Scarlett Johansson, la actriz poco diva y con mucho compromiso político que estrenó película difícil de hacer

Acaba de estrenarse en Uruguay y el mundo "La otra cara de la luna", una comedia romántica con Channing Tatum que produce y protagoniza Scarlett Johansson, parte del chat de Los Vengadores y una estrella que no para de crecer.

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Scarlett Johansson en "La otra cara de la Luna"

Maureen Dowd, The New York Times
Quienes conocen a Scarlett Johansson hablan de su aire calmado, su generosidad, su actitud poco diva y, como lo llama su marido, el actor y comediante Colin Jost, su “perspectiva fundamentalmente positiva”.

“Es muy buena imaginando lo que quiere en cada fase de su vida y su carrera”, dijo.

Johansson acaba de estrenar La otra cara de la Lunauna película de verano sobre un alunizaje falso y el amor verdadero, coprotagonizada por Channing Tatum y Woody Harrelson y dirigida por Greg Berlanti.

En una escena, en la que la estafadora convertida en genia de la publicidad interpretada por Johansson intenta cortejar a los legisladores para que asignen más fondos para la NASA, Jost aparece como un senador con gafas.

En un mundo con escasez de estrellas de cine, Johansson es una celebridad genuina, con una voz adorable que recuerda a la década de 1940, cuando todas las actrices importantes tenían esas voces geniales y distintivas.

“Ella es como Carole Lombard: esa combinación muy rara de glamour, belleza e inteligencia”, dijo Tom Rothman, director de la división cinematográfica de Sony Pictures. “Eso la convierte en una verdadera estrella de cine”.

Berlanti recordó que cuando estaban filmando las escenas de la NASA en Cabo Cañaveral, los ingenieros y miembros del equipo de filmación, hombres y mujeres, paraban de trabajar para ver cómo Johansson entraba al set con tacones altos y sus coloridos vestidos retro.

“Está en ese Olimpo de actrices con nombre de pila, Meryl, Julia y Scarlett”, dijo el director de La otra cara de la luna. “Ha sido una estrella toda su vida adulta. Triunfó en todos los géneros, desde superproducciones hasta películas de autor e incluso trabajos de doblaje. Y no se marchitado bajo el peso del sistema y la cultura del estrellato”.

Johansson fue actriz infantil y protagonizó junto a Robert Redford El señor de los caballos. Saltó a mayor renombre en Perdidos en Tokio de Sofia Coppola, que filmó cuando tenía 17 años.

“Esa película fue difícil de hacer”, dice Johansson. “Era lejos. Fueron 26 días. Filmábamos día por noche y noche por día. No sé si sabíamos totalmente qué era. Sofía lo hizo. Ella vio lo que estábamos logrando, pero no era como si todo estuviera escrito. El guión tenía 76 páginas”.

Después de un matrimonio de casi tres años con Ryan Reynolds, Johansson estuvo casada con Romain Dauriac, un periodista y ejecutivo publicitario francés, y vivió en París. Tienen una hija, Rose, que ahora tiene nueve años.

La actriz, de 39 años, y Jost, de 42, tienen un hijo de dos años, Cosmo.

Se conocieron cuando Jost tenía 23 años, en su primer año con Saturday Night Live y Johansson tenía 21 y era anfitriona por primera vez.

Compromiso artístico y político

Ha hecho campaña a favor de candidatos demócratas y se ha pronunciado a favor de los derechos de las mujeres. Conoció al presidente Joe Biden hace años y lo visitó en la Oficina Oval. Le gustan sus valores y su equipo. Dijo que sentía como si estuviera viviendo “una extraña pesadilla”, ya que Donald Trump podría estar en camino de regreso a la Casa Blanca.

(La entrevista fue realizada antes que Biden se retirara de la contienda electoral; Johansson estaba a favor de que siguiera como candidato)

Le pregunté a Johansson, que es judía, qué pensaba de los desagradables estallidos de antisemitismo en el país.

