Esta no es una biopic tradicional. Si esperan conocer de una vez por todas al hombre detrás de Bob Dylan, es decir, Robert Zimmerman, se van a llevar una decepción. La respuesta está en el título: pasan los años y sigue siendo "Un completo desconocido". Es parte del mito que lo envuelve. En la nueva película de James Mangold —un director que sabe del tema: ya dirigió la oscarizada Johnny & June en 2005—, la intención no es revelar secretos, sino capturar la silenciosa lucha interna de un artista contra el infierno tan temido del encasillamiento.

Un completo desconocido, que llega a los cines uruguayos este jueves, acaba de recibir ocho nominaciones al Oscar, incluyendo mejor película, director, guion adaptado y actor para Timothée Chalamet, quien encarna magistralmente a Dylan. En la historia, anhela escapar de la presión de la fama, de la etiqueta de renovador del folk —un género eclipsado por la “invasión británica” a cargo de los Beatles— y del pesado mote de “portavoz de una generación”.

Todo gira en torno a su actuación de 1965 en el Newport Folk Festival, emblema del folk más tradicional —algo así como los años dorados del festival Cosquín en Argentina—, donde Dylan dejó atrás su faceta acústica para abrazar el rock. Como señala el libro homónimo que inspira la película, es un relato del momento en que "Dylan se vuelve eléctrico": una muerte simbólica del pasado y un renacimiento artístico.

El guion y la actuación de Chalamet exploran a fondo su metamorfosis. Desde el inicio, el enigma de Dylan queda claro. Con solo 19 años, llega a Nueva York cargando poco más que su guitarra. Apenas habla, pero sus respuestas son tan certeras que parecen ensayadas. No sabemos mucho sobre su origen, pero sí sobre su objetivo: conocer a Woody Guthrie, la leyenda del folk cuya música luchaba contra el fascismo y promovía la igualdad en una época marcada por la segregación racial.

Guthrie, autor de la emblemática “This Land Is Your Land”, está hospitalizado, acompañado por Pete Seeger (interpretado por Edward Norton, mercida nominación al Oscar como actor de reparto), figura clave del género y cofundador del Newport Folk Festival.

Lo que comienza como un pedido de consejo de parte de Dylan —un encuentro que requirió cientos de kilómetros en autoestop y tiene algo de ritual iniciático—, se convierte en la oportunidad de su vida. Guthrie, incapaz de hablar, le hace un gesto para que saque la guitarra de su estuche y cante algo. Dylan responde con “Song to Woody”, una cautivadora carta de agradecimiento que destila admiración: “Te estoy cantando esta canción, pero no puedo cantar lo suficiente, / Porque no hay muchos hombres que hayan hecho las cosas que tú has hecho”.

Foto: Captura de YouTube @SearchlightPictures.

Esa escena, que ocurre a minutos del inicio, es crucial por varios motivos. No solo establece la tónica de Un completo desconocido —los pensamientos más profundos y significativos de Dylan están en sus canciones más que en sus palabras—, sino que también demuestra que Chalamet está más que apto para la exigente tarea de interpretar las canciones del artista. Su notable desempeño como cantante —también se encarga de la guitarra y la armónica—, suavizando su característico tono nasal, logra que las letras de Dylan sean más comprensibles y emocionales para quienes no están familiarizados con su obra.

Ese encuentro, además, carga con un potente efecto narrativo. Dos leyendas del folk observan, admirados, el nacimiento de una estrella y de un continuador de su legado. Rápidamente, Seeger se convierte en su padrino musical. Lo introduce a la escena folk y despega un ascenso vertiginoso:a los meses ya había grabado su disco debut.

En un concierto en una iglesia conoce a Sylvie Russo, su primera pareja neoyorquina, interpretada por Elle Fanning. Lo llamativo es que Sylvie es el único nombre ficticio en una película repleta de figuras reales. El personaje se inspira en Suze Rotolo, la rubia sonriente que abraza a Dylan en la portada de The Freewheelin’ Bob Dylan (1963) y que falleció en 2011. Este cambio fue prácticamente la única condición de Dylan para autorizar la película. “Era como si una estatua de Rodin hubiese cobrado vida”, escribió en sus memorias sobre su gran amor juvenil.

