El estreno a los 94 años de su nueva película, Jurado #2, convierte a Clint Eastwood en el director más longevo en actividad. Está lejos, aún del record de permanencia del portugués Manuel De Oliveira que estrenó su último largometraje, Gebo y la sombra a los 106 años, en 2012 (falleció en 2015 con el tiempo para dirigir siete cortometrajes más).
Jurado #2, que se estrenó en la plataforma Max el viernes 20, es la película número 45 de Eastwood quien debutó como director en 1971 después haber sido un parco héroe de western (en su versión spaghetti). En 1992, con Los imperdonables (que le dio dos de sus cuatro Oscar) ingresó en el canon de los grandes maestros del cine. Desde entonces ha tenido una carrera de perfil y calidad altos que incluye otras oscarizadas (Río místico, MillionDollar Baby, Francotirador), una obra maestra (el díptico del heroísmo en el Pacifico en la Segunda Guerra Mundial que integran La conquista del honor y Cartas desde Iwo Jima) y grandes películas (Gran Torino).
Ha acompañado todo esa obra con trabajos menores principalmente en el último tramo de su carrera y su predilección por asuntos de best sellers no impide que haga notar su estilo directo y austero.
Sus películas han recaudado unos 12.000 millones de dólares de un presupuesto total de unos 2.500 millones. Eso lo convierte en uno de los directores más rentables de Hollywood. Ha mantenido una independencia absoluta en sus proyectos y suele trabajar con las estrellas más importantes quienes suelen elogiar su minimalismo narrativo y su estilo distendido en el set.
En su cine se nota una preocupación humanista y entre las varias líneas con que puede ser atravesada su obra, ha construido una crónica sobre la figura del héroe y la violencia en la sociedad estadounidense. Publicamente se ha mostrado como un republicano (incluyendo una tirando a infausta presentación en una convención de su partido) aunque algunas ideas de sus películas pueden llevar a confusiones.
Jurado #2 hace un planteo político directo sobre divisiones y prejuicios en la sociedad estadounidense y algunas dudas sobre su sistema judicial que se basa más en prejuicios y agendas que en impartir justicia. Esa clase de cosas son cruciales en la sociedad estadounidense actual.
Algunas de sus virtudes han hecho dudar de la pertinencia que WarnerBrothers —el estudio con el que Eastwood trabaja desde 1971 y para el que hizo, en calidad de actor o director en 46 películas— la mandase casi directo al streaming (aunque originalmente fue producida para Max) después de un pasaje fugaz por salas de algunas ciudades estadounidenses. Fue un éxito, eso sí, en Francia. Es una película perfectamente de streaming.
Jurado #2 es un drama de tribunales: tiene algo de 12 hombres en pugna, el clásico del rubro aunque no es tan sólida.
Es una fábula moral que parte de una premisa interesante: un hombre es convocado a integrar el jurado de un femicidio, tras la muerte de una mujer de la que él bien podría ser responsable. El acusado discutió con su novia en un bar, ella salió en la lluvia y al otro día apareció muerta a la vera del camino. El novio, un mafioso con historial de violencia tenía todos los boletos para ser el principal acusado.
Sin embargo, el jurado número 2 (Nicholas Hoult), un escritor probo que espera su primer hijo se da cuenta que él estuvo en ese bar (aunque no tomó porque es un alcohólico en recuperación) y que cuando salió golpeó contra algo que él pensó que era un ciervo pero quizás fuera la víctima.
Una fiscal en plena campaña política (ToniColette) necesita una condena aunque el caso tiene más cabos sueltos de los recomendables para una película y para un juicio.
Con eso,Eastwood construye un relato directo y, superada algunas inconsistencias del guion (del debutante JonathanA.Abrams) o personajes que se deshilachan (el de J.K. Simmons, por ejemplo), maneja el suspenso y el debate moral del protagonista con esmero y en velocidad crucero. Guillermo del Toro ha dicho que es elCrímenes y pecados (en referencia a una de las películas más importantes y serias de WoodyAllen) de Eastwood.Es un poco exagerado pero Jurado #2 es un entretenmiento bien contado. Y eso alcanza para mostrar un director vital a los 94 años.