Estreno

El diseño de producción dice mucho de una locación y eso aplica al apartamento en el que Mauro Sarser —-codirector con Marcela Matta de Muerto con Gloria que se estrena hoy en cines- recibe a El País. En la pared, además de tres retratos de Bukowski, están los posters de Hannah y sus hermanas de Woody Allen y Brazil de Terry Gilliam.

Su presencia es pertinente porque sintetizan algo del universo que Matta (quien además es la productora ejecutiva junto a Gabriel Silva Lamboglia) y Sarser (quien escribió el guion) han presentado en su anterior película, Los Modernos que es de 2016 y en Muerto con Gloria, que amplia el universo pequeño burgués conflictuado de la ópera prima, hacia territorios más fantasiosos, incluso sobrenaturales.

La película se centra en Gloria (Stefanía Tortorella), una empleada de librería que aún no sintió un orgasmo. De terminar con eso se va a encargar un fantasma que, además de un afanoso amante es el compañero ideal: está pero tampoco está. Es una historia de fantasmas, claro pero parece resultarle poco a Sarser y Matta que van por algo más celestial. Conviene no arruinarle a a nadie la sorpresa.

Cuando en la charla con El País surge Escalera al cielo, la película de 1946 de Powell y Pressburger (otros dos directores que trabajaron casi siempre juntos) uno descubre que acá se está yendo por todo. Muerto con Gloria es arriesgada.

La película se va a exhibir en Corea del Sur y se vendió a Estados Unidos, España y Taiwán. Y se está negociando - y podría estar en la vueta, Lionsgate de Hollywood que lo compró para su servicio de streaming- la posibilidad de hacer remakes en Estados Unidos, España y México. Es lo que en la jerga se llama “high concept”, o sea una idea básicamente muy vendible.

“Aunque no salga, que haya gente considerando todo eso antes de estrenarse, ya está buenísimo”, dice Sarser. “Y creo que es porque es una película que te deja en un buen estado de ánimo. Es saludable porque deja emociones positivas. Tiene una cosa bien para arriba”.

—Hoy estrenan segunda película. Es un montón...

Matta: En un momento pareció que no iba a suceder. Cuando a Los modernos le fue bien pensamos que iba a ser más fácil y rápido poder hacer una segunda pero no fue así. Cuando decidimos hacerla igual sin plata, a una semana del rodaje empezaron a llegar los fondos. Y apareció Gabriel Silva Lamboglia, nuestro socio en Los Angeles.

Sarser: El éxito de una película radica en poder hacer la siguiente. Si pudiste hacer otra hay que considerarse afortunado.

—Los modernos le gustó a mucha gente y se volvió de culto. ¿Por qué pasó eso?

Sarser: La pasamos en Biarritz, que es el balneario más caro de Francia y donde veranea mayormente gente mayor y hablabas con ellos y era lo mismo que hablábamos cuando hicimos una exhibición acá en el Barrio Municipal o en una cárcel de Huelva. Los conflictos son los mismos.

—La anterior película tuvo una larga presencia en festivales. ¿Esperan lo mismo con Muerto con Gloria?

Sarser: Lo que pasa que al ser más comedia no tiene tanto lugar en festivales. Los modenos era un drama con sentido del humor. Esta es una comedia romántica.

—Los modernos era una película ambiciosa, incluso excesiva, pero Muerto con Gloria lo es aún más. ¿Se sintieron más libres?

Sarser: En términos de historia Muerto con Gloria es más lineal, más concreta y eso lo veo como un avance. Pero en términos de producción era una locura. La vi en cine el otro día y me pareció muy ambiciosa: pasa de todo y hay desafíos visuales...

Matta: Todo eso estaba planteado y por suerte no tuvimos que reprimirlos.

Sarser: Queríamos por ejemplo hacer efectos especiales a la antigua, prácticos. Las mayorías de las cosas que ves son reales. Trabajamos con Pablo Turcatti, que hace maquetas, matte paiting, o Raúl Moncillo que hace efectos en el set.

—La ambición no solo es visual o del guion, sino también por ser una comedia sexual, un género nada transitado por el cine uruguayo. ¿Está bien la definición?

Sarser: Absolutamente. Los modernos era Los modernos. Un drama sexual y esta, sí, es la comedia sexual.

Matta: Llegó la hora de que en el mundo se enteren que los uruguayos tenemos relaciones sexuales (se ríe).

Sarser: Creemos que el sexo es importante y determina un montón de cosas. Hay gente que va por la vida negando que el sexo existe; nosotros no. En el arte uruguayo está como abolido el sexo.

Matta: Nosotros no somos así y nuestro entorno no es así.

Sarser: La película habla de que vos precisas a un otro para proyectarte en la vida. Pero para conectar con otro tenés que aprender a lidiar con sus imperfecciones. El sexo es como una etapa previa al amor que Gloria tiene que superar. Es muy importante que pueda alcanzar un orgasmo para después entregarse a la realidad.

Matta: La película plantea las dos situaciones: están Gloria y su amiga Sandra (Nenan Pelenur) que tiene sexo con muchas personas y aún no encontró...mejor no hacer spoilers.

—Pero sin spoilers, para interesarles tanto el sexo, la película privilegia el amor.

Matta: Por más que es una comedia sexual y el sexo es muy importante, están en busca de otro lugar.

—Si Los modernos era una película masculina porque todo pasaba alrededor de Fausto, el personaje que interpretóStraser, ya desde el título ésta es femenina. ¿Lo ven así?

Straser: Sí, pero no creo en eso. Para mí Gloria tiene mucho de mi o Gustavo, el personaje que interpreto, tiene mucho de muchas mujeres. Son películas de personas.

—¿Cómo es el rodaje con dos directores? ¿Se pelean mucho?

Matta: ¡Todo el tiempo!

Sarser: Creo que la gente alrededor nuestro sufre un poco.

Matta: Si no descodifica el código con el que nos comunicamos puede quedar sorprendido. Pero también, la verdad, nos divertimos mucho.