ENTREVISTA
En "Bandido", la nueva película de Luciano Juncos, Osvaldo Laport encarna a un cantante de cuarteto que enfrenta una crisis existencial
El nombre de Osvaldo Laport está asociado desde hace décadas a las telenovelas de máxima audiencia para cierto tipo de público de Argentina y otros países de Latinoamérica. Quizá por eso que una película suya abra un festival de cine independiente desconcierta a parte del mundo del cine. “Que no me hayan descubierto es un problema de ellos”, responde Laport.
La vigesimosegunda edición del Buenos Aires Festival de Cine Independiente (Bafici), que se celebra entre el 17 y el 28 de marzo, arrancó con el estreno Bandido, un filme que dirige el argentino Luciano Juncos y que protagoniza Laport, de 64 años, nacido en Uruguay y conocido por sus apariciones en series como Campeones de la vida y Amor en custodia.
El público que acudió a ver la cinta a la apertura del Bafici se encontró con que una de las figuras tradicionales de la televisión rioplatense estaba de repente en la gran pantalla de una de las citas “indies” por excelencia de la temporada de festivales en Latinoamérica: Osvaldo Laport, el intruso.
Sobre sus dotes como actor, Laport no duda en responder: “Siempre lo fui, siempre, inclusive hasta con mis personajes en la televisión”. Según comenta es justamente por esa razón que suele ser convocado para papeles versátiles. “Soy un actor que se atreve a transgredir, a reinventarse con personajes atípicos”, analiza Laport sobre su carrera y su paso por el cine después de muchos años en la pantalla chica.
A los que no ven bien que Bandido abra el Bafici, Laport los tilda de “intelectualoides” y los invita a hacer las paces tomando “un buen vino”.
Para él, que el festival porteño haya contado con un filme protagonizado por él es “un acto de inclusión muy sensible y maravilloso”.
Laport no deja pasar la oportunidad para denunciar que en su carrera ha sufrido “discriminación” por su trabajo. “El ‘bullying’ está también en el intelecto: si sos actor de telenovelas, no podés estar en el teatro off o en el independiente”, ironiza el uruguayo.
“Se están perdiendo una oportunidad de dar una vuelta de página”, considera el intérprete, quien también es cantante y artista plástico.
En su trabajo para Bandido, Laport deja ver otra de las definiciones que él mismo se otorga, la de un “actor que canta”, y es que el largometraje de Juncos trata sobre un artista de pop y cuarteto cordobés llamado “Bandido” que atraviesa por una crisis existencial alrededor de su larga carrera sobre los escenarios.
“Es una película tal vez localista y comercial”, comenta Laport, quien al contrario que el personaje al que da vida no ha querido abandonar nunca su profesión.
Laport, quien en los noventa encarnó al exuberante Catriel en la recordada telenovela Más allá del horizonte, se pone en la piel de un cantante en decadencia al que su manager exprime y que un día encuentra una causa social en un barrio humilde de Córdoba (Argentina) que lo motiva a luchar y a cantar por una recompensa que va mucho más allá del dinero.
La película, que tiene una serie de altibajos emocionales en los que se muestra la realidad social y de los artistas en Latinoamérica según Laport, es para él “una muy buena oportunidad de vínculo para con la realidad en la sociedad y la idiosincrasia de los pueblos”.
Y, del rodaje, destaca su buena sintonía con el español Juan Manuel Lara, quien da vida a su manager, y con los músicos de la banda ficticia que acompaña a Bandido, con quienes incluso improvisó para componer uno de los temas principales de la película.
Eso sí, si a los intelectuales a los que no les gustase ni la melodía ni su actuación, Laporte sí que les da oportunidad de réplica: “si me tienen que pegar porque no gusta mi laburo, que me peguen, también está abierto”