ENTREVISTA

El próximo jueves, El País lanzará la Colección Gaturro. Se trata de una serie con las historietas de la mascota más entrañable y ocurrente de todas, un pequeño gato anaranjado creado por el artista Nik, el nombre con el que firma el argentino Cristian Dzwonik.

Y antes del lanzamiento de la colección, el reconocido caricaturista respondió vía mail las preguntas de El País.

—Desde hace casi tres décadas Gaturro ha estado presente en tu vida. ¿Qué significa ese personaje para tu carrera?

—Gaturro es como un hijo más. Mis hijas Mía y Ema me dicen que es su hermanito. Gaturro ha sido un antes y un después en mi vida porque me permitió explorar un mundo que no conocía tanto, que era el de la literatura infantil. Yo vengo más del palo del humor gráfico, de actualidad y del humor político. Pero siempre desde chico tuve presente que quería hacer lo que se llama una “tira blanca”, que es una historieta con un humor que no pasa de moda; que toca temas como el amor, el desamor, la alegría, la tristeza, la maldad, la inocencia, que son temas que no tienen tiempo ni edad. A los chicos les encantó y a mí me llena de satisfacción ver sus fotos al lado de miles de libros.

—¿Cómo surgió Gaturro?

—Siempre tuve en mente que quería desarrollar una tira con esas características y que esté representada por una familia, donde el protagonista sea un ser no humano. Me inspiré un poco en mi familia y en las mascotas que tenía en casa cuando era chico. Después se dio que el gato empezara de una manera insólita: yo dibujé una caricatura por los años 90 del presidente Carlos Menem, y le puse una peluca en la cabeza, porque se rumoreaba que se había hecho un implante capilar. La peluca, a la que popularmente se le llama “gato”, fue tomando cada vez más protagonismo hasta que saltó de la cabeza del presidente y empezó a tener su propio espacio haciendo comentarios mordaces asociados a la actualidad. Y bueno, luego vino todo lo que vino

—Desde su publicación, la serie se volvió un éxito en el mundo. ¿Cómo explicás el fenómeno?

—Yo creo que los chicos estaban necesitando de una lectura más relajada, donde leer sea algo más ligado al placer, a lo lúdico. Gaturro tiene además una presencia de imagen muy importante donde el texto y la palabra se van asociando cuadro a cuadro con la imagen; es como estar viendo todo el tiempo el significado y el significante ahí en un papel, y para los chicos que están comenzando a leer y desarrollando la comprensión lectora, es fundamental

—¿Sentís que el público te “encasilló” con esa creación?

—Si fue así, estoy feliz porque es un personaje que amo. Pero no, creo que Gaturro es un fenómeno más de los chicos que ven al personaje pero no ven tanto al autor, o no les interesa, y después los adultos hacen el proceso al revés. No les interesa tanto lo que dice o hace el gatito, pero se identifican mucho con el Nik de las redes sociales, el del humor político.

—Gaturro es un ser ingenioso e imaginativo. ¿Qué características tuyas tomaste para crearlo?

—Bueno, un poco las que mencionás, y también esa mezcla de timidez y ganas de ser aceptado todo el tiempo por sus amigos, por Ágatha, por su familia. Él todo el tiempo está gritando con su presencia: “Acá estoy, mírenme”. Yo, como ser tímido que me costaba socializar, de niño hacia un poco eso: me costaba relacionarme con las palabras, entonces dibujaba y dibujaba, que era mi manera de decirle al mundo que me rodeaba: “Mírenme, acá estoy”.

—El personaje ha expandido su universo a lo largo de los años. ¿Hay un límite para lo que podés hacer con el?

—Con Gaturro se han hecho películas, series, libros de cómics, novelas, cuentos, ¡y hasta un mundo virtual! Ahora estamos pensando una película de live action y una serie de televisión. El día que le pones un límite a la creatividad tenés que tirar el lápiz.

—¿Cuál es la clave para la vigencia?

—Creo que es por la importancia de la tira blanca versus la tira de actualidad, un humor que atraviesa a varias generaciones. Ya tengo padres que me dicen: “Yo leía a Gaturro y ahora lo lee mi hijo”. Además, a este fenómeno de los chicos, que muchos padres me dicen: “No lee nada, solo Gaturro” o “No quería leer y con Gaturro empezó a conectarse con los libros”, en una era donde todo es digital, los padres lo valoran muchísimo y se lo siguen acercando.

—Gaturro comenzó en viñetas y luego ha pasado por todos los formatos posibles, siempre con el humor como guía. ¿Qué significa el humor para vos?

—El humor para mi es todo. Hice mi primer chiste a los ocho años, porque dibujaba desde los tres, pero me di cuenta de que si el dibujo llevaba un chiste, la reacción del espectador era mayor. Además el humor es como la literatura: te permite hablar con la libertad de la ficción, y es muy satisfactorio saber que además de dejar un mensaje le estás alegrando el día al que está del otro lado.