La primera entrega de Sayen, la película de acción chilena de Alexander Witt que estrenó Prime Video a inicios de este año se convirtió en la producción latina más vista, anunció la plataforma.

Sigue a Sayen (interpretada por Rallén Montenegro), joven mapuche que vuelve a su tierra para ser testigo de unos empresarios matones que quieren las tierras de su abuela para convertirlo en santuario, entiéndase explotar el cobalto del suelo. Al final de esa entrega, donde Aaron Piper interpretó al villano, la joven hace justicia por mano propia e inicia una campaña para terminar con esa peligrosa empresa.

Así, al inicio de la secuela que ya está en Prime Video, Sayen: la ruta seca, (serán tres partes) la chica es considerada una terrorista y la busca la policía y el lider de Actaeon que interpreta Enrique Arce, o sea Arturo en La casa de papel.

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Decidida, Sayen viaja del sur al norte de Chile, al desierto de Atacama donde la Actaeon también tiene negocios con los locatarios. Como ya se sabe, esta empresa tiene un discurso pro energías renovables es una pantalla para explotar los recursos naturales.

En una charla con El País, Montenegro y Jorge López (o sea Valerio enÉlite) hablaron de la película.

Al rodarse en el desierto, las escenas fueron más exigentes para los actores. “Fue un rodaje con mucha acción, tormentas de arena y harto sol”, comentó Montenegro.

“Recuerdo que en varias secuencias cuando me reía se estiraba toda la piel porque en verdad había mucha sequedad. Estuvimos todos los días pero veías a tus compañeros, todos comprometidos y había que sacar el trabajo adelante y darlo todo, como siempre”, comentó López quien se suma a la saga en esta entrega e interpreta a Gaspar quien pasa de ser enemigo a un aliado de la heroína.

—En la secuela hay más acción y tu personaje corre por el desierto y salta de container en container.
Montenegro: Sí. Sayen 2 es el doble de acción que la primera. Se pasó increíble, tuvimos un trabajo de coordinación de acción preciosa con unos colombianos maravillosos que lo hicieron posible.

López: Teníamos especialistas muy capacitados que nos ayudaban con las coreografías. Y tu en un momento estás colgada de un helicóptero, algo muy complicado. También teníamos escenas con cuchillos, pero con estos chicos era muy fácil realizar el trabajo. Todo fue muy grato, muy fluído.

Foto: Difisión

—La película vuelve a hablar de la explotación de recursos naturales por empresas extranjeras. ¿Cómo se sienten con ese discurso de la película?
Montenegro: Creo que es una problemática a nivel mundial. Si bien el foco de esta trilogía es la acción, esa problemática nos sirve de contenedor para una ficción que toma elementos de la realidad para poder generar estos universos.

López: Es un patrón que se repite en lo extenso de latinoamérica. Es uno de los pies fundamentales del arco general de la película pero no es la base del conflicto. En lo que a mí respecta, me gusta visibilizar ese conflicto, el tema de la expropiación de los recursos naturales de nuestra tierra, es algo que siempre ha pasado. El llevarlo a una ficción por más que nosotros no estemos cambiando los patrones porque estamos haciendo entretenimiento, es un pequeño aporte.

—¿Cómo defines a tu personaje, Gaspar?
López: Gaspar es un personaje al que le tengo muchísimo cariño de todos los que he hecho en mi carrera. Tiene un motivo similar a mí en lo aventurero, también una cosa humana del fluir. Además hay un discurso de la desesperanza. Con esto no estoy haciendo activismo pero esta desesperanza de cuando nacés en una sociedad que tiene todas las cosas tan impuestas y estamentales, donde no puedes salir de tu rol y de lo que es la vida que se te designó, es bonito. Es un personaje del cual aprendí mucho a liberarme de prejuicios. Es un personaje muy humano, como el de Sayen, porque que es el sueño de cualquier mortal poder defender tu tierra, tu gente e ir por tus ideales.