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Una comedia familiar, un especial de stand up, una comedia romántica y un clásico de Stanley Kubrick
Una familia disfuncional merece otra oportunidad
Un Baumbach más cerca de Historias de familia que de Frances Ha (su película más personal), lo que es decir más cerca de Woody Allen que de su onda más nouvelle vague. Una referencia sería Hanna y sus hermanas en esta historia de un padre artista que vive de viejas y fugaces glorias (Hoffman, muy bien) y, principalmente dos hijos rivales y hermanastros (el sensible, Sandler; el otro pragmático). Lo que resulta es una comedia inteligente sobre personajes insoportables que tiene el clásico pulso y tono de Baumbach, que aquí funciona casi todo el tiempo. F.C.
Un diagnóstico muy feroz y divertido de Estados Unidos
Conocido por su participación en 30 Rock, Friedlander es, a juzgar por este su primer especial para Netflix, un comediante original, gracioso y muy inteligente. Filmado en un blanco negro rusticón y en varios locales que se ven pequeños, Friedlander contesta preguntas como si fuera un candidato presidencial ortodoxamente americano. Su propuesta basada en “estrategia, estrategia, estrategia” se convierte en un eficaz y original diagnóstico sobre Estados Unidos dicho en un tono monocorde y sobrador que le va muy bien. F.C.
Hanks, Roberts y el amor arriba de una motoneta
Quizás nada que ver pero uno tiene la sospecha de que esta encantadora comedia dirigida por Tom Hanks pasó desapercibida. Es una pena porque tiene todo para agradar: Hanks como un hombre que decide volver al liceo, Roberts como la profesora que recupera sus ganas y una pandilla buena en motos Vespa lideradas por Wilmer Valderrama. ¿Qué más se puede pedir? Todas esas partes funcionan y la película va ganando en encanto hasta un final de esos que dejan al espectador con una sonrisa. La verdad, tremenda película.
Kubrick y un amor prohibido
El comediante Louis C.K., quien fue acusado por varias mujeres de un comportamiento sexual indebido, tuvo que cancelar el estreno de su película, I Love You Daddy. Parte de la película, que será archivada indefinidamente, narra la relación de una adolescente (Chloë Grace Moretz) con un hombre mayor (John Malkovich).
Si bien se ha dicho que la película de C.K. homenajea a Manhattan de Woody Allen, es imposible no pensar en Lolita, de Stanley Kubrick, como una obra cuyo tratamiento de un tema hasta hoy considerado tabú no se siente anacrónico.
La película de 1962, basada en el libro de Vladimir Nabokov, es entretenida y disfrutable pese a la perversión latente de su premisa. Con una secuencia inicial intrigante -un duelo entre Peter Sellers y James Mason que podría ser un corto en sí mismo- Kubrick ya dejaba claro su enorme talento como narrador.
El director luchó contra la censura y Lolita carece de escenas de romance. Lo implícito, ayudado con herramientas extintas como el fundido a negro, era más poderoso que lo explícito. Una lección de cine que hoy parece olvidada.