Empezar con un desafío: ¿cuál es la película de Gal Gadot que está buena? Una ayuda: no puede ser Mujer Maravilla, que es una película mediocre solo enaltecida por su empoderamiento femenino y porque, ciertamente, es mejor que la secuela. Otra ayuda: no hay manera de que pueda ser Agente Stone, la de acción que ayer estrenó Netflix.
Vamos, Gadot no tiene películas buenas. Su carrera se ha dividido en repetir su Mujer Maravilla en cuanta película de DC se la convocara (este año en la de Shazam!, eso) y hasta apareció en unas cuantas de Rápido y furioso. Es un heroína de acción y cuando más o menos ha salido de la fórmula (en Espiando a mis vecinos o Muerte en el Nilo) tampoco ha sido nada descollante.
Agente Stone es la segunda película de Gadot (quien nació en Israel en 1985 y es hegémonicamente de las estrellas más lindas del cine) para Netflix. La anterior había sido Alerta roja, una pavada con Dwayne Johnson y Ryan Reynolds que sin embargo es uno de los grandes éxitos de la plataforma.
Agente Stone va camino a ese mismo destino porque parece claro que al público de Netflix le encanta un poco de acción descerebrada, narración de videojuego y destinos exóticos. Acá vuelve a cumplir con todos esos requisitos.
Dirigida por Tom Harper -quien lustró su oficio en episodios de Peaky Blinders y su anterior película es el vistoso fracaso de The Aeronauts-, Agente Stone toma prestado de todos lados aunque la usina más notoria es Misión Imposible. Se incluye una persecución por Lisboa y otra en moto, una especialidad patentada por Tom Cruise. Está, igual, muy lejos de ese estándar.
“Se han hecho películas brillantes protagonizadas por hombres y siempre sentí que había lugar para más películas lideradas por mujeres”, dijo Gadot a Entetainment Weekly. “Bond, Misión Imposible, Jason Bourne, Duro de matar: son películas que devoro y siempre quise interpretar una”.
Se sacó las ganas. Acá Gadot -quien además figura como productora a través de la empresa que tiene con su marido, revelando el gusto por lo que hace- es Rachel Stone, una agente al servicio del Cartel, una oficina secreta que busca la paz mundial a las patadas y que tiene de su lado a “el corazón”, un megaservidor que quien lo controle tendrá al mundo en su puño. En la última Misión Imposible , la Inteligencia Artificial era la villana; acá está del lado de los buenos.
Una computadora de esas que son como hologramas y se manejan moviendo los brazos recuerda a otra película de Tom Cruise, Sentencia previa. Está también lejos de ese estándar.
Al corazón ese, un artefacto cualunque, lo anda buscando una organización criminal difusa que tiene la cara de Jamie Dornan. Para hacerse de él recorren varias locaciones que van del desierto de Senegal a un lugar hermoso en Islandia.
“Tenía muchas ganas de contar la historia de una persona real que pasa por un viaje loco y se cuenta desde una perspectiva femenina”, dijo Gadot en esa entrevista a EW. “Eso fue algo que me entusiasmó, que quería mostrar, que sentí que no había visto lo suficiente. Y Rachel Stone es una mujer con muchas contradicciones. Por un lado, es una agente secreta increíble que disfruta la emoción de la adrenalina, pero al mismo tiempo, no funciona bien dentro del sistema. Le resulta un poco difícil seguir las reglas. Es como un cañón suelto con un sentido de la justicia muy fuerte, pero sigue su corazón. Sentí que había tantas capas diferentes y carne en este personaje, y estuvo buenísimo interpretarlo”.
El guion es de Greg Rucka, -el de La vieja guardia, con Charlize Theron, que podría ser la mejor de este género de acción patentado por Netflix- y Allison Schroeder, quien estuvo nominada al Oscar por Talentos ocultos, la de las mujeres negras de la NASA que no estaba mal. Se limitan a poner todo al servicio de la acción.
El resto es pura fantasía al borde del disparate, un recurso que algunos han encontrado divertido y otros no podemos soportarlo.
Después de un montón de peleas y soluciones improbables, el final queda abierto para que el equipo que se formó acá (y que completan los personajes interpretados por Matthias Schweighöfer y Alia Bhatt) ya esté pronto para otra misión.
Gadot tiene un montón de papeles esperándola de aquí en más. Allí están la segunda parte de Alerta roja, la Cleopatra que ella misma escribió y la bruja malvada en una nueva Blancanieves.
Por ahí parece que tampoco va estar la película buena de Gadot. Pero, en definitiva, quién está esperando eso.