Paris Hilton era figura fija de los tabloides y la televisión a principios de la década de 2000, cuando era conocida tanto por su vida nocturna hiperactiva como por sus cinco temporadas en el exitoso reality The Simple Life.

Desde entonces, Hilton, de 42 años, aprovechó su fama en una carrera multifacética como modelo, música, DJ, actriz, empresaria y una proveedora inusualmente entusiasta de NFT. Y en enero dio la bienvenida a un bebé llamado Phoenix, a quien cria con su esposo, el capitalista de riesgo Carter Reum.

Y la fiestera convertida en magnate tiene nuevo libro, Paris: The Memoir (US$ 15, la versión para kindle), que se sumerge en el glamour de su personaje público, así como en el abuso que experimentó por casi dos años en las instalaciones para “adolescentes con problemas” en las que vivió.

—¿Cómo te preparaste para una gira de medios en la que te preguntarán sobre cosas traumáticas?
—La mayor parte de mi carrera estuve interpretando un personaje, y la gente no tenía idea de lo que realmente había pasado. Y ahora que escribí este libro, la gente se está dando cuenta de que he vivido algunas experiencias muy traumáticas, y fue difícil ponerlas en papel. Pero también ha sido un momento increíble para descubrirme a mí misma de una manera nueva.

—Te has vuelto una gran defensora de la investigación y regulación de la industria de los “adolescentes con problemas”.
—He estado yendo a Washington a reunirme con senadores y legisladores a explicarles lo que sucede a puerta cerrada. Estoy orgullosa de usar mi voz y mi plataforma para destacar un tema tan importante. Sé que estoy muy orgullosa de la mujer en la que me he convertido. Y solo sé que la niña que hay en mí estaría muy orgullosa de lo que soy hoy.

—Hablando de eso, has sido muy abierta sobre cómo empleas tu voz en un sentido literal; o sea, hablas con voz de bebé cuando quieres algo.
—Realmente veo el personaje que inventé como una respuesta traumática a lo que pasé, donde solo quería inventar este tipo de personaje de muñeca Barbie, de vida perfecta, para no tener que pensar en el trauma que atravesé. Y luego, con The Simple Life, tuve que seguir interpretando a ese personaje temporada tras temporada. Y luego ir a las entrevistas y volverlo a hacer. Y siento que era casi, o lo es y fue, una máscara en la que sentí que podía ser otra persona. Y, sabes, siento que mucha gente me ha malentendido por mucho tiempo y me ha subestimado. Y ahora estoy orgullosa de mostrar quién soy realmente.

—Dices en tu libro que tienes cinco teléfonos, y uno es para bromas. ¿Puedes decirme por qué necesitas un teléfono solo para hacer llamadas de chiste?
—Porque es algo que nos encanta hacer. Mi madre, mi hermana y yo hemos estado haciendo bromas telefónicas a la gente por años. Cuando las personas ven que es un número bloqueado, muchos no quieren responder. Así que es mejor tener otro teléfono para bromas. Mi mamá es la que es realmente buena en eso.

—¿Cuál es la diferencia entre ser famosa ahora y cuando empezaste a ser famosa?
—Ahora lo he convertido en un gran negocio y una marca. Fue muy divertido, pero también fue muy difícil porque los medios de comunicación fueron muy crueles con nosotras en ese entonces.

—¿Hay cosas de esa época que extrañas?
—No había nada como la década de los 2000, antes de las redes sociales. La gente solía ser tan libre y simplemente divertirse, hablar y bailar. Y ahora siento que todos tienen su teléfono con ellos. Así que es una experiencia completamente diferente.

—Una cita de tu libro que realmente me llamó la atención es: “Estaba luchando por entender mi sexualidad; no hay forma de que pudiera habérselo explicado a nadie más. No tenía lenguaje para ello. Nunca había escuchado la palabra ‘asexual’”. ¿Por qué incluiste ese pasaje?
—Creo que solo porque había pasado por experiencias tan traumáticas me asustó la idea de dejar entrar a alguien así. Y sí, creo que justo por lo que pasé, me resultó muy difícil sentirme cómoda con eso. Entonces yo solo, no sé, solo pensaba en mí de esa manera porque (el sexo) no era algo que disfrutara.

—¿Sientes que esa identidad todavía se aplica a ti?
—Tuve paredes tan grandes alrededor de mi corazón durante tanto tiempo. Y no fue hasta Carter que esos muros se derrumbaron. Siento que tal vez Dios me hizo pasar por esto para que algún día pudiera usarlo y ayudar a otros. Y lo estoy haciendo hoy, y siento que ahora tengo una verdadera misión en la vida: convertir mi dolor en un propósito.

Shane O’Neill, The New York Times.