Todas las películas de Alejandro González Iñárritu, en un ránking de la peor a la mejor

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Alejandro González Iñarritu

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El estreno de "Bardo: falsa crónicas de unas cuantas verdades" en Netflix es una nueva obra importante del director mexicano que ganó Oscar con "El renacido" y "Birdman"

El héroe del cine de Alejandro González Iñárritu suele ser un tipo atormentado, algo vencido, que debe sortear obstáculos que la vida tiende a poner a los de su tipo.

Eso le puede pasar a un actor en una accidentada puesta en escena en Broadway (de una obra de Carver, nada menos, que es otro con su propia estirpe de héroe), un medium que sufre sus propias muertes y que tiene el rostro cansado de Javier Bardem, o un trampero sorteando la espesura del Yukón.

Muchos de esos héroes de Iñárritu viven en un sopor existencial del que van a despertar a prepo. Eso siempre los deja a merced de unos cuantos contratiempos.

Algo de eso le pasa a Silveiro, el periodista y cineasta que interpreta Daniel Giménez Cacho en Bardo: falsa crónica de unas cuantas verdades, que se estrenó ayer en Netflix y que en Uruguay se vio en cines. Es una producción de Netflix.

Cargada de referencias autobiográficas, es la obra más expansiva y personal de un director como Iñárritu, que la va de expansivo y personal.

Bardo es el regreso a su país después de una larga estadía del otro lado de la frontera, de la que volvió con cuatro Oscar y siendo uno de los grandes directores contemporáneos.

Nacido en 1963, Iñárritu es parte de la generación dorada de mexicanos donde militan los oscarizados directores Guillermo del Toro (La forma del agua) y Alfonso Cuarón (Gravedad, Roma), y el oscarizado fotógrafo Emanuel Lubezki (cuyo trabajo se hace notar en, por ejemplo, El árbol de la vida de Terrence Malick).

Como para acompañar el estreno en Netflix de Bardo, entonces, vaya aquí un ranking, caprichoso como todos, de las películas de González Iñárritu. El orden es ascendente en importancia. En caso de existir esa posibilidad, se incluyen los servicios de streaming en las que están disponibles.

SIETE

Babel (2006).

Es una película tristona, muy tristona, con historias que se entrecruzan, una característica de la sociedad de Iñárritu con el guionista Guillermo Arriaga; hicieron, además, Amores perros y 21 gramos. Acá hay una pareja en crisis (Brad Pitt, Cate Blanchett) que atraviesa acontecimientos trágicos provocados por unos pastores del norte de África que repercuten en un muchacho mexicano y su tía (Gael García Bernal y Adriana Barraza) y en una viuda japonesa y su hija sorda (Kôji Yakusho and Rinko Kikuchi).

Un poco cosmopolita de más y ambiciosa y demasiado dramática la dejan un poco presuntuosa.

SEIS

21 Gramos (2003).

Otras historias que se entrecruzan de forma trágica. Hay un profesor de Matemáticas (Sean Penn) unido con una escritora inglesa (Charlotte Gainsbourg) en un matrimonio que solo se mantiene por la enfermedad terminal que él atraviesa. Hay un exconvicto (Benicio del Toro) salvado por Jesús de una manera estrafalaria y una madre (Naomi Watts) que esconde un secreto.

Jugando con una narrativa alterada que replica la inestabilidad de sus protagonistas y los mundos, la película se mantiene interesante y arriesgada aunque su solemnidad es un poco machacante. (HBO Max y NSNow de Nuevo Siglo)

CINCO

Biutiful (2010).

Es la primera colaboración de Iñárritu con los argentinos Armando Bó y Nicolás Giacobone, con quienes ganó el Oscar a mejor guion original por Birdman; Giacobone también escribió Bardo.

Javier Bardem es Uxbal, un buscavida barriobajero en Barcelona que tiene el poder de hablar con los muertos y lucha contra un cáncer de próstata. Lo atormentan culpas y el fantasma de su padre, asesinado durante el franquismo. El ambiente es de inmigrantes y mucha pobreza que la fotografía de Rodrigo Prieto sabe mostrar.

CUATRO

Amores perros (2000).

Un retrato violento de México sintetizado, como siempre que está Arriaga en la vuelta, en tres historias tristes y desafortunadas que se cruzan, para el caso, en un accidente. Transcurre en el comienzo del milenio y los caminos que se encuentran son el de Octavio (Gael García Bernal) que se mete en el mundo de las peleas de perro con su rottweiler Cofi; Valeria, una supermodelo (Goya Toledo) con un pequeño caniche; y Chivo (Emilio Echevarría), un vagabundo con un pasado guerrillero y vínculo de ternura con un perro herido.

Impactante y directa, Amores perros sigue siendo cruda y violenta y una buena presentación de algunas de las ideas que su director desarrollaría en su carrera. (Está en Netflix)

tres

Birdman (2014).

El título completo es Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia), con esa tendencia a la trascendencia que dan los títulos largos. Ganó cuatro Oscar (película, guion original, dirección y fotografía, de Lubezki) y, por eso, fue uno de los acontecimientos cinematográficos de su año.

Contada en un pretendido plano secuencia, es la historia de un actor (Michael Keaton) que alguna vez interpretó a un superhéroe en el cine y pretende una reivindicación con una puesta en escena de De qué hablamos cuando hablamos de amor, de Raymond Carver.

Lo que sigue es una travesía por los interiores de un teatro (que son los laberínticos interiores de su protagonista) en el que conviven un montón de resentimiento, culpas filiales, envidias y focos que se caen repentinamente. Es una comedia existencialista sobre las presiones del artista en un medio como Hollywood.

Es, además, una película intensa, bien contada y una prueba de la propia independencia de Iñárritu en un proyecto así de industrial. (Está en Amazon Prime Video, NSNow de Nuevo Siglo y HBO Max)

dos

Bardo (2022).

Definida desde el título como Falsa crónica de unas cuantas verdades, la película es un viaje hacia la identidad que incluye a Hernán Cortes leyendo a Octavio Paz en un Zócalo repleto de cadáveres de indios. Hay mucho de historia personal en este periodista que vuelve a su país convertido en una estrella en Estados Unidos. Y mucho de Fellini en algunos de sus planteamientos narrativos y visuales.

Ya desde la primera toma (un plano subjetivo de un gigante volando), queda claro que Iñárritu va por todo y la película es desbordada, exagerada, algo autocomplaciente pero siempre genial, impactante, llamativa, propia. Giménez Cacho, de paso, es el gran actor en español del momento. (En Netflix)

uno

El renacido (2015).

Iñárritu deja claro lo que lo han influido directores como Terrence Malick y Andrei Tarkovski, en este estudio sobre el resurgir del hombre ante una naturaleza apabullante y violenta.

Basado en un caso real, Leonardo Di Caprio interpreta a un trampero del Yukón de fines del siglo XIX que es dejado a su suerte después de que un oso lo atacase en una de las grandes escenas del cine reciente.

En el uso de la naturaleza mostrada con un gran angular que la deforma y a la vez la completa y unos subyugantes planos generales, el mexicano condensa algunas de las inquietudes de su obra en un ejemplo de un cine brutal. (En HBO Max)

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