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Pedro Luque sobre "La sociedad de la nieve", trabajar con Bayona y ganar un Goya frente a su mamá

El fotógrafo uruguayo de la película sobre los Andes charló con El País sobre la experiencia de filmar en la nieve, el reconocimiento y qué le espera de acá en más

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Pedro Luque con el Goya a mejor fotografía por "La sociedad de la nieve".
Pedro Luque con el Goya a mejor fotografía por "La sociedad de la nieve".
Foto: Javier Soriano/AFP fotos

Uno imagina la agenda de Pedro Luque, el uruguayo que ganó el Goyaa mejor fotografía en La sociedad de la nieve. De hecho, le contestó un cuestionario a El País, entre un viaje en tren y la espera de un vuelo que lo lleve a Los Angeles, donde está radicado hace más de una década, vía México. Ya habrá tiempo, coincidimos, para hablar más tranquilos.

Luque nació en 1980 y, de acuerdo a su biografía oficial, estudió artes plásticas en el taller de Enrique Badaró entre 1996 y 2000, fue fotógrafo de prensa y en 2004 egresó de la Escuela de Cine del Uruguay.

Ha participado en toda clase de proyectos audiovisuales y es parte del grupo de expatriados uruguayos en Hollywood que también integran Fede Alvarez y Rodo Sayagues, con quienes trabaja desde sus primeros cortos. También fue el fotógrafo de las dos No respires y La chica del dragón tatuado dirigida por Alvarez y Sayagués, de largometrajes como Antebellum o videos de Selena Gómez y Bad Bunny y The Cult.

Desde 2018, además, es miembro activo de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, o sea que es votante del Oscar. Acá no va a contar a quién va a votar. Ya habrá tiempo de eso.

Poco antes de despegar de Barajas, Luque le contestó unas preguntas a El País.

-¿Cómo fue todo esa velada de los Goya? ¿Con qué expectativa iba?

-Poca, pero me fui dando cuenta a medida que iba entrando que era una tremenda gala. Estaba con mi madre que nunca se imaginó que iba a vivir una cosa así y estaba recontenta. ¡Estábamos sentados a dos filas de Pedro Almodóvar y Penélope Cruz! Estuvo muy bueno. Nos instalamos en un hotel, nos vestimos, nos pasaron y fuimos todos en ómnibus. ¡Había fans a la salida del hotel y a la entrada de la gala!

-¿Cuál fue el mayor desafío de filmar La Sociedad de la nieve?

-El desafío más grande a nivel emocional fue tener que dejar la familia durante tanto tiempo. La producción me llevó más o menos 20 meses de los cuales 10, estuve afuera de mi casa y eso fue lo más lo más jorobado. A nivel de lo que había que filmar, había muchas cosas complicadas: nada era fácil. Si tengo que elegir una secuencia, la de la avalancha fue brutal a todo nivel. Estábamos con las cámaras en nieve de verdad y teníamos a los actores en una situación muy complicada, con mucho frío, mucha nieve y humedad. Nos llevó una semana y media filmar esa secuencia.

-¿En qué directores de fotografía se inspiró para el trabajo?

-Sobre todo en Vilmos Zsigmond (trabajó en Encuentros cercanos del tercer tipo, por ejemplo, y en muchas de las grandes películas de los 70). Y después tomamos otras referencias. A mí me gusta mucho El Greco y también cosas de Goya, obviamente. Sobre todo eso y después había unas fotos a color que Robert Capa sacó en una estación de esquí suiza. Y entre esas cosas más o menos fue la referencia pero sobre todo Zsigmond. Pero al final terminamos haciendo lo nuestro. Fue cargar la intuición para generar un lenguaje original.

-¿Qué hay de uruguayo, más allá de su origen, en la fotografía de La sociedad de la nieve?

-No creo poderle encontrar una cosa uruguaya a la fotografía de la película. En todo caso, habría que definir qué es lo uruguayo y sobre eso ya se escribieron ríos de tinta. Pero hay algo que tiene que ver con la horizontalidad, con el respeto y con el “naides es más que naides”. Y eso está un poco ahí reflejado.

-¿Cómo trabajó visualmente la montaña? Se ve tan pictórica...

-La montaña por un lado es algo relativamente aburrido de filmar, porque es blanco y negro y con proporciones que son muy difíciles de capturar con la cámara. Pero también tiene una fuerza expresiva muy grande que viene por el lado de una composición, por momentos muy minimalista y que con cuatro elementos se consigue fuerza. Todo lo que hago lo paso un poco por un filtro pictórico que es lo que aprendí con Enrique Badaró, con mi viejo, con mi vieja hablando de pintura, viendo enciclopedias, con un tío que también pinta. Para mí la composición va primero y eso es fuertísimo.

-Al equipo se lo ve como un gran grupo humano, ¿cómo fue trabajar en la producción y cómo es Bayona como director?

-Bayona es muy exigente y muy trabajador, muy inteligente y tiene muy buena intuición sobre lo que está buscando. Ahí está el equipo para ayudarlo a encontrarlo, claro, pero es muy genial. Es muy divertido afuera del set pero en el rodaje está metido constantemente en lo que hace. Cuando lo ves mirando el monitor, emocionarse y pedir cosas que de repente otros no hubiese pedido o preguntarte cosas que otros no hubiese preguntado y empujar el equipo, ahí te das cuenta lo que es un gran director con una fuerza interior brutal. Un gran amigo.

-¿Qué posibilidades se abren en su carrera?

-Ahora mismo estoy haciendo comerciales y esperando algún guion que me guste. Me han ofrecido mucha cosa y les he dicho que no. Quiero estar con mi familia y quiero disfrutar la vida y, de las posibilidades que se abren no pienso mucho. Voy a ver qué viene y aunque no sé si me metería en un proyecto tan largo tan difícil, si la historia es correcta y yo puedo aportar, cuenten conmigo.

-Cholulismo puro. ¿Qué famoso le impactó conocer?

-Me crucé con todo el mundo porque trabajé en The Flash, en Blue Beetle. Ahí trabajé con Susan Sarandon y tengo unos cuentos muy divertidos porque es una mujer maravillosa. La admiro mucho y nos divertimos mucho filmando. Según ella casi le arruino la carrera porque en un momento me preguntó que edad tenía le dije “43” y me dijo “Yo tengo 57 de carrera, ¿va a terminar acá?” Ahí la miré los ojos y dije “Te prometo que no”. Y lo sacamos adelante juntos. Al final me dio un gran abrazo de lo contenta que estaba.

-Y ya que estamos estamos cuente algo más de ir con su madre en los Goya...

-Nunca habíamos salido así juntos a pasear. Se dio esta oportunidad y me pareció que era alucinante también para agradecerle todo lo que me dio. Hay que agarrar a las madres y abrazarlas y besarlas y decirles que las queremos mucho porque cuando uno es padre se da cuenta el esfuerzo que lleva y lo difícil que es. Así que nos fuimos juntos a la ceremonia, vimos tremendo show y la pasó bomba.

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