Kyle Buchanan, The New York Times
Han pasado 24 años desde que el director Ridley Scott consiguió uno de los mayores éxitos de su carrera con Gladiador una epopeya de espadas y sandalias protagonizada por Russell Crowe, quien ganó el Oscar a la mejor película. Ahora, con 86 años, Scott sigue trabajando a un ritmo prodigioso, a veces incluso dirigiendo dos películas en el mismo año.
Su última película es Gladiador II, que retoma la historia dos décadas después de que el personaje de Crowe, Maximus, muriera heroicamente en la arena. En los años posteriores, Lucio (Paul Mescal), el hijo secreto de Maximus, ha sido enviado al norte de África, donde él también se ha convertido en un luchador. Pero la guerra librada por el general romano Marco Acacio (Pedro Pascal) llevará a Lucio de regreso a su lugar de nacimiento, donde el astuto traficante de armas Macrino (Denzel Washington) intentará manipular al joven para promover sus propias ambiciones.
En octubre, me encontré con Scott en su oficina de Los Ángeles, que estaba decorada con pósters de algunas de sus películas más memorables, como Alien, Blade Runner y Misión rescate, la de Marte con Matt Damon.
Fiel a su estilo, mientras se preparaba para el estreno de Gladiador IIque está en cartel en Uruguay ya estaba en plena preproducción de su próxima película (una película biográfica de los Bee Gees que se rodará en febrero) e incluso había empezado a hacer el storyboard de la siguiente (una adaptación de ciencia ficción).
“Me siento vivo cuando hago algo a este nivel”, dijo. “No lo llamo estrés, lo llamo adrenalina. Y un poco de adrenalina es buena para ti”.
A continuación, se incluyen extractos editados de nuestra conversación.
—La secuela de Gladiador estuvo en proceso durante más de dos décadas, lo que la convirtió en la película más larga que haya desarrollado. ¿Qué le hizo querer concretarla?
—La primera tuvo un éxito creciente: después de su estreno, estuvo bastante bueno, pero el carácter de culto de la película creció en parte debido a las plataformas de streaming. Me encantan porque en lugar de que una película se quede en una estantería muriendo después de su estreno, está online y la calidad siempre es excelente, tan buena como cuando se estrenó. Así que seguí escuchando que a la gente le encantaba Gladiador. Pensé: “Será mejor que hagamos algo”. La lógica era muy clara, porque con frecuencia en una secuela no hay ningún sobreviviente, no hay una historia, pero teníamos a una persona, Lucio, que de repente había desaparecido de la escena. ¿Adónde fue? Empezamos por ahí, un niño en constante huida. Y eso sí me pareció un buen comienzo.
—Después de que la primera Gladiador fuera un gran éxito, hubo otras exploraciones de una secuela que de alguna manera podría involucrar a Russell Crowe, ¿no?
—Russell y yo nos reunimos un par de años después, y Russell dijo: “¿Qué podemos hacer? Me morí. De repente pensé que había una manera de traerlo de vuelta de entre los muertos: cuando un hombre muere en batalla, esa es la oportunidad de pasar del lado muerto al lado vivo, de regresar en el cuerpo de un soldado. Dije: “El problema es, Russell, que o vas a ser el doble de Maximus o vas a tener que ser otra persona”.
— Incluso hubo una idea de secuela que escribió el músico Nick Cave, donde Maximus resucita como un instrumento de los dioses romanos enviados contra Jesucristo. Eso obviamente no sucedió.
—Se volvió demasiado grandioso. Nick es muy teatral, y Steven Spielberg (consultor de la película original) dijo: “No”. No estaba seguro de lo que pudiéramos logrado, así que simplemente lo dejé pasar.
—¿Cómo supo que esta nueva encarnación era la correcta después de todos esos años de falsos comienzos?
—Decidí no dejarlo pasar porque el entusiasmo no desaparecería. Quería honrarlo y sería una locura no hacerlo y también una locura financiera porque si lo haces bien, tienes un gran éxito. Así que pensé: “Me sentaré aquí hasta que encontremos una huella”.
—Una vez que decidió centrar la película en el hijo de Maximus, se convirtió en un papel principal que muchos jóvenes de Hollywood buscaban. ¿Por qué Paul Mescal?
—Me fijé en él cuando estaba en (la serie) Gente normal. Pensé: “Dios mío, se parece a Richard Harris”, así que inmediatamente, ¡Eureka! Es la nariz, el perfil. En este punto, creo que he visto a muchos debutantes, desde Sigourney (Weaver en Alien), Brad (Pitt en Thelma & Louise). Parte de mi trabajo es hacer un buen casting, y también me ayudan muy buenos directores de casting, así que los elijo con cuidado. Un director de casting es tan crucial como un buen fotógrafo.
