En base a agencias y The New york Times
No viene generando el mismo nivel de revuelo de la primera parte (que ganó el León de Oro en Venecia y dos Oscar de 11 nominaciones), pero igual Guasón 2: Folie A Deux tiene el porte de una de las películas del año. Y lo que pasó con la primera, para ser justo fue muchísimo, incluyendo más de mil millones de dólares de recaudación, algo inédito para una historia así de negra.

La segunda se estrena en Uruguay este miércoles (en un montón de salas) y ahí se podrá confirmar si la ovación de 12 minutos con que la película -con Joaquín Phoenix, quien vuelve como Arthur Fleck, también conocido como el Guasón (el papel que le dio un Oscar) y Lady Gaga, en una versión de Harley Quinn- fue recibida en Venecia están justificados. Ayer, inesperadamente, se exhibió en el último día del Festival de San Sebastián; la primera fue también la película sorpresa del festival vasco en 2019.

En Folie à Deux, Fleck es ahora un paciente del Asilo Arkham, que se enamora de otra interna llamada Lee (Gaga). “Mientras el dúo experimenta la locura musical a través de sus delirios compartidos, los seguidores de Arthur inician un movimiento para liberarlo”.

Dirigida por Todd Phillips, esta secuela comienza dos años después donde había quedado la otra. Fleck está internado por matar a seis personas, incluido el conductor de Late Night que interpretaba Robert De Niro y que se burló de él. Su violenta asonada despertó un movimiento clandestino de payasos que lo imitan y lo tienen como héroe. Él, mientras, está fuera de circulación y con su Guasón interior anestesiado por los psicofármacos y el encierro. Ya va salir y volverá a ser el de antes.

De que eso aflore se quiere encagar Lee, quien está en Arkham por incendiar el apartamento de sus padres y una incontrolable tendencia a la piromanía. Se enamoran e imaginan secuencias musicales que funcionan como símbolos de su pasión. Fleck está esperando su juicio, pero Lee tiene otros planes.

Esos recurrentes números musicales de la película, ambientados en clásicos como “That’s Life” y “When the Saints Go Marching In”, representan la mayor ruptura con el primer Guasón y fueron cantados en vivo en el set por insistencia de Gaga.

Aunque originalmente se la había anunciado como un musical gracias a esos detalles, eso no sería tan así más allá de esos momentos. Alguien definió a la película como un “musical rockola”, el género de, por ejemplo, Mamma Mía! o Moulin Rouge, pero habrá que ver cómo resulta.

“Es muy distinta, la manera en que se usa la música es para dar a los personajes una forma de expresarse”, indicó Lady Gaga. “Para mí ha sido como desaprender la técnica, olvidarme de la respiración y permitir simplemente que la canción saliera”.

“Todd (Phillips) se arriesgó mucho con todo este concepto y con el guion, dándole a la secuela de Guasón esta audacia y complejidad”, le dijo Gaga a Variety. “Hay música, hay baile, es un drama, también es un drama judicial, es una comedia, es feliz, es triste. Es un testimonio de Todd como director, que preferiría ser creativo en lugar de simplemente contar una historia de amor tradicional”.

“La pregunta era: ‘¿Cómo podemos superarnos a nosotros mismos?’”, dice Phillips sobre cómo encarar una secuela. “Y eso solo se puede hacer si se hace algo peligroso. Pero hubo días en el set en los que mirabas a tu alrededor y pensabas: ‘¡Mierda! ¿Qué hemos hecho?’”

La película tiene una calificación de 63% en el sitio Rotten Tomatoes, que promedia críticas y comentarios de los usuarios. En la aplicación Letterboxd tiene una calificación de tres sobre cinco.