"1984": la historia del disco de Van Halen que presenta "Jump" y "Panama" y se reedita en vinilo con El País

Este martes se publicó la nueva entrega de la colección de vinilos "Clásicos del rock", de El País. En esta ocasión le llegó el turno al sexto disco de Van Halen, que marcaba una actualización de su sonido.

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Van Halen
Van Halen en Uruguay.
Foto: Archivo El País.

La pieza instrumental que abría 1984 era una advertencia: lo que se estaba a punto de escuchar no tenía nada que ver con el típico Van Halen. La sorpresa debe haber sido enorme para aquellos 15 mil uruguayos que, apenas unos meses antes, habían sido testigos de la fiesta rockera de los estadounidenses en el Cilindro Municipal. Es solo un minuto pero es suficiente para despertar la intriga, aportarle épica a la apertura y presentar una nueva declaración de principios estéticos.

El nombre, además, lo deja claro. “1984” —la pieza que da el nombre al disco editado, justamente, ese año— refleja el interés que tenía la banda por darle forma al sonido del presente. ¿Y cuál era la manera más eficaz de reflejarlo en la época en que “Footloose”, “Like a Virgin” y “Wake Me Up Before You Go-Go” sonaban sin descanso? El sintetizador, por supuesto. Es por eso que “1984” está protagonizado por el Oberheim OB-Xa y genera el crescendo perfecto para darle paso a “Jump”, el hit por excelencia de Van Halen.

Ese tema, que ostenta 885 millones de reproducciones en Spotify, parte de uno de los riffs de sintetizador más reconocibles de su época y trastoca la fórmula que la banda había patentado en 1978 con su histórico debut (Van Halen). Por primera vez, la guitarra de Eddie Van Halen no era la protagonista.

Sin embargo, hay que aclarar que la búsqueda no era 100% inédita en el camino de Van Halen. Ya habían jugado con el sintetizador en algunas partes de Fair Warning (1981) y lo usaron para su versión de “Dancing In the Street” de Diver Down (1982), pero nunca lo habían hecho de esa manera. Con “Jump” estaban listos para iniciar una nueva era y conquistar a un nuevo público.

Desde el martes, 1984 llegó a los kioskos uruguayos de la mano de la colección de vinilos Clásicos del rock, de El País. Cuesta 900 pesos y está acompañado de un librillo con la historia del álbum y numerosas fotos de la época.

Al igual que cuando salió, la tapa del álbum mantiene su impacto. Encontrarse por 18 de Julio con la imagen de un bebé con alas de ángel que fuma cigarrillos, no es algo que se vea todos los días. En su momento, la tapa —diseñada por Margo Z Nahas— fue motivo de discordia: llegó a ser censurada en varios países por presiones de grupos cristianos. Según relata el periodista Diego Mancusi en el libro que acompaña al vinilo, en Gran Bretaña se le pegó un sticker sobre el cigarro y sobre los dos paquetes que esperan a ser fumados por el niño.

Ya que se mencionan las polémicas, 1984 también generó revuelo a causa de la letra de “Hot For Teacher”, que relata la atracción sexual del protagonista con su maestra. El tema, cuyo videoclip fue furor en MTV y que inicia con un solo de 30 segundos del baterista Alex Van Halen, alertó al grupo censor Parents Music Resource Center, que protestó contra su emisión en las radios. Y si bien la organización encabezada por Tipper Gore, esposa del futuro vicepresidente estadounidense Al Gore, hizo presión, no logró detener el éxito: actualmente tiene 184 millones de escuchas solo en Spotify.

Ese mismo año, Tipper no solo fue contra Van Halen. Tal como se mencionó en la nota sobre Purple Rain, la entrega anterior de la colección Clásicos del Rock, hizo lo mismo con “Darling Nikki”, de Prince. Su comité parental buscaba advertir sobre contenidos considerados no aptos para menores, y gracias a Van Halen y Prince, años después las etiquetas blancas y negras con la leyenda “Parental Advisory - Explicit Content” empezaron a aparecer en las tapas de los discos.

Volviendo al contenido de 1984, “Panama”, la tercera canción del disco, trae un poco de tranquilidad para todos los que se alarmaron al escuchar la odisea sintetizada de “Jump”. Con una estructura que recuerda a lo mejor de AC/DC, el canto desafiante de David Lee Roth y un estribillo a coro de estampa inolvidable, es una de las grandes canciones de Van Halen.

La canción nace como respuesta a un periodista que criticó a Roth por, supuestamente, escribir canciones sobre sexo, fiestas y autos. Sin embargo, nunca había hecho una letra sobre autos. ¿Cómo reaccionó? Con un tema inspirado en una carrera de Las Vegas en la que uno de los pilotos manejaba un coche llamado Panama Express.

El otro hit del álbum es “I’ll Wait”, co-escrito con Michael McDonald, líder de los Doobie Brothers. Según relató el artista años más tarde, la canción surgió luego de que el productor Ted Templeman lo llamara para pedirle ayuda con la canción. Se pasó por el estudio de Eddie Van Halen —llamado 5150, el código de la Policía de Los Ángeles para informar un “paciente psiquiátrico fugado”—, y les dejó algunas frases y partes de la melodía. El resto de la letra quedó a cargo de Roth, que se inspiró en una modelo que aparecía usando ropa interior masculina en un aviso de Calvin Klein. Según le contó el cantante a Billboard, escribió la letra imaginando que le hablaba a la mujer. Es, al igual que “Jump”, una canción construida sobre el Oberheim OB-Xa.

Cuando 1984 se publicó fue un éxito instantáneo. Vendió diez millones de copias solo en Estados Unidos y dio inicio a una gira de 101 de conciertos en un año. Logró, al igual que otros dos grandes discos de ese año, como Purple Rain y Born In the U.S.A. (de Bruce Springsteen), llevar a una nueva forma de hacer rock a todo el mundo. Ahora que el álbum volvió a girar en vinilo de la mano de El País, esta es una buena oportunidad para volver a escuchar el riff magnético de “Jump” y rockear como si todavía fuera 1984.

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