ENTREVISTA
El director de "Crímenes de familia" habla de su largometraje que protagonizan Cecilia Roth y Miguel Angel Solá y se estrena en Netflix
Hoy se sumó al catálogo de Netflix la película argentina Crímenes de familia que protagonizan Cecilia Roth, Miguel Angel Solá, Benjamín Amadeo y Sofía Gala.
Se trata de un drama que plantea dos problemas para la familia protagonista, por un lado un hijo acusado de violencia doméstica, y por el otro un crimen del que poco se sabe.
Sebastián Schindel, realizador que proviene del documental con producciones como Que sea rock (2006) o Mundo Alas (2008) dijo a El País que comenzó a escribir el guion hace cuatro años, mientras terminaba de hacer El patrón: radiografía de un crimen, su primer largometraje de ficción.
Al igual que la película que protagonizó Joaquin Furriel en 2014, Crímenes de familia también está inspirada en dos casos reales “para los cuales me documenté muchísmo, pero para la película los combino, los modifico bastante, para que ocurran en la familia que tiene a Cecilia Roth como cabeza de la familia e involuntaria protagonista de la tragedia”, dice el realizador.
—En la película hablás de la interrupción del embarazo y la violencia doméstica, dos temas que si bien siempre han estado en discusión, tomaron fuerza en los últimos años.
—Sí, se habla mucho de estos temas sin hablar, se invita a reflexionar sobre estos temas casi que sin hablarlo.
—Proveniendo del documental, ponés una mirada fría de la cámara para que sean los personajes los que hablen y muestren lo que les pasa. Así se muestra cuando el personaje de Benjamín Amadeo o Sofía Gala tienen que dar su testimonio ante un jurado.
—Sí, es así. Es una película de testimonios ante la justicia donde es el espectador el que de a poco va armando la trama y descubriendo lo que realmente sucedió para ir sacando sus propias conclusiones de los hechos. El espectador tendrá que ir armando la trama y buscarle una salida a los distintos dilemas morales que se presentan en la película.
—Dejás en el espectador que entienda lo que sucedió en esa familia.
—Sí, me interesa mucho la diferencia entre un espectador activo y pasivo. Me gustan los espectadores activos y las películas que invitan a tener un espectador activo. Es pasivo cuando la película se le cae encima y no tiene que hacer ningún esfuerzo mental o emocional, pero a mí me gustan las películas que tienen un espectador que tiene que ir pensando, sacando conclusiones, sintiéndose incómodo a medida que pasa la película.
—Además de ese manejo de la emoción la primera parte de la película está mostrada en dos tiempos, haciendo presente a ese espectador activo.
—Sí, me gusta mucho romper la temporalidad, es algo que nos permite el lenguaje cinematográfico, y es un elemento que ayuda a generar tensión y para que el espectador tenga que imaginarse qué pasó hasta comprender cómo se mueven los resortes de la película.
—Desde la mitad de la trama se vuelve lineal la historia.
—Sí, para concentrarse en otra cosa, en el viaje interno que tiene que hacer la protagonista, Alicia quien es interpretada por Cecilia Roth.
—¿Cómo fue conseguir el elenco?
—Siempre había pensado en Cecilia Roth y le había acercado un primer guion hace como tres o cuatro años y le había gustado. Entonces ella era mi primera opción desde la génesis, y cuando se confirmó la producción de la película, a mediados del año pasado empezamos a armar el elenco pensando quién podía ser el marido de Cecilia Roth, el hijo, y tuve una excelente respuesta, todos son la primera opción lo que es mucha suerte porque los actores pueden estar ocupados o no coincidir las agendas.
—Muy importante es el personaje de Gladys, ¿dónde encontraron a Yanina Ávila?
—Ella no es actriz profesional, vive en un pueblo en la frontera con Brasil y había tenido una experiencia frente a cámaras en la película Una especie de familia de Diego Lerman que se había filmado en Misiones, ahí la descubren. Como había trabajado con la misma directora de casting que esa película, la convencimos para que se venga a vivir a Buenos Aires para interpretar este papel. Fue un trabajo muy gratificante porque ella no es actriz profesional, entonces trabajamos con otras técnicas, pero el resultado es buenísmo.
—Ese personaje muestra la manera de ser del campo.
—Eso es porque es auténtico, y todo lo que actúa son anécdotas de cosas que ella vivió parecida. Ella trabajó muchos años de empleada doméstica en su provincia y le preguntaba por las patronas buenas y las malas, cómo eran los tratos y un montón de otras cosas que nos sirvieron para el personaje. Además, el niño que interpreta a Santi en la película, es su hijo. De esta forma logramos que pudiera venir por estas semanas a Buenos Aires con su hijo, y así se armó la constelación del elenco.
—¿Cómo termina la película estrenándose en Netflix?
—De eso se encargan los productores. Mi primera película, El Patrón estuvo en Netflix, también El Hijo, aunque ya no están más en el catálogo. Con esta película iba a pasar lo mismo, teníamos el estreno programado para mayo y para esta época del año iba a ir a Netflix. Tristemente el estreno en cines no pudo ser por la pandemia y entonces nos quedó ir directo a la plataforma.
—Decías que hace tres años le presentaste el primer bosquejo de la película a Cecilia Roth, y en este tiempo ha habido un gran cambio con el movimiento feminista y la lucha por la interrupción voluntaria del embarazo, ¿esos movimientos sociales afectaron el guion final de la película?
—Quizás un poco sí. Como el guion lo empecé a trabajar hace cuatro años, este movimiento sobre la despenalización del aborto en la Argentina me hacía tener que volver a pensar en el guion. Este proceso me ayudó a mejorar el tercer acto de la película y redondear el cierre de la película. Creo que ha quedado un gran cierre y tengo que agradecerle a estos movimientos que me iluminaron el camino por el que tenía que ir.