La Habana, que finalmente quedó seleccionado y veo una cajita media que tenía la cédula de una señora mayor. Y descubro que era una encomienda para la cárcel y eso me dio el pie para la historia.
Así, imaginó que la señora que enviaba la caja era la mamá del chico que estaba en la cárcel y situó la historia el Maldonado porque le parecía interesante contarlo en una ciudad del interior.
La violencia latente o explícita en cada uno de los personajes, está siempre fuera de cuadro. “Ya vemos demasiada violencia en los medios y pretendemos ser más luminosos y para eso hicimos uns construcción sonora para mostrar lo que yo no quería mostrar”, dice.
La fotografía es del chileno Sergio Armstrong quien ha trabajado con Pablo Larrain en No, por ejemplo. El planteo visual es otro de los atractivos de Milonga.
González es guionista, directora y una de la fundadoras de la productora La Uruguaya Films. Allí produjo los cortos La Pelota de Fútbol (2009) y Cada vez que me acuerdo, me olvido (2011), que tuvieron distribución internacional en varios festivales. Milonga es su ópera prima.