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Roy Berocay, entre la vigencia del Sapo Ruperto y el cuidado del planeta a través de una colección de cuentos

El creador de El sapo Ruperto y autor de las novelas "Pateando Lunas" y "Pequeña ala" habla de la colección de cuentos "Cuidemos el planeta" que se lanzó con El Pais.

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Roy Berocay estrena su clásico espectáculo de vacaciones. Foto: archivo El País
Roy Berocay.
Foto: Archivo El País

Cuenta Roy Berocay que la colección de relatos Cuidemos el planeta que lanzó El Pais el pasado domingo, hacía tiempo que rondaba por su cabeza. El motivo: es una temática que le ha interesado desde siempre.

Esta colección de ocho títulos inéditos y con ilustraciones de Daniel Soulier, cuenta con el apoyo de Pacto Global de la ONU y se enmarca entre las acciones de sostenibilidad impulsadas por El Pais como empresa adherida al mismo.

El primer cuento, “Eulalio el desenchufador” tiene como eje el cuidado de la energía eléctrica, y el que llega este domingo, “Peripecio el hacedor de lluvias”, aborda el cuidado del agua. Así, la colección se centra en diversos problemas medioambientales como el cambio climático, la preservación de los recursos naturales y la contaminación. Cada ejemplar cuesta 220 pesos.

Todas estas cuestiones son abordadas desde la mirada de los peculiares habitantes de un pueblo secreto que son quienes protagonizan las historias.

Cuidemos el planeta es la nueva colaboración de El Pais y Berocay. En 2011 creó la colección Relatos del Bicentenario y en 2021, un coleccionable compuesto por cómics de El Sapo Ruperto.

Sapo Ruperto vandalizado: quedó sin sombrero. Foto: Nelson Capote.
Estatua de El Sapo Ruperto en Atlántida. Foto: Archivo

Para Berocay -quien además ha escrito novelas como Pateando lunas y Pequeña ala- Cuidemos el planeta comenzó a plasmarse el año pasado. La sequía o la falta de agua todavía no eran temas centrales. “Algunos se anticiparon un poco”, comenta Berocay.

“Llevó tiempo encontrar los temas, escribir los cuentos, trabajar con Daniel, el ilustrador”, dice. “Al final terminaron saliendo este año”.

Berocay también ayudó a la realización de Pateando lunas: el musical que tuvo funciones en vacaciones de invierno, los conciertos de la banda Ruperto Rocanrol que integra junto a sus hijo.

Imagen del espectáculo "Ruperto Rocanrol"
La banda Ruperto Rocanrol. Foto: Archivo
Foto: Archivo

Con Cuentos de la selva que realizó en 2017 junto a la Orquesta Juvenil del Sodre recibió un premio Florencio a mejor ambientación sonora, y Gato con botas, que estrenó en 2018 le dio un Florencio.

A pesar de que no se considera un “gran fan de lo didáctico por lo didáctico”, Berocay dice que creó estas historias para que aborden distintos temas sin que sea conviertan en un manual.

“Son relatos, tienen su humor, suceden cosas, pero cada argumento gira en torno a un tema que puede generar un montón de cosas más”, dice.

“Me parecía bueno que se puedan leer por diversión pero que también sirvan para pensar después. Para usar una palabra que le gusta a las maestras: es un ‘disparador’”, agrega.

Roy Berocay
Roy Berocay. Foto: Archivo
Ariel Colmegna/Archivo El Pais

Ya sea a través de las aventuras del sapo más famoso del arroyo Solís chico, o los casos de Ernesto el exterminador, temáticas como la preservación de los recursos naturales y la contaminación han estado presentes en sus historias.

Sobre eso, Berocay charló con El País.

—¿Cuándo comenzó su interés por los temas del cuidado del medioambiente?
—Soy un tipo grande y los mi generación, de alguna manera, fuimos los primeros en empezar a darnos cuenta de esos temas. No al nivel de ahora, pero es una tema que va creciendo a medida que va pasando el tiempo y te vas dando cuenta que empiezan a suceder. Ahora ocurren un montón de cosas negativas con el ambiente, pero también se difunden mucho más y hay más gente preocupada. Además, hoy estos temas se manejan en las escuelas y liceos, y los niños se preocupan mucho.

—En su obra están presentes estas preocupaciones por el medioambiente, la salud, el clima, incluso en los cuentos del Sapo Ruperto.
—Claro, ahí siempre hay un factor de la ecología, y el cuidado del ambiente siempre juega un factor, porque son bichos que viven en un entorno y hay una mirada al tema de la basura que se tira, del comportamiento de los humanos. Siempre hay una crítica de los bichos hacia nuestro accionar. Eso también está presente en esta colección, donde los bichos también tienen esa mirada hacia las cosas que hacen los humanos.

Roy Berocay regresa con su personaje más popular y querido por los chicos
Roy Berocay. Foto: Archivo

—Hablando del sapo Ruperto, el personaje tiene más de 30 años, ¿a qué se debe esa vigencia?
—Si supiera exactamente, lo patentaría (se ríe). Creo que tiene que ver con el humor, cierta dosis de complicidad con los niños y esa mirada burlona sobre el mundo adulto. Con los años, además se ha dado un componente afectivo con el personaje que me es difícil terminar de entender cómo se genera, pero se da mucho eso. Creo que esas tres cualidades son los tres elementos básicos.

—En 2007 comentó que sus obras podían llevarse al cine. ¿En qué quedó el proyecto?
—Desafortunadamente quedó en la nada. Hubo un proceso que llegó a estar bastante avanzado para hacer una película de un libro mío, Pequeña ala, pero lamentablemente el productor que estaba entusiasmado falleció, y quedó todo inconcluso. Y no han habido otras propuestas. Sí en teatro, pero eso ya se ha podido ver, como en Pateando Lunas, o El abuelo más loco del mundo, que estuvieron en cartel estas vacaciones.

—En esas adaptaciones para el teatro, ¿cuánto se involucra?
—A veces me involucro, otras son adaptaciones que me mandan y yo las tengo que aprobar. En el caso de Pateando lunas: el musical, participé en la redacción de guion e hice toda la música y la canciones. A veces simplemente lo reviso y hago algún comentario. Depende del proyecto.

—¿Cuál fue la influencia para la personalidad de Ruperto?
—La personalidad de Ruperto, la influencia vino del lado que cuando era niño era fanático de la serie El Superagente 86, cuyo protagonista era un tipo muy gracioso. Mucho tiempo después me di cuenta que la personalidad del Sapo se parece un poco a la de Maxwell Smart, que se cree que es el mejor pero en realidad es retorpe. Al final le terminan saliendo las cosas bien.

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