—Hasta ahora, Paul nunca ha hecho una película de un gran estudio. ¿Sintió usted que tenía que aprovehcar su sensibilidad de cine independiente?
—Paul es muy inteligente, así que todo lo que tenía que hacer era superar la escala de lo que iba a hacer. Cuando lo acompañé al set en Malta, le dije: “Lo superarás en dos horas. Esto es todo para ti, esto es todo para mí. Vamos a hacerlo juntos”. Así fue. Parte de mi trabajo es tomarlo con calma.
—Es un Denzel diferente al que estamos acostumbrados a ver. Es ligero y astuto, con indicios de bisexualidad.
—Tiene un brillo, sí. Además, es un gángster. Creo que claramente fue un prisionero de guerra, fue al ring, se ganó la libertad, de repente trabajó en una gigante fábrica de pan y suministró pan para el ejército romano. Quizás eventualmente tomó el control de eso, luego se pasó a las municiones, por lo que es un traficante de armas. Pensé que esa era su evolución. Denzel dijo: “Oh, me gusta eso. Soy un gángster”.
—Anteriormente trabajó con Denzel en American Gangster. ¿Cómo te pareció que estuviera en esta película?
—Siempre díscolo, siempre. Así es él: Denzel, de una manera divertida, es un actor de método. Cuando hace un papel, lo hace todo el tiempo, así que no es Denzel, ni fuera de cámara.
—Hubo informes de que el presupuesto se disparó a más de 300 millones de dólares. ¿Eso tuvo que ver con la pausa forzada por la huelga?
—No, terminé con 10 millones de dólares menos porque hice todo en 51 días. Lo que pasó es que largamos con un presupuesto intermitente porque tal vez empezamos demasiado rápido. Soy un poco hombre de negocios, así que dije: “Un momento, ¿cuánto estamos gastando? ¿Y a dónde se fue?”. Llevo haciendo esto 50 años, así que inevitablemente te vuelves consciente del presupuesto. Tienes que hacerlo, porque la publicidad se ha derrumbado y ahora tiene que reformarse y reinventarse. Ahora estoy tratando de adoptar la Inteligencia Artificial.
—¿La IA dejará gente sin trabajo?
—Se pueden crear puestos de trabajo, pero eso implica volver a aprender. Alguien dijo que, a lo largo de la vida, habría que formarse dos o tres veces, y eso es duro para la persona media. En mi caso, tengo que evolucionar. Me gusta pensar que soy un tenista y tengo que seguir devolviendo la pelota.
—Recibió nominaciones al Oscar por dirigir Gladiador, La caída del Halcón Negro y Thelma & Louise. ¿Le parecen las tres nominaciones correctas?
—Creo que podrían haber sido más. Puedo nombrar exactamente por qué podría haber sido nominado, porque creo que Los duelistas también fue bastante buena. Me premiaronen Cannes en 1977 por esa.
—¿Siente que hay alguna relación entre la Roma que vemos en Gladiador II y nuestro momento político actual?
—Sí. Si no lo vemos, estamos empeorando. Una bomba es tan mala como poner a los cristianos en la arena y permitir que entre un león y se los coma. Es todo increíblemente horrible. Intento mantener eso en primer plano, como cuando Pablo dice: “¿Así es como Roma trata a sus héroes?” Porque nunca se puede corregir esa locura. Y cuando la locura tiene la voz, la retórica para convencer a la gente, porque siempre hay una gran facción, desafortunadamente, del 50% que son estúpidos y están locos, se tiene una situación muy peligrosa.
—La sensación de disparidad de clases en la película se siente especialmente pronunciada, donde tantos están sujetos a los caprichos de unos pocos hombres ricos y poderosos.
—Pero los que ganan dinero con frecuencia son los motores del empleo. Así que no se puede decir que cada multimillonario es un delincuente, porque cada multimillonario probablemente crea muchos puestos de trabajo. Y sin embargo no puedo entender por qué tenemos gente viviendo en la calle en California, la sexta economía del mundo.
—Recientemente se informó que Apple podría retirarse de los estrenos en cines como lo hizo con Napoleón. ¿Cosas como esa le hacen preocupar por el futuro de las películas?
—No, porque de todos modos me pagan de más.
—¿No tiene un interés personal en los estrenos en cines?
—No, en realidad no. Simplemente me divierto haciendo lo que hago. Y es un privilegio. Si esto es un auto de Fórmula Uno, soy un buen piloto.