2007 es año de aniversarios para los amantes de la historieta El Eternauta, una de las más importantes del Río de la Plata, que marcó un antes y un después en el noveno arte. Hoy se cumplen 50 años de la aparición de su primer episodio en la revista Hora Cero. El 27 de abril, además, se cumplieron 30 años de la desaparición de su creador, el guionista Héctor Germán Oesterheld, desaparecido durante la dictadura militar argentina.
En las primeras páginas de la historieta que dibujó inicialmente Francisco Solano López (la obra tuvo secuelas a cargo de otros guionistas), el personaje cuenta que su nombre explica "en una sola palabra" su "condición de navegante del tiempo, de viajero de la eternidad", su "triste y desolada condición de peregrino de los siglos".
El Eternauta tenía un nombre terrenal, Juan Salvo, una familia y una historia detrás, que va desgranando a lo largo de 350 páginas para Germán, el guionista en cuya casa aparece al principio del cómic y que no es sino un trasunto del propio Oesterheld, como muestran los dibujos de Solano López.
El Eternauta comenzó como un cuento corto que luego se transformó en una suerte de adaptación de Robinson Crusoe, como señala el propio Oesterheld en el prólogo: "El Eternauta fue mi versión del Robinson. La soledad del hombre rodeado, preso, no ya por el mar, sino por la muerte".