A través de la relación con Russo, Un completo desconocido explora el costado emocional de una historia esencialmente musical. Dylan, que pasa noches enteras componiendo, se muda a la casa de su pareja y allí es donde reafirma el misterio que rodea su vida. “Me doy cuenta de que no sé nada sobre vos”, le reclama en una de las escenas. Por supuesto, la respuesta de Dylan es esquiva.

La película también explora su relación —mejor dicho su triángulo amoroso— con la cantante Joan Baez, interpretada por Monica Barbaro, nominada al Oscar como actriz de reparto y que brilla en el exigente desafío de recrear su voz de soprano. Esa cuota melodramática, destacada en el trailer, le aporta lo necesario para que la historia tenga su costado cercano a la biopic tradicional y la vuelva un posible éxito de taquilla.

Foto: Difusión.

Lo interesante del enfoque de Un completo desconocido es que el viaje interno de Dylan y la evolución de su obra se acompañe con una mirada al contexto de una época repleta de cambios. Ver las tensiones sociales de la segregación racial, el pánico que despertó la crisis de los misiles en Cuba y los asesinatos de Kennedy y Malcom X, permiten entender el origen y la relevancia de himnos populares como “Masters of War”, “The Times They Are A-Changin’”, “Blowin’ In the Wind” y “A Hard Rain’s A‐Gonna Fall”.

A su vez, la elección del repertorio refleja una faceta a veces olvidada de Dylan: es un gran compositor de letras de amor y despecho. Las interpretaciones de Chalamet —las letras subtituladas y traducidas son un acierto— de las delicadas y desgarradoras “Don’t Think Twice, It’s Alright”, “It Ain’t Me” y “Girl For the North Country” están entre lo más alto de Un completo desconocido. Para los desconfiados, pueden comprobarlo antes de ir al cine: la banda sonora ya está disponible en Spotify.

Volviendo a la lucha interna por liberarse del encasillamiento y la presión de la fama, en las contadas veces que Dylan hace referencia directa al tema, dice una frase concreta pero demoledora: “Cargo con un peso de una tonelada que no se ve en la báscula”. Su primera rebelión ante tanta exigencia es reforzar la máscara con la que siempre se ocultó: empieza a usar lentes negros, adopta un habla despreocupada y arrogante, y se niega a seguir cantando “Blowin’ In the Wind”, su primer hit.

El golpe definitivo está en el rock, el género que amó desde niño —su impredible libro Filosofía de la canción moderna, de 2023, lo reafirma— y que escandaliza a los conservadores del folk. Con canciones crudas y furiosas como “Like a Rolling Stone” y “Maggie’s Farm” declara la refundación de su obra. Y esa actuación, uno de los momentos más electrizantes de la película, tiene su bautismo en su presentación de 1965 en el Newport Folk Festival. Un completo desconocido es una película esencial para los que quieran sumergirse en el universo Dylan.

El propio homenajeado lo celebró semanas atrás en X. ““Hay una película sobre mí que se estrena pronto, llamada Un completo desconocido. ¡Qué título! Timothée Chalamet la protagoniza. Timmy es un actor brillante, así que estoy seguro de que será completamente creíble haciendo de mí. O haciendo de un joven yo. O algún otro yo”, escribió. “El film se inspira en Dylan Goes Electric!, el libro de Elijah Wald que salió en 2015. Es un recuento fantástico de los eventos de comienzos de los años 60 que llevaron al fiasco en Newport. Luego de ver la película, lean el libro”.

A ese pedido hay que sumarle otro: cuando salgan del cine, sumérjanse en su discografía. Al final, ese es el verdadero objetivo de Un completo desconocido.