El concierto de la Orquesta Sinfónica del Sodre, previsto para la noche de hoy, en el Auditorio Nelly Goitiño, fue postergado para el próximo miércoles 25, a las 20 horas. Según se informó en un comunicado emitido en la tarde de ayer, las entradas, que ya están agotadas, tendrán valor para la nueva fecha.
En este concierto, el último del ciclo Gamba dirige Dvorak, la Ossodre contará con la actuación de la pianista uruguaya Nybia Mariño como solista, a quien se rendirá homenaje por sus 90 años de vida.
Por este carácter conmemorativo, el programa tendrá su punto culminante en el Concierto para piano N°4 Op. 58 de Ludwig van Beethoven, en el que Mariño demostrará la vigencia de su gran prestigio internacional.
En el inicio, la Ossodre y Gamba iniciará (al parecer no puede ser de otra forma) un primer viaje hasta el siglo XVIII. Desde allí se recuperará la Obertura de Ifigenia en Aulis del compositor de origen germano-bohemio Christoph W. von Gluck (1717-1787).
Cumplido el rito de apertura, será el turno de Antonin Dvorak y su Sinfonía N°7 (1885), la más romántica de sus composiciones sinfónicas (en sus fuentes están su admiración por Tchaikovsky y Brahms).
Y por último, en este canónico recorrido sinfónico, Nybia Mariño revisitará el magnífico concierto de Bee-thoven. Una obra compleja, exigente, que se ha convertido en un reto para la consagración de cualquier concertista. Fue compuesto en 1805, y lo estrenó el propio compositor en el palacio del príncipe Lobkowitz, su mecenas, durante un concierto privado.
La obra tiene todas las características, tanto por sus planteos técnicos como expresivos, para el lucimiento de una intérprete como Nybia Mariño. El mejor aval para ello es su extensísima trayectoria.
Mariño inició muy tempranamente su formación musical, de la mano de una figura clave para nuestra música, el maestro Guillermo Kollischer. Con apenas once años, llega a Buenos Aires de la mano de Arturo Rubinstein. Allí hará un notable debut en el teatro Colón, interpretando el Concierto en la menor Op. 54 de Robert Schumann, nada menos que bajo la batuta de Ernest Ansermet. Al abrírsele las puertas en el vecino país, su carrera pronto se proyectó al viejo continente, donde logró su consagración internacional. A partir de ahí, Mariño realizó conciertos en toda Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. En este país grabó tres discos que fueron considerados entre las mejores producciones pianísticas de la historia, junto a trabajos de intérpretes como Cortot, Gieseking, Kempf, Lupu, entre otros.
Con estos antecedentes, el concierto de Beethoven será un tremendo regalo musical para ella y su público.