Al mismo tiempo que prepara el estreno y las recorridas del documental sobre La Matinée, Sebastián Bednarik está en pleno rodaje de otro documental sobre la agrupación C 1080.
Lo define como un documental sobre una familia que dirige una comparsa, y dice que planea terminarlo en mayo. "Me estoy centrando en la transmisión de la posta de "Cachila" Silva a sus hijos, tal como había hecho con él su viejo, Juan Angel. Está totalmente centrado en la interna y la familia", cuenta.
Con cierta ironía dice que no quiere otra vez demorarse tres años entre la finalización del rodaje y el estreno, como le ocurrió en el caso del documental que presentará esta noche. Ha aprendido varias cosas en el camino, y una de ellas tiene que ver con la financiación de los proyectos.
Si en el caso de la murga la gestión de los capitales se fue haciendo casi sobre la marcha, ahora lo ha hecho de forma mucho más sobria y ordenada, ya que por ejemplo, cuenta con un productor que "invierte y trabaja".
"Hemos aprendido, somos el mismo equipo y además estamos aprendiendo cómo se financian este tipo de proyectos independientes", señala. Este segundo trabajo, que retrataría al carnaval como herencia, podría sentar un buen precedente para el cine.