Redacción El País
"Señora, por acá, un segundito; tiran la toma y queda liberado". "Te molesto por acá, por favor". "Tienen que esperar un segundito y enseguida pasan". "Son dos minutos". Alrededor de San José y Zelmar Michelini, en pleno Centro de Montevideo, este mediodía se repetían las mismas frases. Ningún transeúnte parecía molestarse demasiado: frenar la caminata y esperar brevemente significaba husmear, por unos segundos, el rodaje de una película internacional.
Entre hoy y el jueves termina la fase uruguaya del rodaje de El beso de la mujer araña, la producción de Hollywood basada en la novela homónima del argentino Manuel Puig, que ya fue película y musical teatral y ahora va por una versión nueva.
Dirigida por Bill Condon, su principal figura es Jennifer López, quien no bajó a América del Sur y filmó sus escenas en Nueva Jersey. La dupla protagonista de la historia, los personajes de Valentín y Molina, son Diego Luna y Toniatuh, respectivamente. Toniatuh sigue en el país.
Este martes, el anunciado rodaje en el Teatro Metro convulsionó la dinámica de la ciudad, con cortes de tránsito pero también de circulación de los transeúntes, que cada pocos minutos eran interrumpidos por parte del equipo —la producción local es de Cimarrón—, con extrema amabilidad, para que despejaran la zona.
Con la infraestructura típica de un rodaje —luces, cámaras, pantallas, camiones— montada sobre las calles, el paisaje se vio alterado por varios grupos de extras que esperaban sus turnos con mantas polares sobre los hombros. El neón de una pizzería de cadena internacional contrastaba con la ambientación de época, evidente en autos y en trajes. La acción del film transcurre en la Argentina de los años setenta.
Por eso, en las calles se veían hombres vestidos de policías y militares, en el entorno de una escena que, alrededor de las 12 del mediodía, concentraba la atención de los curiosos: una suerte de persecución con un actor que corría hacia una camioneta bordó y se subía, mientras un móvil policial de la Comisaría 33 venía detrás y sonaban ruidos de disparos.
El Metro se vio transformado para la ocasión, con sus puertas cubiertas de color rojo, afiches de la película Cat People en las paredes y una cartelera en la que se leían títulos como Central Park Nightmare, Mi vecina es famosa o Aquel tango. Un Mustang dorado aparcado enfrente y un Fusca turquesa se distinguían entre varios vehículos antiguos ubicados en los alrededores.
El rodaje, que pasó por apartamentos privados, estudios, interiores y otros lugares abiertos de la ciudad, se despide de Uruguay esta semana y la película continúa avanzando hacia su estreno, aún sin fecha.