CARTELERA
Llega a cines, "Crímenes del futuro", una película terrorífica sobre mutaciones humanas que fue presentada en Cannes y es el regreso del director canadiense después de ocho años
En un panorama de estrenos que se veía limitado a Elvis y a una animación poco prometedora llamada La gallina Turuleca, de repente se coló una de las películas más esperadas del año: Crímenes del futuro, la primera obra de David Cronenberg en ocho años.
El director canadiense es uno de los grandes maestros del cine moderno poseedor de un estilo personal que ha conseguido plasmar incluso en blockbusters de Hollywood (La mosca, por ejemplo). En general, su cine está más cercano a un espíritu independiente apropiado para un estilo director y, muchas veces cercano al horror.
Una de los temas que atraviesan toda su carrera es la transformación del cuerpo. Eso estaba en La mosca, claro, pero también en Scanners, los amos de la muerte, Cuerpos invadidos, Pacto de amor, M Butterfly, El almuerzo desnudo y Crash, una polémica y escandalosa película sobre la atracción sexual por los accidente de autos y con la que Crímenes del futuro tiene más de un vínculo.
La historia transcurre en un futuro a la vuelta de la esquina en el que los hombres han desarrollado la capacidad de generar sus propios órganos. Esa mutación está en el centro de dos artistas, Saul Tenser (Viggo Mortensen, quien trabajó con el director en, por ejemplo, Una historia violenta) y Caprice (Léa Seydoux), quienes practican cirugías de extracción de esos nuevos órganos en Tenser.
Cronenberg muestra todo eso con un grado de exhibicionismo que transforma la experiencia de la película en inquietante y algo sanguinaria. Es una película de terror arty, digamos. Se presentó en Cannes.
Lo de La gallina Turuleca es una animación entre española y argentina que se estrena, como para cerrar las vacaciones, con las voces de, entre otros, Guillermo Francella y Flavia Palmiero.