Intentos de tapar al sol con la mano

HENRY SEGURA

El mundo occidental vuelve inmerso en una "civilización del espectáculo". Esa fue una de las sentencias que se le escuchó a Mario Vargas Llosa en su discurso ante miembros de la Sociedad Interamericana de Prensa, en Madrid. Una y otra vez volvió sobre el tópico, vinculándolo a los medios porque de eso se trataba su intervención. "Ahora el éxito lo marca Oprah Winfrey. En la civilización del espectáculo, el cómico es el rey", aseguró, recordando que las revistas del corazón han acabado con la privacidad de cualquier persona.

No es difícil coincidir con Vargas Llosa aunque su discurso tiene dobleces, sobre todo en volver a atribuirle a los medios la causalidad de un fenómeno del cual participan pero al que no determinan: la exposición pública como el camino (al menos el más corto) a la fama. No hacía falta más que mirar hacia el otro lado de la orilla para ver lo que pasa. Al mismo tiempo que el novelista peruano hacía su intervención madrileña, Jessica Geneux, pareja del jugador Martín Palermo, se despachó en la revista Hombre, asegurando que no tiene horario para hacer el amor. No lo inventó la revista.

La misma publicación deja leer una entrevista con Melina Pitra, en la que la modelo afirma que su sueño es hacer el amor en la playa y que su actual pareja no será el padre de sus hijos. No lo inventó la revista.

Los ejemplos se repiten a diario y hay verdaderas sagas al respecto. Una de las más notorias es la de Britney Spears que no siempre está en primera línea por lo que hace sino por lo que hacen con ella quienes la rodean. Cuando Vargas Llosa hablaba en Madrid, en Los Angeles se comunicaba que el padre de Britney, en calidad de tutor designado judicialmente, le había prohibido tener sexo para que se concentre en su carrera. Tampoco eso fue inventado por los medios.

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