Redacción El País
Para la sociedad, la profesión de policía tiene la particularidad de ser de las más notorias, pero al mismo tiempo enigmática. Cuando al debutante autor Ramón Silva se le pregunta por qué escribió el libro Noches azules (Testigo Editorial, 2024), su primera respuesta se refiere a este desconocimiento. “Para que la gente sepa lo que hace un policía y cómo lo hace. La mayoría no lo sabe”, asegura en diálogo con El País.
Alias “El Cuervo” (difícilmente haya un policía sin apodo), Silva tiene 64 años y está hoy retirado, pero por dos décadas llevó un registro minucioso de cada uno de los procedimientos en los que participó: tiroteos, persecuciones a toda velocidad y también partos en medio de la calle y de la noche.
Silva no tiene los galones de la oficialidad, pero sí la experiencia de la tropa, de la patrulla y de las sensaciones límite, como el miedo extremo, con un arma en la mano, en la oscuridad, enfrentándose a delincuentes. El objetivo suyo y de sus compañeros era “ganar en la calle”. Fue herido en el hombro y en otra oportunidad, en medio de un feroz tiroteo con rapiñeros, recibió un balazo en la cintura que le provocó secuelas hasta la actualidad.
“Tengo muy presente cómo se movía la corredera de la pistola del que me disparaba. Normalmente esto no se puede ver por la rapidez del movimiento, pero en este caso recuerdo con claridad cada impacto y la explosión de los cartuchos. Todo lo viví extendido en el tiempo. El intercambio de disparos habrá durado no más de dos minutos pero para mi percepción del tiempo en ese momento, lo sentí como media hora. Mucho después, un médico me comentó que el miedo puede mostrarte o hacerte sentir algo que te parece imposible”, escribe El Cuervo en uno de los relatos de Noches azules.
Con 18 relatos de un hiperrealismo estricto, Silva narra en primera persona los episodios que protagonizó, convirtiendo a Noches azules en el primer libro de crónica roja uruguaya escrito por un protagonista directo. "El Cuervo" participó del megaoperativo por el incendio del Palacio de la Luz (1993), dio muerte en persecución y tiroteo al delincuente conocido como El Oreja (1995), capturó a los homicidas de la Farmacia Barcelona (2007) y a los rapiñeros que asolaban estaciones de servicio a finales de los ‘90.
Silva cuenta cada uno de los procedimientos con lenguaje simple, sin poses ni sensacionalismo. También cometió errores y los confiesa. No fue hasta que tuvo una formación con un entrenador israels que aprendió a dominar su arma: un revólver calibre 38 primero y luego, una pistola 9mm. Hasta hoy, el hobby de Silva es coleccionar balas y casquillos.
Entre la razón, la intuición y el dominio del miedo
De acuerdo a Silva, el de policía es un oficio con una materia prima muy especial y compleja. Así como el carpintero trabaja la madera y el herrero, el hierro, “el policía trabaja con la gente, y entre la gente busca esclarecer hechos delictivos. El razonamiento y la deducción son fundamentales, pero no siempre alcanza. Hay algo más”, asegura El Cuervo y da cuenta del olfato o intuición que a lo largo de su carrera siempre estuvo de su lado.
La tercera gran herramienta para un policía es el dominio del miedo. “En los enfrentamientos, a menudo con armas, nuestra herramienta principal, que es el razonamiento, se ve entorpecida. Lo racional del ser humano ante el peligro es la retirada: buscar el camino más corto para salir de esa situación. Eso no lo puede hacer un policía; nos preparamos para enfrentar el peligro de una manera resolutiva. Y quien pasó más de una vez por el mismo lugar aprende a conocerlo y se siente seguro en él. El peligro tiene un sabor especial y se transforma muchas veces en adicción a la adrenalina. No tomamos conciencia de la magnitud del riesgo al que nos sometemos por voluntad propia", asegura en un tramo del libro.
"No debemos dejar que el miedo nos domine, nos haga temblar las manos o nos nuble la capacidad de razonar. Aquí entra en juego también la audacia, que es mala consejera si se bebe a grandes sorbos. En el equilibrio entre razonamiento y arrojo tenemos más posibilidad de éxito. Si a eso se le suma la corazonada o la intuición, que nos da un plan, atraparemos a quien buscamos. Así de fácil y así de difícil”, describe El Cuervo su oficio.
Luego de su retiro en 2011, Ramón Silva se radicó en Belén, el pueblo salteño del que es oriundo. Reorganizó sus escritos (todos a lapicera en una cuadernola) y Testigo Editorial digitalizó los 18 textos que conforman Noches azules.
Sobre la actualidad, Silva lamenta el uso de la seguridad (o inseguridad) como botín político y añade que tuvo una segunda motivación para escribir el libro: dar un mensaje a los “policías nuevos”. “En cada relato, por acción o por omisión, hay ejemplos de lo que se debe hacer y lo que no en la calle”, comenta.
Presentación y preventa de “Noches azules”
La presentación del libro Noches azules será el próximo martes 17 de setiembre a las 14.00 en la Antesala del Senado del Palacio Legislativo, con presencia del autor y del periodista Jean Georges Almendras, histórico cronista policial de Canal 4.
Noches azules está disponible para preventa directa en las redes sociales de Testigo Editorial (Instagram o Facebook), al correo electrónico testigoeditorial@gmail.com o al WhatsApp 097 467 839.