Importante muestra de fotografía experimental

Brasileños. Las obras pertenecen a la Fundación Itaú

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PEDRO DA CRUZ

El Centro Municipal de Exposiciones (Subte) inauguró la exposición "Experimentaciones. La experiencia concreta y neoconcreta en la fotografía brasileña", con material perteneciente a la Fundación Itaú.

La exposición es un amplio muestrario del resultado de la aplicación de los principios de la variante del arte geométrico llamado concreto al campo de la fotografía en Brasil. El material presentado, en su totalidad fotografías en blanco y negro, es caracterizado en parte como concreto y en parte como neoconcreto, debido a que a esta última categoría se la relaciona con un desarrollo posterior, con una búsqueda más libre fuera del marco de la geometría.

Aunque los estilos de los fotógrafos muestran diferencias, la base geométrica es un elemento común. Una obra de Eduardo Salvatore, Formas (1950), está muy cerca de las artes plásticas no figurativas, mientras que Rieles (1950), de André Carneiro, está relacionada al entorno de la ciudad. Geraldo de Barros, en Abstracto, Estación de la Luz, San Pablo (1949), y German Lorca, en Anturiuns cruzados (1960), utilizan la superposición de formas similares que se repiten.

Otros autores integran la figura humana referida al mundo del trabajo, como Dalmo Teixeira Filho en Trabajando en el cielo (1950) y Osmar Pecanha en Equilibrio (1960). Otras obras reflejan otros aspectos de lo humano, por ejemplo una aproximación psicológica de Tufi Kanji en Elisa y su mente (1965), y una similitud formal entre las piernas de una mujer y las patas de una mesa en Piernas (1970) de Germán Lorca.

FOTOCLUBES. Uno de los factores que fue decisivo para el desarrollo de la nueva fotografía brasileña, fue el surgimiento de los fotoclubes, lo que fue facilitado por la creciente producción de equipamientos y materiales fotográficos. En 1939 se fundó en San Pablo el Foto Clube Bandeirante (en 1945 también integró la práctica del cine), el que contó entre sus miembros más importantes a José Yalenti, Thomas Farkas, Geraldo de Barros y Germán Lorca, quienes tuvieron una producción muy importante en los años 50.

Producto típico de los núcleos urbanos -San Pablo con su gran desarrollo industrial en primer lugar- la fotografía se fue desprendiendo de su papel de reproducir la realidad para pasar a ser una actividad artística más. En ese momento entroncó con las expresiones de lo concreto, tanto en las artes visuales como en la literatura.

En una etapa posterior, con origen en el Foto Clube Bandeirante, se formó la Escuela Paulista de Fotografía, con una marcada orientación hacia diferentes procesos de experimentación. Entre otros métodos fueron usados los del fotograma (fotografías creadas sólo con luz) y la superposición de imágenes. El tiempo de exposición podía ser variado, las cámaras movidas en el momento de la toma, y las copias intervenidas. Lo que dio a las fotografías de esta nueva etapa una gran variedad de expresiones.

Brasil y el auge del arte concreto

El arte concreto había sido concebido en París en 1930 por el artista holandés Theo van Doesburg, quien tomó distancia del proceso de abstracción plástica, para crear en cambio directamente a partir de la geometría. El movimiento concreto surgió en Brasil hacia los años 40, en parte debido a la influencia de artistas europeos como el suizo Max Bill, quien expuso en museos brasileños en 1950 y en la Bienal de San Pablo de 1951.

En el campo de las artes plásticas, el movimiento concreto brasileño apareció en 1952 con la formación de dos grupos de artistas. En San Pablo el Grupo Ruptura fue formado por Waldemar Cordeiro, Luís Sacilotto y Geraldo de Barros, quienes preferían las formas geométricas puras. En Río de Janeiro surgió el Grupo Frente, que incluyó a artistas como Ivan Serpa, Décio Vieira, Hélio Oiticica y Lygia Clark, los que usaban tanto formas geométricas como orgánicas.

La literatura concreta también se manifestó en 1952 con la revista Invencao y la fundación del grupo Noigrandes por Decio Pignatari, Haroldo y Augusto de Campos. En 1956 se realizaron varias exposiciones que dieron a conocer los primeros poemas concretos latinoamericanos. En 1959 el poeta Ferreira Gullar publicó un manifiesto neoconcreto, que proponía una mayor libertad creadora. Otra variante de la literatura concreta fue la "poesía espacial" propuesta por Wlademir Dias-Pino.

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