INFANTIL
Se estrena "Lilo, Lilo Cocodrilo", sobre una serie de libros infantiles que son best sellers desde la década de 1960 y que tiene al español en su primera comedia familiar

Es parte de un género que combina personajes creados por computadora con actores de carne y hueso. Ahí hay que ubicar sagas como la de Paddington (la mejor de su clase), Alvin y las ardillas, la noventera Stuart Little y la más reciente Sonic: la película.
Lilo Lilo Cocodrilo —que se estrena hoy en cines en Uruguay— es una película familiar que combina, como esos antecedentes, animales antropomórficos creados por computadora con actores de los de antes, de carne y hueso. Es una fórmula que se ha probado eficaz en públicos infantiles.
Esta vez uno de los actores de carne y hueso, es Javier Bardem, el español ganador del Oscar, que estelariza la primera comedia familiar de su extensa filmografía.
Lilo Lico Cocodrilo está basado en los libros de Bernard Waber, que se han conservado como best sellers en Estados Unidos desde su lanzamiento en 1962. No están disponibles en versión en español, por lo menos en librerías uruguayas. Hay una adaptación musical que HBO produjo en 1987.
“Cuando la familia Primm (Constance Wu, Scoot McNairy, Winslow Fegley) se traslada a Nueva York, su joven hijo Josh lucha por adaptarse a su nueva escuela y a sus nuevos amigos”, resume la sinopsis oficial. “Todo cambia cuando descubre a un cocodrilo cantante que vive en el ático de su nueva casa al que le encantan los baños, el caviar y la buena música. Los dos se hacen amigos rápidamente, pero cuando la existencia de Lilo se ve amenazada por el malvado vecino Mr. Grumps (Brett Gelman), los Primm deben unirse con el carismático dueño de Lilo, Héctor P. Valenti, Bardem), para demostrarle al mundo que la familia puede venir de los lugares más inesperados y que no hay nada malo en un gran cocodrilo cantante con una gran personalidad”.
Lilo, no lo dice ahí pero es así, no hablara pero sí canta con la voz de Shawn Mendes, una estrella mundial del pop, y una de las inversiones fuertes de la producción. Canta tonadas creadas por Benj Pasek y Justin Paul, los mismos de La La Land y El gran showman, aunque él aportó algunas composiciones propias.
“Es una experiencia majestuosa”, dice Bardem en declaraciones cedidas por la distibuidora local de la película. “Es un musical, con grandes canciones, con tremendos momentos musicales, con bailes, y esto luce muy bien en la pantalla grande”.
Bardem nunca se había dedicado a la comedia familiar, un género bastante alejado de sus trabajos con Pedro Almodovar, su Anton Chigurh que le valió un Oscar en No es país para los débiles de los hermanos Coen o ser un villano de James Bond. Tuvo otras tres nominaciones a los premios de la Academia por Antes que anochezca, Biutiful y Being the Ricardos. Nada que ver con su Héctor P. Valenti.
“Uno de los factores (para aceptar el papel) no es otro que la posibilidad de hacer una película más allá de mi zona de confort, interpretando un personaje abiertamente cómico, que canta y baila, algo que no estoy acostumbrado a hacer”, dice Bardem. “Además de la hermosa relación que entablo con un cocodrilo. Pero, sobre todo, me parece que fue el hecho de que yo estaba muy interesado en hacer una película que mis hijos pudieran ver, una película para todos los niños. Así, mis hijos pueden sentarse, pasar un buen rato y disfrutar de la historia, tan conmovedora, hermosa y divertida”.
Dirigen Josh Garden y Will Speck (responsables de las divertidas y poco infantiles Fiesta de Navidad en la oficina y Blades of Glory) sobre un guion de Will Davis que ha inventado cosas como la franquicia de Johnny English.
“Lo que me agrada del personaje es que los límites no existen”, dice el español. “Es realmente esa persona que nos gustaría ser -en cierto modo- al menos un día en nuestras vidas. Nada le importa. Es una persona así, y está orgulloso de poder ser fiel a sí mismo, de poder ayudar e incluso de tener el valor de pedirle a Josh, el chico de la cinta, que se atreva a ser fiel a sí mismo. La interpretación de este personaje ha sido liberadora en extremo, porque, como puede verse, no hay leyes y no hay plan fijo”.
Y como todos los productos de su tipo, Lilo Lilo Cocodrilo tiene un mensaje.
“La historia cuestiona hasta qué punto permitimos realmente que los otros sean como quieren ser en vez de juzgarlos, y en esta caso el juzgado es un cocodrilo, porque se trata de un cuento de hadas”, avisa Bardem.