GUILLERMO ZAPIOLA
Aunque sus propios responsables afirmen que "no es una película sobre fútbol, ni sobre Peñarol", nadie va a creerles. ¿Qué se puede pensar, en primera instancia, de un documental que se llama "Manyas" y que se preestrena en el Palacio Peñarol?
Se trata obviamente de una producción nacional, y sus responsables se llaman Andrés Rubino y Andrés Benvenuto, productores a través de su empresa Kafka, la productora de contenidos web Sacromonte y la Barra Amsterdam. La "avant premiére" tendrá lugar en el Palacio Peñarol el próximo miércoles 5, y la película llegará a las carteleras comerciales el viernes 7.
Fuentes cercanas al film han podido precisar que el verdadera tema del film lo constituyen "ciertas formas extremas" de la pasión deportiva, expresada en el caso por los correspondientes hinchas de Peñarol. Pero es inevitable vincular el film a los festejos de los 120 años del club (dato objetivo: esos festejos se están celebrando; esta nota se niega a participar en una polémica sobre el decanato del fútbol uruguayo), y al hecho de que éste ha sido un año muy particular para el equipo, que incluyó la final de la Copa Libertadores y la confección y exhibición de la bandera más grande del mundo en el Estadio Centenario, en el partido ante Independiente de Avellaneda.
Pero lo que le ha importado fundamentalmente a los autores del film es la hinchada, sus reacciones y la manera en que han procesado toda esa serie de acontecimientos. Sus imágenes repasan momentos emblemáticos de la Copa, la historia de la bandera, los recibimientos con fuegos artificiales y la peripecia individual de varios hinchas. En lo que puede entenderse como acercamiento "antropológico" al material, el film incluye también aspectos como los tatuajes, los cantos o las peñas en el exterior que expresan algo o mucho de la identidad "manya".
La estructura del documental se apoya sobre un doble movimiento. Por un lado está ese registro de la interna, vibrante, apasionada, a veces incluso irracional. Para ese costado del asunto, la película cuenta con la presencia y el aporte de decenas de hinchas que, se ha señalado, contribuyen a darle alma, calor y color al documento.
Pero, desde otro lado, Manyas, la película acude también al testimonio a cargo de varios especialistas que examinan el fenómeno desde afuera, con la ambición de una dimensión analítica y reflexiva. Ese bloque abarca intervenciones del licenciado Rafael Bayce, el periodista de Fox Sports Fernando Niembro, el historiador Gerardo Caetano, el psicólogo deportivo de la selección juvenil Gabriel Gutiérrez, el presidente de la Asociación de Coleccionistas del Uruguay Marcos Silvera, el periodista César Bianchi, el expresidente y manya famoso Julio María Sanguinetti, el periodista, historiador y ensayista Carlos Maggi, y algunos más.
El film que fue declarado de interés cultural por el Ministerio de Educación y Cultura y de interés ministerial por el Ministerio de Turismo y Deporte, está generando ya una campaña de expectativa que ha poblado Internet, incluyendo algunos intercambios de insultos en páginas web a cargo de "manyas" y "bolsos".
En uno de esos ejemplos de apasionamiento, un bloguista ha recordado que Peñarol ganó el primer Uruguayo amateur, el primer Uruguayo profesional, el primer "clásico" Amateur y el primero profesional, la primera Copa Libertadores y la primera Intercontinental. "No nos quedaba más nada que ganar", explica el acalorado "manya", y sostiene que por eso nació la película: "Así podremos ganar un Oscar, el primero". Si se refiere a un posible primer Oscar ganado por un uruguayo, empero, habría que preguntar si Jorge Drexler es de Peñarol.
Función especial
"Manyas, la película" se estrena comercialmente el próximo viernes 7, pero quienes no quieran esperar tanto tienen una oportunidad (en realidad, dos) de ver el film en "avant premiére", a realizarse en el Palacio Peñarol el miércoles 5, a las 20 y las 22 horas.
El precio de las entradas se ha fijado, para socios de Peñarol, entre ciento veinte (populares) y doscientos pesos (platea central baja), y para no socios entre ciento cincuenta y doscientos cincuenta pesos.