En el Museo del Parque Rodó, cincuenta obras de Guayasamín

Muestra. Abre hoy con presencia de familiares del gran pintor ecuatoriano

El Museo Nacional de Artes Visuales inaugura hoy a las 20.30 hs. una de las mayores exposiciones del año. "Descubriendo a Guayasamín" presenta unas 50 obras de gran pintor ecuatoriano, abarcando diversas etapas, técnicas y estilos.

La muestra cuenta con algunas de las piezas más significativas del artista, como las series Miedo, La madre y La espera. Éstos y otros notables trabajos, representativos de lo mejor del arte latinoamericano del siglo XX, serán inaugurados con la presencia del director para Asuntos Internacionales de la Fundación Guayasamín, Alfredo Vera, asistiendo además la primera esposa del artista, Maruja Monteverde, y sus hijas Saskia y Berenice.

"La obra de Guayasamín -contó a El País Jacqueline Lacasa, directora del museo- tiene un doble valor, histórico y formal. Formalmente sobresalen en esta muestra trabajos como la serie La edad de la ira, que realizada entre 1961 y 1990, comprende diferentes conjuntos, como Las manos y Mujer llorando. Ellas presentan fuertes contrastes, que con el trabajo de la espátula generan sombras, en un estilo que tiene algo del cubismo y también del muralismo latinoamericano".

Oswaldo Guayasamín (1919-1999) nació en Quito, en un hogar humilde, conformado por su padre, un carpintero indio y su madre, de sangre mestiza. Su temprana vocación artística, que se manifestó en caricaturas infantiles, no impidió que su padre se opusiera a su ingreso a la Escuela de Bellas Artes, hecho que finalmente se concretó, egresando en 1941.

Un año después realizó su primera exposición en una sala particular, que provocó un escándalo porque un sector de la crítica entendió que era como un enfrentamiento a la Exposición Oficial de Bellas Artes.

Pero por entonces, Nelson Rockefeller se interesa por el joven artista, comprándole obras y ayudándolo a abrirse camino. En consecuencia, ese año viaja a Estados Unidos y luego a México, donde trabaja como asistente del maestro Orozco, emprendiendo después un viaje por América Latina que lo lleva a conocer de cerca esa realidad.

Considerado uno de los grandes exponentes del expresionismo indígena, desarrolló una carrera brillante, que dejó testimonio del dolor de los indígenas andinos. Su obra (cuadros de caballete, murales, esculturas, monumentos) recorrió el mundo a través de más de 180 exposiciones.

"Mi pintura es para herir, para arañar y golpear el corazón de la gente", declaró en una ocasión el artista, hombre de fuerte personalidad, amigo de las afirmaciones precisas y categóricas: "Mi pintura es de dos mundos. De la piel para adentro es un grito contra el racismo y la pobreza. De la piel para fuera es la síntesis del tiempo que me ha tocado vivir.

"Pablo Neruda -remata Lacasa- decía que los nombres de Orozco, Rivera, Tamayo y Guayasamín forman la cordillera de los Andes de la pintura, y yo creo que la expresión es exacta. Y en el caso de Guayasamín, además, creo que en este momento su lucha por los derechos humanos hace que la presencia de su obra en Uruguay cobre un valor especial".

Descubriendo a Guayasimín estará abierta hasta el domingo 20 de febrero, mes en el que se organizarán talleres para adultos y niños sobre el artista.

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