A sus casi 50, Emmanuel Horvilleur siente que su público todavía está en construcción. Y le da todo lo que tiene

En los últimos años estrenó un disco de versiones, un nuevo álbum con un hit que nació mientras su novia estaba en la ducha, y un EP en vivo. Ahora, Emmanuel Horvilleur viene a tocar a Uruguay y explica qué hay detrás de este momento.

Compartir esta noticia
emma.jpg
Emmanuel Horvilleur en vivo.
Foto: Agustín Dusserre

Emmanuel Horvilleur estaba a punto de salir de su casa. Su novia, Evan, todavía estaba en la ducha cuando al músico se le vino una secuencia y sintió que había que registrarla. La primera nota de voz de “Yo soy la disco” tiene el sonido de agua de fondo, un presagio de Aqua di Emma, el disco de estudio que volvió a disparar su brillo de bola de espejos y que tuvo en “Yo soy la disco” a su principal hit.

A pesar de que éxitos así, tan irresistiblemente pop, tan cancheros, se esparcen a lo largo de la obra solista de Horvilleur, ese tipo de canciones no se le dan fácil. Lo suyo, le confiesa una tarde de agosto a El País, es otro tipo de pieza, “canciones lentas y sentidas y poéticas” que parecen brotar naturalmente en la intimidad. “Novia de los planetas”, de su último álbum, es el ejemplo que elige dar.

Sin embargo, “Yo soy la disco” tiene un potencial que la acerca a “Radios”, quizás su tema más popular. A esta altura, Horvilleur ni siquiera se acuerda bien como la hizo —la estrenó hace 17 años—, pero mientras la canta reconoce que es su caballito de batalla más exigente de interpretar. Y hay algo que percibe con una nitidez absoluta: cuando entra “Radios” en el show, el público explota como no explotó en toda la noche.

“Son esas cosas mágicas que pasan con la música”, dice con una sonrisa a medias, “y que no tienen mucha explicación. Pero no hay una fórmula, yo no tengo dos ‘Radios’. Tiene una magia única”.

En parte para honrar todo eso —la creación, la magia, lo que no se puede explicar—, Horvilleur estrenó Había una vez - En vivo, un EP grabado durante tres noches de mayo en Niceto, en Buenos Aires, y que ahora viene a presentar a Uruguay. Estará mañana en Live Era (Uruguay 960), a las 21.00 y con banda completa; quedan entradas a la venta a través de Redtickets.

De alguna forma, Emmanuel Horvilleur se ha encargado de ordenar la casa. Sus proyectos de los últimos años le sirvieron para poner en perspectiva su obra y para poner el foco, de un modo más detallado, en cada uno de sus aspectos. Con Pitada, el álbum de reversiones acústicas y despojadas que lanzó en 2021 entre el trinar de los pájaros, alumbró su faceta de compositor y le dio un nuevo aire a la cosecha de su camino solista, el que emprendió al margen de Illya Kuryaki and the Valderramas, su origen artístico. Con Aqua di Emma, de 2023, mostró que este no es un tiempo de hacer “refrito” sino de revisar la historia para seguir contándola, para seguir escribiéndola con canciones nuevas. Y con Había una vez, su flamante EP, capturó algo de la potencia que alcanza en escena, con su banda, donde todo verdaderamente arde.

emma2.jpg
Emmanuel Horvilleur.
Foto: Agustín Dusserre

El público de Horvilleur y la bandera que lleva con orgullo

“Yo siento que todavía mi público está en construcción. A mis casi 50 años hay gente que recién me conoce y hay gente que dice ‘ah, ¿este es el de Illya Kuryaki también?’. Hay un montón de gente que se sigue acercando a mi música y sigue atando esos cabos, y me parece que está bueno hacerlo, también porque sigo haciendo música nueva, sigo haciendo discos nuevos. Entonces en paralelo a eso me siguió pareciendo importante poner en órbita canciones que ya tienen como 15 años, como ‘Amor loco’, que volvió a tomar una nueva vida cuando la hicimos en Pitada con Zoe Gotusso, y que ahora ya es parte de todos mis shows”, dice a El País.

Hay más detrás de Había una vez. “Creo que tenía un poquito de asignatura pendiente de que la gente, no solo mi público sino la gente que se pueda topar con este material, sepa lo fuerte que es mi show en vivo. Siempre me ocupé de tener una buena banda, tocar con buenos músicos, y desde esa premisa se dan muy buenos shows, nos metemos en una y tratamos de disfrutar nosotros y de transmitir eso a la gente, y me parecía que estaba bueno que hubiera registro”.

En vivo, en ese “buen show” del que Montevideo ya fue testigo el año pasado, cuando presentó Aqua di Emma en una animada Trastienda, es donde el camino de Horvilleur mejor se ve.

Sin renegar de Illya Kuryaki, el proyecto exótico que moldeó en los noventa con Dante Spinetta cuando la música rioplatense no era así de osada, en sus conciertos encadena un repertorio sorprendentemente hitero, que tiene cosas como “Soy tu nena”, “El hit”, “Llamame”, “Tu hermana”, “No como” y así.

Había una vez es una representación, dice con orgullo, de todo eso. Ahí están “Jugo” de los Kuryaki y su “Yo soy la disco” como dos extremos temporales, pero también una nueva versión de “19”, la delicada pieza de desamor que originalmente grabó con Gustavo Cerati, y que para la ocasión arropó con la voz de Juan Saieg de Usted Señalemelo, en una impronta ceratiana. “Tiene mucha fuerza y es muy clavado”, lo elogia. “Es lindo cuando viene otro artista y nos fundimos”.

También es una forma de ver cómo esto, que empezó a construirse hace más de 20 años (su primer disco solista, Música y delirio, salió en 2003), estuvo un poco adelantado a su época y hoy calza a la perfección en una industria global que está impregnada de funk, soul, hip hop y de un pop clasicón, de neto corte ochentero.

“En ese momento era como una cosa más rara y se terminó acomodando un poco todo a ese sonido, o por lo menos ese sonido se hizo más natural. Así y todo creo que nosotros fuimos más raros”, dice sobre lo que hicieron con los IKV y se ríe, “no solamente por el hip hop ni el funk sino por la mezcla de todo, de las letras, de la melodía, de nuestra estética. Y bueno, es una bandera que llevamos con orgullo”.

Así como reinvidica la rareza, Horvilleur reivindica una sensualidad “divertida”, dice, para nada solemne, que es otro de los aspectos que estalla en el vivo. “Me gusta jugar, eso sí”, dice cuando se le pregunta si hay un personaje que es el muchacho plateado que se come la escena. “Y si lo hay, es un personaje que me lo recreo. En el escenario puedo ser otro. Eso es lo bueno”.

¿Encontraste un error?

Reportar

Te puede interesar