Llega a pantallas "La reina", con la multipremiada Helen Mirren

Galardones. El filme le valió a la actriz un Oscar y otros veintiséis premios

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Guillermo Zapiola

Helen Mirren ha obtenido por lo menos veintisiete premios por su labor protagónica de "La reina", película dirigida por Stephen Frears que se estrena mañana en Montevideo, y en la que encarna a la actual monarca británica Isabel II.

La lista de distinciones incluye la Copa Volpi en Venecia, el Globo de Oro y y el Oscar en los Estados Unidos, un británico Bafta y otros galardones en festivales y diversas asociaciones de críticos.

El filme ubica al personaje en medio de las tensiones generadas por la discutida muerte de la princesa Diana de Gales, tironeada entre las posturas de dos personajes extremos: el príncipe Felipe (James Cromwell), que enarbola un sentido monárquico decimonónico, y el primer ministro británico Tony Blair (Michael Sheen), que recién llegado al poder quiere modernizar Gran Bretaña, incluida la monarquía, e intenta convencer a la soberana para que encabece el luto nacional provocado por la muerte de Lady Di.

La reina se aferra al hecho de que Lady Di no estaba ya casada con el príncipe Carlos, y trata de que la monarquía tome distancias respecto al acontecimiento mediático que supuso la muerte de la princesa.

La aspiración de Isabel II no era fácil de concretar. La popularidad de Diana, a quien un asesor de imagen de Blair bautizaría como "la princesa del pueblo", colocó en un lugar incómodo a la monarca y a su entorno. Los medios de comunicación tacharon en su momento de "insensible" a la reina por su reacción (o falta de reacción) ante los hechos.

Crónicas internacionales han señalado que el director Frears (Relaciones peligrosas, La señora Henderson presenta) aplica un clásico humor británico a una crónica que tiene sus puntas serias. En palabras de un periodista, Frears "logra dirigir una película en la que muestra a una familia real que no pierde la flema ni tan siquiera cuando está en bata".

DISTANCIAS. Se ha señalado que la película no se ocupa, salvo un toque de humor negro, de las teorías sobre la supuesta participación de los servicios secretos británicos en la muerte de la princesa y su amante Dodi Al Fayed, hijo del dueño egipcio de los almacenes Harrods, de Londres. El filme prefiere mostrar cómo poco a poco los cortesanos consiguen que Isabel II termine reconociendo la hostilidad de los ciudadanos hacia su persona por el distanciamiento mostrado hacia la difunta princesa, y disponga que se coloque a media asta la bandera del país en el palacio de Buckingham.

Según las mismas fuentes, el príncipe Carlos, interpretado por Alex Jennings, es descrito como un personaje nervioso y débil, que teme ser objeto de un magnicidio en el clima de hostilidad en torno a la familia real tras la muerte de su ex esposa, pero también como una persona sensible, que entiende el desafío que atraviesa la corona y la necesidad de "modernizarse", de romper los rígidos protocolos para adaptarse a los cambios de la sociedad.

Alguna crítica británica ha señalado que "la pintura de los personajes no es complaciente", y en Inglaterra ha habido algunos enojados. Tanto el director Frears como la protagonista Mirren han negado que el filme tenga una postura política a favor o en contra de la monarquía. En declaraciones de prensa, Mirren ha dicho que "la película intenta extraer el concepto de monarquía", y ocuparse sobre todo de los personajes como seres humanos, agregando incluso estar convencida de que no cree que la película vaya a provocar un debate político acerca de la continuidad de la institución monárquica en Gran Bretaña.

Mirren ha reconocido también que el de La reina "ha sido el papel que más me ha intimidado de mi carrera, sobre todo porque aún está viva y por muy bien que lo haga nunca voy a alcanzar al personaje real".

Sobre lo que implicó la muerte de Lady Di, que según el filme pudo suponer en algún momento cierta amenaza para la Corona, la actriz ha dicho igualmente que "algunas veces, estas tormentas ocurren y luego pasan; no son tan graves como parecen al principio. La familia real siempre fue muy liberal y no suele comentar lo que se dice sobre ella, a no ser que sea directamente ofensiva, y creo que esta película no lo es".

DIRECTOR. La visión del realizador Frears es algo más sombría. El cineasta afirma haber tenido muy claro desde el principio que "aquella muchacha (la princesa) estaba siendo sacrificada del modo más primitivo. No podíamos saber entonces lo que iba a ocurrir, pero no me sorprendió el final que tuvo el cuento de hadas". Frears califica de "día muy negro" al de la boda entre Diana y Carlos.

Con el paso del tiempo, la visión que el director tiene de su película ha cambiado empero un poco. Hoy sostiene que si se encontrara con la reina se disculparía: "Es un film entrometido, que muestra su vida privada", declara. Y añade: "Le tengo algo de respeto. Ella ha estado en mi vida más que cualquier otra persona. Tanto como mi madre".

El filme ha sido escrito por Peter Morgan, quien ya había escrito Frears The Deal, sobre el ascenso de Tony Blair, y escribió también El último rey de Escocia, otra película sobre el poder. El guionista reconoce que si bien se ha tomado algunas "licencias creativas" (por supuesto, no había testigos presentes cuando ocurrieron muchas de las situaciones mostradas) ha intentado ceñirse lo más posible a los hechos reales. Ha dicho incluso estar preparado para cualquier acción legal: "Tenemos las espaldas cubiertas. Podemos probar todo lo que contamos".

Morgan ha dicho igualmente que "cada sector de la familia real tiene una visión diferente de la muerte de Lady Di. No existe una línea unitaria". Sin embargo, agrega, "su capacidad de tramar en los pasillos es mayor que la de cualquier político. Por otra parte, toda o casi toda la información manejada en el film proviene de testimonios de gente muy cercana a los hechos". De hecho, ha habido rezongos privados, pero no demandas públicas.

Maestría: La película ha sido elogiada sobre todo por la excelencia de sus interpretaciones

Le dijo "NO" a su soberana y la ofendió

Helen Mirren ofendió a su representada Isabel Il al no aceptar una cena con ella en el palacio de Buckingham. Mirren esgrimió "problemas de agenda" (estaría demasiado ocupada con la preparación de su siguiente película), pero su negativa fue tomada como un desplante. La soberana y sus colaboradores decidieron que la actriz no solamente no recibirá una fecha alternativa, sino que nunca volverá a ser invitada a Buckingham.

"Nunca hasta ahora Su Majestad había invitado a una cena personal a alguien que la ha interpretado en el cine, y no esperábamos que la invitación fuera rechazada por problemas de agenda", declaró un alto funcionario de palacio citado anónimamente por el periódico Mail on Sunday, que dio cuenta de la negativa de Mirren y los reales enojos resultantes.

"La reina tiene una agenda extraordinariamente cargada. Su diario se establece con un año de anticipación y el hecho de que consiguiera hacer un hueco para cenar con la actriz muestra el interés que tenía por conocer a la señora Mirren. Está por ver que consiga fijar una nueva fecha", agregó la misma fuente.

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