“No me sorprende el antisemitismo”, respondió simplemente. “No debería sorprendernos”. (Fue nominada al Oscar por su papel en la película de 2019 Jojo Rabbit, interpretando a la madre de un joven hitleriano; el niño descubre que ella es parte de la resistencia y esconde a una niña judía en la casa).

Aunque periódicamente habla de asuntos que le importan, nadie esperaba que ella liderara dos de los conflictos más importantes que enfrenta su industria.

Su historial a la hora de enfrentar a gigantes es impresionante: de a dos por vez.

Su pelea más reciente fue contra Sam Altman de OpenAI. En mayo, cuando Altman presentó el nuevo asistente de voz de su empresa, Jost recibió un mensaje de texto de un amigo que le preguntaba: “¿Has escuchado la nueva voz ChatGPT? Suena exactamente como la de tu esposa”.

El año pasado, Altman le había pedido a Johansson, —quien interpreta a una asistente virtual de inteligencia artificial llamada Samantha que se vuelve cada vez más humana en la película Her, coprotagonizada por Joaquin Phoenix—, que hiciera la voz de Sky, una de las voces del nuevo modelo de OpenAI. Ella dijo: “No, gracias. No es para mí.”

Cuando Johansson escuchó a Sky fue surrealista. “De repente, recibí todos estos mensajes”, recuerda.

Altman dijo en un comunicado que había contratado a una actriz diferente para darle voz a Sky, una mujer que casualmente tenía una voz similar, antes de pedirle a Johansson que fuera “una sexta voz” para ChatGPT. Todo fue un malentendido, dijo, no una imitación o clonación de su voz. Pero “pausó” la voz de Sky luego de que Johansson se quejara.

En 2021, también se enfrentó al poderoso Disney y presentó una demanda por incumplimiento de contrato porque el estudio estrenó Black Widow en Disney+ Premier Access simultáneamente con su estreno en cines.

El director ejecutivo de Disney en ese momento, Bob Chapek, quien luego fue destituido, se enojó. Cuando el estudio acusó a Johansson de ser “insensible” respecto a los efectos de la pandemia cuando ella se opuso al doble estreno porque afectaría las ganancias de taquilla del cine, que determinaban sustancialmente su salario, Chapek no vio que estaba cruzándose con alguien más fuerte de lo que él creía.

Después de todo, ella había ayudado a hacer miles de millones a Disney con su largo reinado como la pelirroja y furtiva Viuda Negra en la franquicia Marvel. Como dijo su agente, Bryan Lourd, en su respuesta, atacaron su personaje y violaron su contrato, moviendo deliberadamente “el flujo de ingresos y las ganancias al lado de Disney+ de la compañía, dejando a los socios artísticos y financieros fuera de su nueva ecuación”.

Eso no ha alterado su vínculo personal con la franquicia. “Tenemos un grupo de mensajes con los Vengadores pero con suerte nadie lo leerá jamás”, dice. “Todo sucede ahí dentro. En serio. Si alguien ha recibido críticas terribles, eso hace que se mueva. Los Vengadores somos como una familia. Hemos pasado por una experiencia increíble durante más de una década. Fue un cambio de vida para todos. Si envías un mensaje de texto a la cadena, en unos minutos la mayoría responde, lo que es genial.”

Johansson se encuentra en la postproducción de su debut como directora, Eleanor the Great, sobre dos mujeres, una turista de Florida de 90 años y una estudiante de 19 años en Nueva York, que entablan una amistad. Mientras, está en Tailandia huyendo de dinosaurios para la próxima Jurassic World. Y también estará en la nueva de Wes Anderson, The Phoenician Scheme.

Jost dice que la gente siempre se sorprende de “cuántas cosas normales hace: va al supermercado y es muy buena tapándose con un gorro. Puede pasar desapercibida y hacer todas estas cosas cotidianas y disfrutarlas”.

Johansson dice que le encanta caminar por Nueva York, “millas y millas”, con sus championes blancos, y pasar el rato en Central Park.

¿Y nadie la molesta?

“No”, dice ella, sonriendo. “Es Nueva York”.

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